La semana pasada, los comités de empresa y el sindicato de trabajadores metalúrgicos e ingenieros IG Metall celebraron una votación entre los más de 50.000 empleados del proveedor automotriz ZF Friedrichshafen sobre el paquete de recortes de empleo y reducción salarial acordado entre el sindicato y la dirección de la empresa. El resultado de la votación se anunciará el lunes.
La empresa ya había anunciado 14.000 despidos el año pasado. El directorio amenazó con escindir y vender la división de sistemas de transmisión, conocida internamente como División E. Esta división emplea a 30.000 personas en todo el mundo, 20.000 de ellas en Alemania. Los trabajadores respondieron con protestas a nivel nacional.
La empresa acordó conservar su división de sistemas de transmisión, pero al costo de recortes masivos de empleo y salarios. El acuerdo presentado la semana pasada prevé la eliminación de 2.200 empleos en los próximos dos años. Según la empresa, los ahorros salariales generarán medio millón de euros hasta 2027. Sin embargo, el acuerdo no incluye garantías de empleo ni protección contra despidos forzosos.
Las horas laborales de los empleados de la división de sistemas de transmisión (20.000) y de todos los empleados de las plantas de Schweinfurt (8.600) y Friedrichshafen (4.300) en administración, investigación y desarrollo se reducirán en un 7 por ciento hasta 32,5 horas semanales hasta el 31 de diciembre de 2027, con una reducción salarial correspondiente.
Para los 50.000 trabajadores empleados en Alemania, el aumento salarial del 3,1 por ciento acordado se pospondrá de abril a octubre de 2026.
Los pagos adicionales bajo el convenio colectivo (T-ZUG A, T-ZUG B) deberán convertirse en días libres adicionales en los próximos tres años; no se abonará ningún monto en efectivo. Otros componentes salariales, como un pago especial conocido como “componente de transformación” o las bonificaciones asociadas a evaluaciones de rendimiento, también serán eliminados durante este período.
Sin embargo, estos recortes y los recortes de empleo previstos para 2025 no compensarán totalmente los 7.600 despidos exigidos por la dirección en la división de sistemas de transmisión hasta 2030. Por lo tanto, se eliminarán otros 2.200 empleos en los próximos dos años. Desde principios de 2024, ya se han eliminado alrededor de 5.700 empleos en Alemania. Solo este año, al menos 1.800 puestos fueron recortados en la planta de Saarbrücken y casi 1.000 en Schweinfurt.
Los empleos de la División E se reducirán en un proceso por etapas. Primero se implementará un programa de indemnizaciones: los empleados menores de 60 años que se retiren recibirán 1,25 meses de salario por cada año trabajado. A los empleados mayores se les ofrecerán programas de jubilación parcial. Además, se ofrecerán oportunidades de reubicación dentro del grupo, formación y educación continua y, de ser necesario, una empresa de transición.
El primer programa voluntario comenzará el 15 de octubre de 2025 y finalizará el 15 de diciembre de 2025. Si en ese período no se alcanza el número necesario de salidas voluntarias —cifras establecidas entre el comité de empresa local y la dirección—, se reunirán para “discutir si los despidos forzosos aún pueden evitarse mediante opciones alternativas de ajuste de capacidad dentro del margen establecido.”
Si no se encuentra una solución “en un plazo de cuatro semanas,” se convocará a otro órgano asesor, conocido como SteerCo (abreviación de Comité de Dirección). Este incluye a dos miembros de la dirección, al presidente del comité general de empresa y a un representante de IG Metall. Si este órgano tampoco encuentra una solución, se aplicará la “última ratio”: los despidos forzosos.
El director general Mathias Miedreich, quien sucedió a Holger Klein al frente de ZF el 1 de octubre, enfatizó en una rueda de prensa ese día: “Es importante decir que esto es una verdadera alianza en la que todas las partes implicadas han remado en la misma dirección.” Los otros asistentes, la directora de Recursos Humanos Lea Corzilius, el presidente del comité de empresa Dietrich y la representante de IG Metall en Friedrichshafen, Helene Sommer —hija del exjefe de la DGB Michael Sommer y esposa de Dietrich—, estuvieron todos de acuerdo.
Dietrich escribió a sus “queridos colegas” en un folleto que resumía el “documento de la alianza”: “Con esta alianza tenemos la oportunidad de guiar a ZF hacia un futuro seguro, con nuestros colegas de la División E como parte integral del grupo. Para lograrlo, tendremos que hacer algunas concesiones dolorosas”. No obstante, está convencido de “que debemos recorrer este camino juntos”. “Por un futuro seguro para ZF, sus empleados y nuestras familias”.
