La “Conferencia Popular por Palestina” se llevó a cabo por segundo año consecutivo en Detroit, Michigan, del 29 al 31 de agosto.

Los organizadores de la conferencia incluyeron al Movimiento Juvenil Palestino (PYM), la Coalición ANSWER y la organización nacional Estudiantes por la Justicia en Palestina. Entre los respaldos se encontraba una amplia gama de organizaciones, incluyendo a los Socialistas Democráticos de América (DSA), CODEPINK, el Gremio Nacional de Abogados y Médicos Contra el Genocidio, entre otros. El evento fue transmitido por BreakThrough News, el brazo mediático del Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL), que está afiliado a ANSWER.

El evento de este año se tituló “Gaza es la brújula”, y el discurso de apertura se tituló “Gaza es el centro del mundo”. Cada mesa redonda contó con una discusión sobre el genocidio en curso en Gaza, que se ha cobrado oficialmente más de 63.000 palestinos, incluidos casi 20.000 niños en menos de dos años.

Entre los asistentes y participantes, hay algunos que se oponen genuinamente al genocidio en Gaza. Entre los oradores se encontraba el Dr. Ghassan Abu-Sittah, quien habló enérgicamente sobre las condiciones en Gaza y los esfuerzos deliberados para destruir el sistema de salud. Abu-Sittah fue uno de los muchos oradores que se vieron obligados a dirigirse a la conferencia a través de Internet después de que Estados Unidos le prohibiera ingresar al país.

El Dr. Abu-Sittah informó que a partir de hoy solo hay “tres hospitales parcialmente en funcionamiento de 39 y esto es a pesar del hecho de que cada vez que los israelíes han destruido un hospital, nuestros colegas palestinos lo han reabierto”. Sobre el asesinato sistemático de trabajadores de la salud en Gaza por parte del ejército israelí, el Dr. Abu-Sittah informó: “Más de 1.600 han sido asesinados, el más reciente es el jefe de pediatría del Hospital Nasser en Khan Younis”.

Detrás de los distintos discursos y mesas redondas, sin embargo, se encontraba una perspectiva predominante promovida por los organizadores: una orientación hacia el Partido Demócrata, uno de los partidos de Wall Street responsable del genocidio. Esto corresponde a la política estalinista del PSL, que es la fuerza rectora detrás de la política de la conferencia.

En la conferencia de este año, como en la del año pasado, los organizadores impidieron que Mehring Books, el brazo editorial del World Socialist Web Site, y los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social, el movimiento estudiantil del Partido Socialista por la Igualdad, tuvieran una mesa. Esto se debe a que querían evitar que los asistentes escucharan cualquier crítica al Partido Demócrata.

Linda Sarsour, por ejemplo, una demócrata de Brooklyn, Nueva York, ofreció las “Palabras de Apertura” del evento. Como ocurre con muchas de las intervenciones, sus comentarios estuvieron llenos de generalidades abstractas y anécdotas personales, encubriendo una política completamente convencional.

Hacia el final de su intervención, llamó a los asistentes a la conferencia a “pensar en mi querida nieta” cuando “estén en las calles, cuando estén en los pasillos del Congreso, cuando estén en las salas de juntas y en esos campus universitarios.”

Sarsour refleja la política de clase media-alta del Partido Demócrata que fue bien recibida en la “Conferencia Popular” de este año. Ha sido miembro del Club Demócrata Musulmán de Nueva York durante más de una década. En 2016, hizo campaña primero por el senador Bernie Sanders antes de respaldar sin problemas a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton en las elecciones generales. Está muy involucrada en el movimiento “Black Lives Matter” y es una firme defensora de la candidatura de Zohran Mamdani a la alcaldía de la ciudad de Nueva York.

Tras la elección de Trump en 2016, Sarsour desvió la ira de las masas contra la administración Trump hacia la “Marcha de las Mujeres”, de la cual fue copresidenta. Durante la convención del Partido Demócrata en 2020, Sarsour participó en un panel de subcomités, declarando: “El Partido Demócrata no es perfecto, pero es absolutamente nuestro partido en este momento”. Esto mientras la convención se preparaba para nominar a Biden, quien estaba orquestando y respaldando el genocidio.

Por segundo año consecutivo, la representante demócrata de Michigan Rashida Tlaib fue la oradora principal en el último día de la conferencia.

En sus comentarios, Tlaib no mencionó los “esquemas capitalistas” como lo había hecho en su discurso de los Socialistas Democráticos de América a principios de mes en Chicago. En su discurso, Tlaib promovió la promesa de no aceptar contribuciones políticas del lobby sionista AIPAC.”Más estadounidenses están ahora firmando la petición de sacar al AIPAC de la política estadounidense”.

De forma similar a su aparición ante los DSA, Tlaib animó a los asistentes a integrarse en la política burguesa. “Y vamos a usar todos los recursos de nuestros cuerpos, con nuestras voces, con nuestras piernas, con nuestras manos para asegurarnos de que nuevamente el poder que tenemos en las calles y empujando estas instituciones funcione y Palestina sea libre”.

Uno de los oradores más famosos en la convención fue Mahmoud Khalil, un estudiante graduado en Columbia y residente legal de Estados Unidos, que todavía enfrenta la deportación por parte de la administración Trump por el delito de oponerse pacíficamente al genocidio.

