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Israel destruye edificios de gran altura en Ciudad de Gaza a medida que se acerca la ofensiva final genocida

Palestinos huyen durante un ataque aéreo israelí contra la Torre Mushtaha en Ciudad de Gaza, viernes, 5 de septiembre de 2025. [AP Photo/Yousef Al Zanoun]

Mientras Israel se prepara para un asalto masivo sobre Ciudad de Gaza, los palestinos que permanecen en la zona han sido objeto de una nueva ronda de ataques aéreos destructivos que están arrasando barrios enteros y provocando nuevas olas de pánico y desesperación en toda la población.

El viernes, las fuerzas israelíes atacaron la Torre Mushtaha, uno de los edificios más altos de Ciudad de Gaza, con al menos tres proyectiles, reduciendo el edificio de 12 pisos a escombros. Imágenes verificadas e informes de ABC News muestran la torre colapsando en una nube de polvo, con las ondas de choque alcanzando campamentos de tiendas a su alrededor, donde cientos de palestinos desplazados se habían refugiado.

Según testigos, el ejército emitió una orden de evacuación apenas 15 minutos antes del primer ataque, dejando a muchas familias acampadas alrededor del edificio sin saber adónde huir. La fuerza de la explosión volteó tiendas y provocó pánico mientras la gente intentaba escapar. Médicos del hospital Al-Shifa describieron estar desbordados por la cantidad de muertos y heridos.

Hani Mahmoud, reportero de Al Jazeera desde Ciudad de Gaza, afirmó:

La destrucción es el borrado sistemático de hogares, memorias y su comunidad. Están arrasando la ciudad y con ella su futuro, derribado torre por torre.

El personal hospitalario informó que fue imposible para los residentes y desplazados del edificio y sus alrededores escapar en el escaso tiempo previsto. La administración del edificio declaró que este estaba lleno de civiles.

Los proyectiles israelíes también han alcanzado otros edificios residenciales de gran altura, y se esperan más ataques mientras los oficiales militares avanzan la ofensiva contra Ciudad de Gaza. Las medidas que está llevando a cabo en este momento el ejército israelí (FDI) solo pueden describirse como terror sangriento.

El miedo y la desesperación de la población están siendo deliberadamente elevados en medio de este genocidio bárbaro desatado contra los palestinos desde octubre de 2023. Israel está arrasando el paisaje urbano de la mayor ciudad de Gaza en preparación para una gigantesca invasión terrestre.

Los funcionarios israelíes han intentado justificar estos ataques a edificios residenciales alegando que son utilizados por Hamás para “operaciones militares”. El ministro de Defensa, Israel Katz, en declaraciones por redes sociales recogidas por numerosos medios, declaró:

Ahora se ha quitado el cerrojo de las puertas del infierno en Gaza. Cuando se abran, no se cerrarán y la actividad de la FDI aumentará, hasta que los asesinos y violadores de Hamás acepten las condiciones de Israel para terminar la guerra—principalmente la liberación de todos los rehenes y el desarme—o serán destruidos.

Katz ha emitido múltiples advertencias de que Ciudad de Gaza correrá la misma suerte que Rafah y Beit Hanoun, ciudades convertidas en escombros por ofensivas anteriores. El jefe del Estado Mayor, teniente general Eyal Zamir, confirmó el viernes que la actividad militar de la FDI en Gaza está siendo “ampliada”.

Es innegable que los criminales de guerra sionistas—con el respaldo del imperialismo estadounidense y europeo—no tienen ninguna intención de poner fin a la limpieza étnica de los palestinos en Gaza en ninguna circunstancia. Los fascistas Katz y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu han dejado claro que, pase lo que pase, su objetivo es tomar completamente la Franja de Gaza y que no quede nada de Palestina.

En los últimos días, varios ataques aéreos y ráfagas de fuego israelí han matado a decenas de civiles en Ciudad de Gaza y sus alrededores, incluyendo al menos 18 personas—siete de ellas niñas y niños—en ataques nocturnos del viernes.

