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El “acuerdo de paz” en Gaza expuesto como una cubierta para el genocidio y la limpieza étnica

Palestinos transportan bidones para recoger agua de un camión entre la destrucción causada por la ofensiva aérea y terrestre israelí en la ciudad de Gaza, jueves 16 de octubre de 2025. [AP Photo/Jehad Alshrafi]

El 9 de octubre, Hamás e Israel firmaron un acuerdo de “paz” que implicaba la liberación de todos los rehenes israelíes restantes y la ocupación permanente de Gaza por parte de Israel. El acuerdo, encabezado por el presidente estadounidense Trump, fue aclamado por todas las facciones del imperialismo estadounidense y europeo, junto con los regímenes nacionalistas en el Oriente Próximo, sin excepción, como un paso hacia la “paz”.

El Financial Times lo llamó “Un raro momento de esperanza en Oriente Próximo”, declarando que “Trump debe ser aplaudido por su impulso para poner fin a la catástrofe”. El New York Times lo llamó “prometedor”. El candidato a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani, miembro de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos, promovió ilusiones en el acuerdo y declaró: “Si el genocidio termina, entonces creo que es algo digno de elogio”, y Trump merecería reconocimiento.

Los regímenes nacionalistas de Oriente Próximo y Asia adularon el acuerdo y a su arquitecto, Trump. Turquía declaró que “se ha abierto una ventana de oportunidad para una paz duradera en nuestra región”. Una declaración conjunta de los ministros de Relaciones Exteriores de Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Pakistán, Turquía, Arabia Saudita, Qatar y Egipto dijo que sus Gobiernos “acogen con beneplácito el liderazgo del presidente Donald J. Trump y sus sinceros esfuerzos para poner fin a la guerra en Gaza, y afirman su confianza en la capacidad de Trump para encontrar un camino hacia la paz”.

En contraste con las ridículas afirmaciones de que Trump, un belicista genocida y aspirante a dictador, busca la “paz” en Oriente Próximo, el World Socialist Web Site explicó que el acuerdo “crea un protectorado imperialista que pisotea los derechos de los palestinos y fortalece el control estadounidense sobre la región rica en recursos energéticos de Oriente Próximo”.

Casi dos semanas después de la firma del acuerdo, la exactitud de esta evaluación es innegable. El acuerdo de “paz” ha santificado la ocupación israelí permanente y la anexión de una gran parte de Gaza, junto con el asesinato masivo diario y el hambre deliberada de la población.

La absurda mentira de que se ha logrado la “paz” ha permitido que los medios de comunicación estadounidenses e internacionales vuelvan a dejar de informar sobre el genocidio, a pesar de que Israel sigue ocupando, matando y matando de hambre al pueblo de Gaza.

Desde la firma del acuerdo de “alto el fuego”, Israel ha llevado a cabo más de 80 violaciones separadas del acuerdo, matando a más de 100 palestinos e hiriendo a más de 230. El domingo, el día más mortífero hasta ahora, el ejército israelí mató a 45 palestinos en docenas de ataques separados.

Israel permitió la entrada de solo la mitad de los 600 camiones diarios de ayuda a Gaza que había prometido permitir antes de anunciar que cerraría por completo la distribución de ayuda en medio de una hambruna cada vez mayor.

El acuerdo de “paz” también ha dejado a Israel en control de la mayoría de Gaza, preparando el escenario para hacer permanente la ocupación estadounidense-israelí.

El miércoles, el vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, viajó a Israel, donde dijo que la visita “no se trataba de monitorear [el alto el fuego] en el sentido de, ya sabes, monitorear a un niño pequeño”. Es decir, Israel tiene la luz verde del Gobierno para seguir asesinando a los palestinos.

Vance también dejó en claro el verdadero plan que motivaba el “alto el fuego”. Dijo: “Hay consideraciones en el área que las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] controlan, siempre que se pueda asegurar, para comenzar la construcción de una nueva Gaza”.

En otras palabras, no hay conflicto entre el acuerdo de “paz” anunciado por Trump y sus planes para una Gaza ocupada por Estados Unidos e Israel y la construcción de su “Riviera de Gaza”. Más bien, el acuerdo de “paz” simplemente solidificará y hará permanente la ocupación israelí de Gaza, y creará las condiciones para las masacres, la hambruna y el desplazamiento forzoso de la población que vive allí.

