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Continúa la masacre de empleos en el sector tecnológico con un nuevo anuncio de despidos en Amazon

Entrada a las instalaciones DAX5 de Amazon en Industry, California. [Photo: WSWS]

Amazon anunció la semana pasada que recortará miles de puestos de trabajo como parte de una serie en curso de despidos por parte del gigante tecnológico. Estos nuevos recortes se concentrarán en su división de recursos humanos, conocida como el equipo People eXperience Technology. El 15 por ciento de una plantilla mundial de 10.000 personas, es decir, aproximadamente 1.500 empleados, perderán su empleo.

La decisión responde al objetivo de reducir costos mientras se intensifica la súper explotación de la fuerza laboral restante. Al mismo tiempo, la empresa planea destinar más de 100.000 millones de dólares en el corto plazo para expandir rápidamente sus centros de datos en la nube y de inteligencia artificial. La empresa obtuvo ganancias por 59.200 millones de dólares el año pasado y actualmente tiene una capitalización bursátil de 2,28 billones de dólares, lo que la convierte en la quinta empresa más valiosa del mundo.

La empresa también atribuye los últimos recortes al uso de la inteligencia artificial. “Esperamos que [la IA] reduzca el tamaño total de nuestra plantilla corporativa a medida que obtenemos ganancias de eficiencia mediante su uso extensivo en toda la empresa”, declaró el director ejecutivo Andy Jassy en junio.

Estos despidos se suman a la ronda de recortes más extensa en los 31 años de historia de la empresa: 27.000 empleados corporativos despedidos en 2022 y 2023.

También se han producido otros recortes menores en 2025. Amazon cerró su estudio de pódcasts Wondery, lo que provocó la pérdida de 100 empleos, y en agosto eliminó cientos de puestos en su división de servicios en la nube Amazon Web Services (AWS). Aproximadamente 100 puestos más fueron eliminados en su sitio de reseñas literarias Goodreads y entre las divisiones de Kindle, junto con otros 100 recortes en sus divisiones de dispositivos y servicios en mayo. Estas últimas supervisan el desarrollo de diversos dispositivos, incluidos los altavoces Echo, los asistentes de voz Alexa y los coches autónomos Zoox.

Los despidos en Amazon forman parte de una carnicería global de empleos en toda la industria tecnológica. Las montañas de riqueza acumuladas por los accionistas y directores ejecutivos del sector —sobre la base de burbujas especulativas que superan a las que precedieron al colapso de las punto com o la crisis inmobiliaria de 2008— solo pueden sostenerse mediante un ataque cada vez más brutal contra la clase trabajadora.

Tampoco es casualidad que las principales figuras de la industria tecnológica —muchas de las cuales antes pregonaban su apoyo a la reducción de gases de efecto invernadero y la libre expresión— ahora se alineen plenamente con la agenda fascistizante del gobierno de Trump. La reunión de septiembre entre el presidente Trump y los directores ejecutivos de cinco de las seis empresas tecnológicas más grandes no fue notable solo por los elogios de estos hacia los planes del aspirante a dictador de eliminar toda regulación restante sobre el sector tecnológico. También demostraron su solidaridad con las medidas del presidente fascista para reprimir la oposición de la clase trabajadora mediante el Estado policial.

Cada vez está más claro que la ronda actual de despidos en el sector tecnológico no es parte de un ciclo económico típico de contrataciones y recortes. Se trata de un proceso de reestructuración permanente de toda la industria, en el que incluso los trabajadores altamente calificados que conserven sus empleos se verán forzados a soportar una explotación aún mayor y jornadas laborales más largas por salarios más bajos. Este proceso de despidos ocurre mientras la mayoría de las grandes empresas tecnológicas continúa registrando aumentos masivos en sus beneficios y la valoración de sus acciones.

Según un artículo reciente de TechCrunch, más de 150.000 trabajadores tecnológicos perdieron su empleo en 2024 y otros 22.000 han perdido sus puestos desde el inicio de este año.

Entre ellos se encuentran:

• 355 trabajadores de Oracle despedidos en septiembre en las oficinas de San Francisco y Seattle, lo que siguió a 101 recortes en su sede de Santa Clara, California, y 200 despidos en sus oficinas de Pleasanton y Redwood City, también en el Área de la Bahía. Las acciones de Oracle han subido un 74,81 por ciento en lo que va del año mientras la empresa se posiciona como actor clave en la creciente infraestructura de la inteligencia artificial.

