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Trabajadores y estudiantes españoles realizan paros nacionales contra el genocidio en Gaza

Cientos de miles de trabajadores y estudiantes españoles participaron el miércoles en una jornada de paros y protestas en todo el país, organizada por las principales federaciones sindicales y organizaciones estudiantiles, contra el genocidio en Gaza. Lo hicieron a pesar de la cobertura mediática abrumadora que proclamaba el éxito del “acuerdo de paz” de Trump.

Comisiones Obreras (CCOO), sindicato vinculado a los partidos pseudoizquierdistas Podemos y Sumar, que gobiernan conjuntamente con el Partido Socialista (PSOE), y la socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT), con casi un millón de afiliados cada una, convocaron paros de dos horas en cada turno, cubriendo mañana, tarde y noche.

La anarcosindicalista Confederación General de Trabajadores (CGT), con alrededor de 100.000 miembros, convocó una huelga general de 24 horas en todos los sectores y territorios. En el País Vasco, los sindicatos nacionalistas como LAB, ELA, Etxalde e HIRU organizaron paros y manifestaciones de tres horas en las principales ciudades.

El Sindicato de Estudiantes y varias organizaciones juveniles convocaron a paros en institutos y universidades, que fueron secundados por el 80 por ciento de los estudiantes.

Manifestantes marchan con una pancarta en catalán que dice: “¡Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá!” durante una protesta en apoyo al pueblo palestino y en rechazo a las acciones de Israel, en Barcelona, 15 de octubre de 2025 [AP Photo/Bernat Armangue]

En el País Vasco, el 40 por ciento de los profesores de los centros públicos se declararon en huelga, mientras que en el sector sanitario fue del 5,3 por ciento. El transporte público se vio parcialmente afectado durante las primeras horas de la mañana. En las Islas Baleares informaron de 563 profesores en huelga de jornada completa, alrededor del 4 por ciento. En Galicia, casi el 9 por ciento de los trabajadores del sector judicial gallego y alrededor del 2 por ciento de los sectores de la administración general, la educación y la sanidad se declararon en huelga.

A lo largo del día, se llevaron a cabo protestas y piquetes en docenas de ciudades. En Pamplona, alrededor de 10.000 personas se unieron a una marcha al mediodía encabezada por un tractor envuelto en la bandera palestina detrás de una pancarta que decía 'Parar el genocidio. Trabajadores con Palestina'. En Bilbao, miles de personas marcharon por la ciudad y realizaron boicots frente a empresas denunciadas por su complicidad con Israel, entre ellas la cadena de ropa Zara y el Banco Sabadell.

En León, cientos de personas se concentraron frente a la catedral y se detuvieron en un Carrefour para pedir un boicot de consumidores. En Logroño, contingentes liderados por estudiantes se reunieron frente a la oficina del gobierno central. En Murcia, más de 500 personas se concentraron enfrente a la oficina de la Delegación del Gobierno. En Córdoba, los estudiantes protestaron contra Escribano, una empresa vinculada a la tecnología armamentística israelí, y anunciaron una manifestación nocturna.

Barcelona vivió los mayores intentos matutinos de interrumpir la actividad económica. Un piquete estudiantil de miles de personas se concentró en la plaza central de la Plaça Universitat, bloqueando la Gran Via, mientras que los accesos a la principal zona logística de la ciudad, la Zona Franca, fueron repetidamente bloqueados, Ondeando banderas palestinas, la multitud coreó: 'No es una guerra, es un genocidio', 'Larga vida a la lucha del pueblo palestino' y 'Desde el río hasta el mar, Palestina será libre'. El actor Willy Toledo se unió a un bloqueo temprano en el puerto para denunciar el acuerdo de paz como 'falso'.

El Servicio de Transportes de Cataluña informó que posteriormente se levantaron todos los cortes de carretera en la ciudad, aunque persistieron los embotellamientos hacia el sur en las entradas urbanas. Las autoridades de la Universidad de Barcelona suspendieron la actividad académica.

La marcha de Madrid, entre Atocha y la Puerta del Sol, reunió a 15.000 jóvenes bajo el lema 'Detengan todo para detener el genocidio', con pancartas que decían: 'La paz con los genocidas es una farsa' y cánticos de '¡Palestina vencerá!'.

Se trató de paros parciales llevados a cabo por sectores significativos pero reducidos de trabajadores, más que de una huelga nacional concertada. Se realizaron al menos 40 protestas en todo el país, en su mayoría protagonizadas por estudiantes y jóvenes. Esto refleja la profunda y continua oposición entre amplias capas de trabajadores y jóvenes al genocidio en Gaza y la complicidad por parte del gobierno del Partido Socialista Español (PSOE)-Sumar.

Pero lo que se necesita es el desarrollo de un movimiento político unificado de la clase obrera en toda Europa e internacionalmente, independiente de todos los partidos capitalistas y burocracias sindicales, armado con una perspectiva socialista y antiimperialista dirigida contra la fuente de la guerra misma, el sistema capitalista.

Estas fueron las primeras acciones nacionales de huelga de las principales confederaciones sindicales de España desde el inicio del asalto genocida de Israel a Gaza en octubre de 2023. Durante dos años, los sindicatos se han limitado a emitir llamamientos retóricos a la 'paz' y al 'respeto del derecho internacional' mientras mantienen su alianza con el gobierno PSOE-Sumar que armó y apoyó políticamente a Israel, a pesar de trucos como el reconocimiento de un Estado palestino inexistente y el llamamiento a la exclusión de Israel de Eurovisión.

El mes pasado, después de casi dos años de genocidio, el gobierno del PSOE-Sumar anunció un embargo de armas a Israel. Incluso esta medida es en gran medida simbólica. Deja intacta la mayor parte de la colaboración militar de España con Israel, permite contratos en curso con la industria de defensa israelí y no establece ningún mecanismo de inspección para los buques israelíes que atracan en puertos españoles.

Autorizar huelgas y protestas es un intento tardío y calculado de liberar la ira pública a través de canales seguros. Fueron convocadas antes de que se implementara la toma imperialista de Gaza propuesta por Trump, respaldada por las potencias imperialistas europeas y los regímenes árabes de Oriente Medio.

CCOO y UGT diseñaron la acción para que fuera lo más inofensiva posible. Los paros de dos horas se realizaron sin plantear ningún tipo de demanda ni proponer acciones de seguimiento o reuniones posteriores. En la práctica, sirvieron para limitar las molestias y mantener a los trabajadores fuera de las calles, excepto en horarios y lugares establecidos. Se trató de una protesta cuidadosamente escenificada para que los centros de trabajo continuaran funcionando con normalidad.

La más pequeña CGT, aunque se presentaba como más militante, siguió la misma línea básica. En su comunicado previo a la huelga, advirtió que Israel ha “violado sistemáticamente todos los acuerdos anteriores” y que el nuevo “acuerdo por fases” es “ambiguo y frágil”, agregando que “en cualquier momento, las tensiones podrían provocar nuevos ataques”.

La CGT, sin embargo, también ha limitado su acción al nivel de la política de protesta, sin ningún intento de organizar un cierre unificado de puertos, aeropuertos, centros logísticos o transporte público. Donde el transporte se ralentizaba, como en la estación de Sants de Barcelona o en las carreteras de acceso a la Zona Franca, esto se debía a que los manifestantes, en su mayoría estudiantes, se enfrentaban a la policía, no era por la acción sindical de la clase trabajadora.

La burocracia sindical ahora hará todo lo que esté a su alcance para sofocar la continua oposición al plan colonialista de Trump.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de octubre de 2025)

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