En un evento celebrado el sábado que tuvo el carácter de un relevo generacional, el candidato a alcalde de Nueva York Zohran Mamdani se unió al senador de Vermont Bernie Sanders en la última parada de la gira nacional “Luchando contra la oligarquía”, realizada en Brooklyn College.
Durante décadas, Sanders, quien cumplió 84 años esta semana, ha estado al frente de los esfuerzos por apuntalar al Partido Demócrata, canalizando la ira popular ante la creciente desigualdad social mientras promueve la mentira de que dicho partido puede servir como vehículo para mejorar las condiciones de la clase trabajadora. Esto incluyó sus dos fracasadas campañas presidenciales en 2016 y 2020, en las que finalmente apoyó las candidaturas proempresariales de Hillary Clinton y Joe Biden.
En el evento del sábado, Mamdani —el “rostro fresco” de 33 años del supuesto ala izquierda del Partido Demócrata y uno de los favoritos para convertirse en el próximo alcalde de la ciudad más grande de Estados Unidos— demostró que está tan comprometido como Sanders con la misma función política fundamental. Lejos de liderar una lucha para romper el poder de la oligarquía o resistir la naciente dictadura de Donald Trump, Mamdani y Sanders están tendiendo una trampa política que traicionará las aspiraciones de sus seguidores.
Esto quedó particularmente claro en lo que no se dijo el sábado. En casi 40 minutos de intervenciones combinadas, ni Mamdani ni Sanders mencionaron explícitamente el despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump en Washington D.C. Ambos guardaron silencio sobre sus planes de expansión de la ocupación militar en los principales centros urbanos, incluida Nueva York, incluso después de que Trump lanzara una amenaza de corte fascista ese mismo día para utilizar su recién renombrado “Departamento de Guerra” contra Chicago.
El tema sólo se abordó al final del evento, cuando un asistente preguntó cómo respondería Mamdani ante el ingreso de la Guardia Nacional en Nueva York. Mamdani reconoció la inevitabilidad del despliegue ilegal de tropas por parte de Trump, afirmando: “Tenemos que estar preparados y ver las cosas con claridad. Y tenemos que entender que necesitaremos todas las herramientas a nuestro alcance”.
¿Y cuáles son exactamente esas “herramientas”, según Mamdani? Señaló el caso de California, diciendo: “Vimos en California cómo el alcalde de Los Ángeles, el fiscal general del estado y la gobernadora trabajaron juntos para oponerse al despliegue de la Guardia Nacional por parte de la Casa Blanca. Presentaron una demanda. Un juez federal falló recientemente a su favor”.
Mamdani continuó: “Uso este ejemplo porque la colaboración es fundamental para hacer frente a Donald Trump. ¿Se imaginan a Andrew Cuomo colaborando con [la fiscal general de Nueva York] Tish James y [la gobernadora] Kathy Hochul para oponerse al despliegue?”
La respuesta de Mamdani equivale a una peligrosa minimización de la amenaza dictatorial y a un encubrimiento del rol del Partido Demócrata en facilitar las medidas autoritarias de Trump. En California, la llamada “oposición” de los demócratas consistió primariamente en afirmar que la policía de Los Ángeles (LAPD) estaba perfectamente capacitada para reprimir protestas, tarea que llevaron a cabo con suma violencia. Agentes cargaron contra manifestantes y periodistas, los atacaron con balas de goma, granadas aturdidoras y gases lacrimógenos. Mientras tanto, el alcalde impuso un toque de queda para sofocar las protestas y proteger a la Gestapo migratoria de Trump.
Desde que ganó las primarias, Mamdani ha emprendido una ofensiva de seducción dirigida a sectores de la élite corporativa y financiera, destacando por sus gestos de lealtad al Departamento de Policía de Nueva York (NYPD por sus siglas en inglés). En las últimas semanas, se ha reunido con agrupaciones policiales, ha dicho que consideraría mantener al actual jefe del NYPD y se ha distanciado públicamente de su retórica anterior acerca de abolir la policía.
El plan de Mamdani para oponerse a Trump mediante una “colaboración” con los demócratas de Nueva York —muchos de los cuales aún se niegan a respaldar al propio ganador de las primarias de su partido— falsifica el historial de su complicidad. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, también de Nueva York, llegó a un acuerdo con Trump en marzo para financiar al gobierno, lo cual habilitó recortes masivos a los programas sociales y sentó las bases para una dictadura.
La gobernadora Kathy Hochul igualmente allanó el camino para el actual despliegue de la Guardia Nacional por parte de Trump al hacer lo mismo en 2024, invocando el fraudulento pretexto de luchar contra el crimen en el metro, a pesar de que el crimen en el sistema de transporte estaba en niveles históricamente bajos según múltiples mediciones. Tras la reelección de Trump, Hochul llamó al presidente fascista para felicitarlo por su victoria y tener, según ella, una conversación “productiva”.