Tras su liberación de un centro de detención de Louisiana a principios de este año, Khalil se alineó rápidamente con la representante de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez. El abrazo de Khalil a Ocasio-Cortez, quien se negó a votar para bloquear la venta de armas a Israel este año, ha generado críticas de muchos que se oponen al genocidio.

En sus comentarios, Khalil no condenó al Partido Demócrata. En cambio, al igual que muchos otros oradores, abordó el tema de la convención, dejando claro que entendía que la “liberación” del pueblo palestino implica la creación de un estado capitalista en Oriente Medio. “Palestina y Gaza son la brújula para mí que significa que construimos un movimiento de liberación nacional cuya brújula es la liberación de la tierra y la gente”.

Hasan Piker, el streamer de Internet que promovió la conferencia de Tlaib y los DSA a principios de agosto, también habló en la “Conferencia Popular”. Alentó a los asistentes a “seguir presionando” y “mantener la presión”.

En general, lo más notable es la ausencia de cualquier análisis serio de nada. En lugar de un examen concreto de donde surgió el genocidio y cómo debe ser combatido, esto se sustituyó por generalidades abstractas sobre la “libertad”, anécdotas personales que no tienen relevancia real para nada, y un montón de jerga vacía y eslóganes.

Todo esto tiene el impacto de amortiguar el pensamiento crítico, de reemplazar la consideración cuidadosa con grandilocuencia moralista, lo cual sirve al propósito básico de encubrir el hecho de que la orientación política es hacia el Partido Demócrata. Es el tipo de política en el que se especializa el PSL, personificado en la conferencia por los comentarios del miembro del PSL Eugene Puryear, que consistieron en una serie de eslóganes, sin contenido real, gritados de manera rápida.

En general, el genocidio en Gaza se presentó en la conferencia como un evento aislado, que podría detenerse mediante llamamientos morales y la resistencia del pueblo palestino. El genocidio en Gaza, sin embargo, es un frente en una Tercera Guerra Mundial que se está intensificando rápidamente. No se comentó el hecho de que los mismos países que apoyan el genocidio en Gaza, incluidos, entre otros, Alemania, Reino Unido y Canadá, son los mismos que aclaman al régimen de Zelenski lleno de fascistas.

Ninguno de las mesas redondas cuestionó las tácticas y organizaciones promovidas en la conferencia del año pasado, incluidos los miembros del “Movimiento No Comprometido”, destinados a presionar al Partido Demócrata, que no ha logrado detener la masacre.

La conferencia del año pasado también promovió el aparato sindical estadounidense, que ha desempeñado un papel fundamental en el apoyo al imperialismo estadounidense y al genocidio de Israel. No se discutió el respaldo del presidente de la UAW, Shawn Fain, a “Genocide Joe” Biden. En cambio, la conferencia contó con facciones sindicales “reformistas” como Unite All Workers for Democracy (UAWD) y una alineación de burócratas actuales y jubilados

En el año transcurrido desde entonces, tanto Fain como el presidente de los Teamsters, Sean O'Brien, han respaldado abiertamente las políticas de guerra comercial de Trump. A pesar de ello, las burocracias sindicales, incluidos los United Auto Workers, cuyo presidente Shawn Fain hizo campaña enérgicamente a favor de “Genocide Joe” Biden y luego de Kamala Harris, fueron presentadas como aliados firmes del movimiento por la “liberación palestina.”

Toda la perspectiva avanzada por los principales organizadores de la Conferencia Popular por Palestina ha demostrado estar completamente en bancarrota. En la reunión del año pasado, la lucha palestina se presentó como una cadena lineal de victorias de la “resistencia” que, quizá dentro de otros “100 años”, culminaría en la liberación. El World Socialist Web Site advirtió en ese momento:

Para ser franco, la gente de Gaza no tiene otros 100 años. El genocidio en Gaza ya ha provocado la muerte de más de 36.000 personas oficialmente, un recuento significativamente insuficiente, mientras que cientos de miles están al borde de la hambruna.

Un año después, esta advertencia se ha confirmado con una claridad devastadora. El número de muertos se ha más que duplicado, con estimaciones de hasta 300.000, y el viernes pasado la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases respaldada por la ONU confirmó que la hambruna se ha establecido oficialmente en la ciudad de Gaza.

La política reaccionaria del Partido Demócrata ha creado las condiciones para el regreso de Trump al poder. Mientras el genocidio en Gaza continúa con el pleno respaldo de Washington, la administración Trump se está moviendo rápidamente para consolidar una dictadura presidencial, un componente esencial de la guerra en el extranjero y la guerra contra la clase trabajadora en casa. Sin embargo, no hay oposición de los demócratas ni de ninguna facción del establishment político. El PSL y organizaciones similares funcionan como un escudo político para el Partido Demócrata, desviando la ira hacia maniobras electorales y bloqueando el surgimiento de una alternativa socialista genuina.

Lo que temen sobre todo es la movilización independiente de la clase trabajadora. La tarea central hoy es la construcción de un movimiento de jóvenes y trabajadores contra la guerra imperialista, el genocidio y la dictadura, y el sistema capitalista. Esto solo se puede desarrollar en oposición al Partido Demócrata y todas las agencias de la clase dominante.