Informes del Ministerio de Salud palestino y de hospitales en la zona confirmaron que muchas de las víctimas mortales eran mujeres y niñas y niños, cuyos cuerpos fueron recuperados de tiendas de campaña y refugios improvisados destruidos por los bombardeos. Varios más fueron asesinados en ataques con misiles contra otros edificios altos y en la vasta zona de Muwasi, donde muchas personas habían buscado refugio.

Tan solo en las últimas dos noches, más de 50 personas han muerto en toda la Franja de Gaza. Según reportes de Associated Press y declaraciones de autoridades sanitarias locales, muchas de las personas asesinadas en los recientes ataques, disparos y estampidas estaban intentando acceder a ayuda vital en puntos de distribución de alimentos o suministros lanzados por aire.

Desde mayo, varios cientos de palestinos han muerto por disparos israelíes mientras se acercaban a convoyes de ayuda o centros de distribución, a menudo después de haber sido desplazados repetidamente por operaciones militares. Las Naciones Unidas y organizaciones humanitarias han documentado cómo Israel ha hecho casi imposible la entrega segura de ayuda humanitaria mediante bloqueos y ataques directos contra multitudes que buscan asistencia, como parte de un plan estratégico desarrollado en cooperación con la Casa Blanca de Donald Trump.

La política deliberada de hambruna continúa siendo utilizada como un arma en lo que organizaciones internacionales de derechos humanos han calificado de genocidio. Un monitor global de hambre ha declarado oficialmente que existen condiciones de hambruna en el norte de Gaza, revelación negada por Israel pese a la abrumadora evidencia.

Según la ONU, más de 20.000 niñas y niños han sido tratados por desnutrición aguda. Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado al gobierno israelí por usar la hambruna como arma de guerra e imponer condiciones destinadas a provocar la destrucción física del pueblo palestino.

El último informe de Amnistía Internacional declaró:

Israel ha continuado utilizando el hambre de la población civil como arma de guerra contra los palestinos en la Franja de Gaza ocupada e imponiendo deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física como parte de su genocidio en curso.

La criminalidad de estas medidas se multiplica con las restricciones continuas sobre el agua, el combustible, los alimentos y los medicamentos, la destrucción de infraestructura y la negativa a permitir el acceso humanitario adecuado para una población desesperada y agotada.

Human Rights Watch condenó los ataques israelíes contra torres residenciales, afirmando:

La destrucción de infraestructura civil, el desplazamiento forzado de residentes y el castigo colectivo al pueblo de Gaza constituyen crímenes de guerra.

Amnistía Internacional emitió una declaración que señaló:

Hambrar a poblaciones civiles, arrasar sus hogares y atacar puntos de distribución de alimentos son crímenes bajo el derecho internacional.

Detrás de la muerte y devastación en Gaza se encuentra un detallado plan “postguerra” desarrollado en estrecha colaboración entre el gobierno israelí y la administración de Trump, con papeles clave jugados por empresarios israelíes, la consultora Boston Consulting Group, el llamado Fondo Humanitario de Gaza y el Instituto Tony Blair.

Este esquema, según han revelado periodistas de investigación, busca vaciar Gaza de su población palestina y transformar la Franja en un “resort costero” para los intereses empresariales israelíes y occidentales. El plan contempla una nueva y masiva privatización de tierras y recursos, la introducción de zonas económicas especiales controladas por inversores extranjeros y la exclusión permanente de la población nativa, con el respaldo logístico y militar de Estados Unidos e Israel.

Aunque se presenta públicamente como “reconstrucción humanitaria”, la verdadera intención es evidente: limpieza étnica, explotación económica y la eliminación total de los derechos nacionales del pueblo palestino, diseñado por criminales de guerra como Tony Blair e implementado bajo la dirección de las élites financieras y empresariales que dirigen la política estadounidense e israelí.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de septiembre de 2025)

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