Ante otra pregunta sobre cómo defender a los inmigrantes de los secuestros por parte del ICE, Mamdani volvió a insistir en la fe en el sistema legal: “Una de las principales cosas que podemos hacer aquí en la ciudad de Nueva York es comenzar a ofrecer representación legal a los neoyorquinos”, dijo. “El simple hecho de tener representación legal en ese proceso aumenta once veces la probabilidad de que puedan regresar a casa con su familia”.
La bancarrota de esta estrategia quedó subrayada el lunes, cuando la Corte Suprema permitió a Trump reanudar redadas itinerantes del ICE en Los Ángeles dirigidas a personas que hablan español o parecen latinas. Incluso si los tribunales fallaran constantemente en contra de Trump, el propio Mamdani admitió que “no podemos tratar de convencernos de que, solo porque algo es ilegal, Donald Trump no lo hará”.
Otra omisión notable en los discursos del sábado fue la palabra “genocidio”. Este silencio es especialmente significativo dado que Israel, con pleno respaldo de Estados Unidos, está acelerando la limpieza étnica de Gaza mediante su asalto a Ciudad de Gaza. A diferencia de Sanders, Mamdani ha descrito anteriormente los acontecimientos en Gaza como genocidio. Pero durante su campaña ha modificado cuidadosamente su lenguaje, intentando captar la indignación popular ante los crímenes de guerra de Estados Unidos e Israel, al mismo tiempo que señala a la clase dominante que se le puede confiar.
Esta semana, por ejemplo, en el programa de Al Sharpton en MSNBC, Sharpton —el autodenominado líder de derechos civiles que ni siquiera pudo pronunciar correctamente la palabra “intifada”— preparó una oportunidad para que Mamdani expusiera el contenido proimperialista de su retórica. Mamdani cumplió con su parte, afirmando que desaconseja el uso del lema “globalizar la intifada” porque podría ofender a los partidarios del sionismo.
Siguiendo el ejemplo de Sanders, Mamdani busca sobre todo bloquear el surgimiento de una lucha independiente que movilice el poder de la clase trabajadora contra la desigualdad, la dictadura y la guerra, trabajando para contenerla dentro de los límites del Partido Demócrata.
Simpatizantes del Partido Socialista por la Igualdad realizaron una campaña entre los 2.000 asistentes al evento “Luchando contra la oligarquía” el sábado, enfatizando la necesidad de rechazar los esfuerzos de Mamdani y Sanders para canalizar la oposición hacia el Partido Demócrata y sabotear una lucha genuina contra la oligarquía. Distribuyeron cientos de declaraciones, que concluyeron:
Estos son tiempos serios y exigen una política seria. La oligarquía capitalista está llevando a cabo una contrarrevolución política y social en Estados Unidos. Cada conquista social lograda por la clase trabajadora en el último siglo está bajo ataque. Se están desmantelando Medicare, Medicaid y la educación pública; las muertes en el trabajo aumentan día a día; y una agresiva campaña contra la salud pública enfermará y matará a millones.
Los oligarcas que controlan el Estado han dado su bendición a la dictadura presidencial de Trump. Familias inmigrantes están siendo arrasadas por matones paramilitares, mientras la Guardia Nacional y tropas en servicio activo ocupan Washington D.C. y se preparan para ser desplegadas en otras ciudades. A nivel internacional, la clase dominante se prepara para una guerra mundial, buscando reimponer la dominación colonial sobre las naciones oprimidas. Gaza está siendo arrasada, millones expulsados o condenados al hambre, como parte de una guerra más amplia en Oriente Medio.
La lucha contra la oligarquía y la dictadura es necesariamente una lucha contra el propio capitalismo. Requiere la movilización independiente de la clase trabajadora, en Estados Unidos y a nivel internacional. Requiere una ruptura completa con el Partido Demócrata, que ha preparado el camino para Trump. Y exige el desarrollo de una dirección socialista genuina.
El Partido Socialista por la Igualdad dice abiertamente lo que Sanders y Mamdani no dicen: Trump está implementando una dictadura fascista, con la complicidad de los demócratas, y sólo la clase trabajadora, armada con un programa socialista, puede detenerla. No permitas que tu oposición sea desviada o sofocada. Únete a la lucha para construir un auténtico movimiento socialista de la clase trabajadora. Estudia las lecciones de la historia. Lee el World Socialist Web Site. Asume la lucha por el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 9 de septiembre de 2025)
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