• 221 puestos eliminados en las oficinas de Cisco en Milpitas y San Francisco, California, como parte de la estrategia a largo plazo de la empresa para reducir su fuerza laboral.

• El fabricante de microchips Intel planea despedir a 2.400 trabajadores en Oregón, que se suman a los 4.000 despedidos en julio y a los 21.000 en abril. La empresa ya había despedido a unos 15.000 trabajadores el año pasado.

• Indeed y Glassdoor, ambas propiedad de la empresa matriz Recruit Holdings, anunciaron que eliminarán en conjunto aproximadamente 1.300 empleos en EE.UU., incluidos puestos en recursos humanos, investigación y desarrollo, y equipos de sostenibilidad.

• El 3 de noviembre, Salesforce eliminará 262 empleos en su sede central de San Francisco, tras haber reducido su plantilla en 93 trabajadores en el estado de Washington en septiembre. El director ejecutivo Marc Benioff fue noticia a principios de mes por sugerir que la administración Trump debería enviar tropas federales a San Francisco, una opinión compartida por el director ejecutivo de Tesla/SpaceX, Elon Musk.

• Meta, la empresa matriz de Facebook, recortó el 5 por ciento de su plantilla de 72.000 empleados en enero, mientras busca ganarse el favor de la administración Trump y se prepara para un “año intenso”, según palabras de su director ejecutivo Mark Zuckerberg, en el que la empresa ha realizado enormes inversiones en tecnología de inteligencia artificial.

Un aspecto importante —y que generalmente se omite en la cobertura mediática de los despidos en tecnología— es la situación de los trabajadores tecnológicos del sector público, muchos de los cuales desempeñan roles críticos en programas como el Seguro Social y Medicare. De los aproximadamente 300.000 empleados federales eliminados durante el segundo mandato de Trump, tanto antes como después del cierre del gobierno, miles eran trabajadores tecnológicos, quienes ahora enfrentan casi la imposibilidad de encontrar puestos similares en el sector privado.

A lo largo de 2025, las empresas estadounidenses han presentado hasta la fecha 2.745 notificaciones WARN, que afectan a 216.545 trabajadores. La ley obliga a presentar dichas notificaciones (Worker Adjustment and Retraining Notification) cada vez que una empresa con más de 100 empleados despide a 50 o más trabajadores en un periodo de 30 días. Los despidos del gobierno federal están exentos de esta ley.

Los despidos masivos —una declaración abierta de guerra contra la clase trabajadora— no han provocado ni una sola protesta significativa por parte de las burocracias sindicales, las cuales se han opuesto sistemáticamente a cualquier acción huelguística de masas. En su lugar, los burócratas del trabajo, incluidos los de los sindicatos del sector público, han recurrido a apelaciones judiciales impotentes y propuestas para escribir cartas o hacer campañas telefónicas a los políticos del Partido Demócrata.

Trabajadores de Amazon protagonizaron una poderosa huelga en almacenes de todo Estados Unidos a fines del año pasado, antes de que fuera cancelada por el sindicato de Teamsters sin que se cumpliera una sola de las demandas de los trabajadores. En su lugar, los trabajadores de logística de Amazon han sido obligados a seguir trabajando bajo las mismas condiciones opresivas de bajos salarios, prestaciones miserables y sistemas de evaluación punitivos que padecían antes de la huelga. Todo esto se intensificará durante la próxima temporada navideña, cuando se incorporen trabajadores temporales desesperados.

Como lo demostraron este fin de semana las segundas protestas bajo el lema “No Kings”, existe una oposición masiva a esta situación. Cada vez más trabajadores comprenden que Trump no es más que el administrador de los planes de la oligarquía gobernante para empobrecer a cientos de millones de trabajadores.

Los trabajadores deben responder a la declaración de guerra del capital declarando su propia guerra contra la clase capitalista. Esto exige la formación de comités de base, independientes de la burocracia sindical, que luchen por el derecho a empleos seguros y bien remunerados para todos. Los avances en microtecnología, automatización e inteligencia artificial deben ser utilizados para reducir la jornada laboral y elevar el nivel de vida, y ser puestos al servicio del desarrollo de la salud, la investigación científica y otras mejoras sociales, en lugar de los intereses de lucro de una ínfima minoría de multimillonarios. Esto requiere la transformación del sector tecnológico en un servicio público, de propiedad colectiva y bajo control democrático de la clase trabajadora.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de octubre de 2025)

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