Un artículo en el Wall Street Journal publicado el miércoles, “Un plan estadounidense divide Gaza en dos zonas, una controlada por Israel, la otra por Hamás”, deja en claro que la ocupación israelí de Gaza es la base de un proyecto de anexión a largo plazo. Describe un plan respaldado por Estados Unidos para dividir Gaza en dos zonas, con ayuda para la reconstrucción que fluye solo a áreas etiquetadas como “zonas seguras”. Jared Kushner y el vicepresidente JD Vance dijeron a los periodistas que el objetivo era construir una “nueva Gaza” bajo la protección militar israelí.

En realidad, es un plan para la partición permanente y la conquista de Gaza. Como el Journal afirma sin rodeos: “Con el tiempo, Israel podría tomar más territorio del control de Hamás”. La llamada expansión de las “áreas seguras” significa una anexión incremental a través de la matanza, el hambre y el desplazamiento. La propuesta codifica así la destrucción de Gaza y la transformación de lo que queda en una colonia ocupada y militarizada al servicio de los intereses del imperialismo israelí y estadounidense.

La anexión israelí de partes de Gaza estará acompañada, en el marco del acuerdo, de un régimen abiertamente colonial sobre Gaza. Según la propuesta, Gaza se regirá por una “Junta de Paz” que estará “encabezada y presidida por el presidente Donald J. Trump” e incluirá al “ex primer ministro [británico] Tony Blair”.

Este acuerdo es una violación flagrante del derecho internacional, pisoteando el derecho internacionalmente reconocido de todas las personas a la libre determinación.

El acuerdo de “paz” en Gaza ha fomentado las condiciones para que Israel avance con la anexión de Cisjordania. Esta semana, los legisladores israelíes votaron 25-24 para avanzar en un proyecto de ley que declara que “las leyes, el sistema judicial, la administración y la soberanía del Estado de Israel se aplicarán a todas las áreas de asentamiento en Judea y Samaria”.

El fraude del acuerdo de Gaza conlleva lecciones de gran alcance para los trabajadores y jóvenes que luchan por detener el genocidio de Gaza y se oponen a la guerra imperialista y al neocolonialismo. Todos los Gobiernos y tendencias políticas que apoyan o excusan este crimen, ya sea en Tel Aviv, Washington o las capitales de Oriente Próximo, están expuestos como enemigos de la clase trabajadora. Han dado su sello de aprobación a un acuerdo que hace permanente el sometimiento colonial de las masas palestinas y da una hoja de parra de legalidad al genocidio en curso.

Después de dos años de asesinatos en masa, todas las protestas dirigidas a presionar al establishment político estadounidense o europeo para que se opongan al genocidio han demostrado ser totalmente ineficaces.

La única manera de detener el genocidio en curso es construir un movimiento de masas de trabajadores y jóvenes contra la guerra basado en una perspectiva socialista.

Como escribió el World Socialist Web Site en su respuesta al acuerdo de “paz”:

La tragedia de los palestinos ha sido que se ven privados del apoyo de la clase trabajadora debido a la ausencia de un movimiento revolucionario en los países avanzados. La única manera de hacer realidad los derechos democráticos y sociales de las sufridas masas Oriente Próximo y establecer una base genuina para la convivencia pacífica es a través de la lucha por la perspectiva de la Revolución Permanente. Los trabajadores árabes, judíos, iraníes, turcos y kurdos deben unirse en una lucha común contra la dominación imperialista de la región y por la creación de los Estados Unidos Socialistas de Oriente Próximo como parte de una federación socialista mundial. En esta lucha, sus aliados no se encuentran en las clases dominantes sionistas y árabes proimperialistas y corruptas, sino en la clase trabajadora en los centros imperialistas de América del Norte y Europa.

Forjar esta alianza en un movimiento político e industrial independiente de la clase obrera internacional capaz de poner fin al capitalismo, la causa fundamental del genocidio, la guerra imperialista y todas las formas de opresión de estilo colonial, solo es posible sobre la base del programa socialista revolucionario por el que lucha el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y su publicación diaria, el World Socialist Web Site .

La tarea ahora es transformar la indignación de millones en una lucha consciente y organizada para poner fin al sistema que produce genocidios y guerras. El Partido Socialista por la Igualdad y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional llaman a los trabajadores y jóvenes de todos los países a asumir esta lucha: construir secciones del CICI, unirse más allá de las líneas nacionales y religiosas y luchar por la reorganización socialista del mundo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 22 de octubre de 2025)

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