Es el mismo enfoque de siempre. Una empresa anuncia la eliminación de una gran cantidad de empleos, en el caso de ZF, 14.000 antes de 2028. El aparato de IG Metall protesta, organiza manifestaciones, para luego ayudar a lograr los ahorros necesarios mediante otros métodos. Como resultado, los recortes que se esperaban con los 14.000 despidos se habrán logrado casi por completo para fines de 2026, y no en 2028.
No se pueden descartar más recortes en los próximos años. Hay decisiones pendientes en numerosas áreas que no han sido canceladas, sino solo aplazadas. Aunque se dice que la escisión de toda la División E está “descartada”, aún se discuten escisiones de partes de la División E (por ejemplo, la movilidad eléctrica) entre la dirección, el sindicato y el comité de empresa. “No habrá escisión… hasta que exista un socio potencial y un concepto económico correspondiente”.
“La reubicación de productos y volúmenes de producción hacia los llamados países de mejor costo, como se contempla en la planificación estratégica de la dirección,” se refiere al traslado a países de bajos salarios, “no forma parte de este acuerdo y deberá negociarse en las plantas afectadas antes del 15 de diciembre de 2025 sin decisiones preestablecidas”.
La producción y el desarrollo internos de motores eléctricos e inversores, que convierten la corriente continua de las baterías en corriente alterna para los motores eléctricos, también se analizarán por separado “sin perjuicio”.
En todas las “localizaciones de las demás divisiones, las partes operativas están elaborando escenarios objetivos,” es decir, planean programas continuos de reducción de costos.
El acuerdo entre la empresa y el sindicato afirma: “El objetivo común es establecer a ZF como un líder tecnológico enfocado y libre de deudas, con alianzas sólidas en su ecosistema donde sea apropiado, y continuar la DIV[isión] E como parte central de ZF”.
En términos de empleo, la frase “parte central” es muy ambigua y podría significar la pérdida de la mayoría de los 20.000 empleos en la División E. Pero en cuanto a las deudas que aquejan a ZF, el acuerdo sí es muy preciso: “libre de deudas”.
Se espera que la deuda neta de la empresa ascienda a unos 10.500 millones de euros a mediados de 2025. Esto ahora debe ser ahorrado a costa de la plantilla.
El alto nivel de endeudamiento de ZF se debe principalmente a adquisiciones anteriores, en particular del proveedor automotriz estadounidense TRW en 2015 y del especialista en frenos Wabco en 2020, realizadas durante la fase de bajos tipos de interés antes de la pandemia del COVID-19. La posterior subida de tasas ha incrementado significativamente los costos de intereses, llevando a que se paguen varios cientos de millones de euros anualmente a los acreedores.
Como los comités de empresa y los dirigentes sindicales defienden este marco capitalista en su totalidad, también elaboran los mecanismos y condiciones para cobrar las deudas a costa de la clase trabajadora y garantizar la rentabilidad de ZF.
Describen estos ataques como “concesiones dolorosas” y afirman que no hay alternativa. Pero esto solo es cierto si se priorizan los intereses del capital y de la empresa por encima de los de los trabajadores.
Debe romperse esta cadena. Los cientos de millones de euros que ZF entrega cada año a los bancos acreedores no deben ser el objetivo fundamental de la producción. La producción y la economía en su conjunto deben estar al servicio de la clase trabajadora —en el caso de ZF, al servicio de los más de 50.000 trabajadores en Alemania y los 160.000 en todo el mundo. La planta de engranajes de Friedrichshafen ha sido construida durante 110 años por generaciones de obreros; son los trabajadores la fuente de todas las riquezas.
El WSWS y el Partido Socialista por la Igualdad proponen por tanto la creación de comités de acción basados en el principio de que los intereses de la clase trabajadora deben anteponerse a los del capital. Debido a la división internacional del trabajo y a la interconexión de la producción, es necesario luchar por este principio junto a compañeros de fábricas, talleres y plantas en todo el mundo, junto a trabajadores de otras empresas e industrias.
Desde el inicio, esto excluye a los funcionarios sindicales y de los comités de empresa de estos comités de acción. Ellos defienden vehementemente el capitalismo y el principio de la rentabilidad. Su objetivo final es la “competitividad.” Por ello, rechazan cualquier acción internacional y trabajan para dividir a la clase obrera, empujando los costos por debajo del nivel de los países “de mejor costo.” Esto significa que los ataques continúan sin tregua.
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(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de octubre de 2025)
