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En medio de la crisis del gobierno francés, el partido neofascista RN busca el apoyo de la oligarquía capitalista

Con el Gobierno del primer ministro François Bayrou al borde del colapso y Francia tambaleándose al filo de la bancarrota estatal, el partido neofascista Reagrupamiento Nacional (RN, por sus siglas en francés) lanza una apuesta calculada para obtener el respaldo de la clase dominante francesa con un programa de brutal austeridad contra la clase trabajadora. Ese es el contenido de la “Carta a los directores ejecutivos de Francia” redactada esta semana por el presidente del partido Rassemblement National (Reagrupamiento Nacional; RN), Jordan Bardella.

La líder de la ultraderecha francesa Marine Le Pen se pronuncia junto a Jordan Bardella, presidente de la Agrupación Nacional de extrema derecha, en el cuartel general del partido para la noche electoral. [AP Photo/Lewis Joly]

El acuerdo que Bardella propone a la gran burguesía francesa es claro. Haciendo un llamado a elecciones anticipadas mientras la popularidad del presidente Emmanuel Macron se desploma a apenas un 15 por ciento, Bardella plantea llegar al poder y aplicar recortes sociales sin precedentes para resolver la crisis de deuda y aumentar masivamente las ganancias de las empresas francesas. Se compromete a reducir el presupuesto estatal en 100.000 millones de euros, más del doble de los ya impopulares 44.000 millones en recortes promovidos por Bayrou.

Mientras el presidente ultraderechista de Estados Unidos organiza una dictadura de multimillonarios, hay que advertir a los trabajadores que votan por la extrema derecha en Francia y en toda Europa: están siendo engañados.

Bardella abandona la retórica de la líder de RN Marine Le Pen sobre la protección de los franceses “de modestos recursos”, y promueve abiertamente al RN como el mejor instrumento para impulsar las ganancias corporativas desmantelando programas sociales básicos. Los recortes que propone, que van mucho más allá de lo demandado por Bayrou, no podrían implementarse por medios democráticos. La realización de su programa requeriría establecer una dictadura policial de corte fascistizante para reprimir violentamente la oposición social.

Bardella denuncia a Macron y Bayrou, afirmando que “ningún gobierno puede obtener apoyo si profundiza la deuda pública y agrava el déficit comercial hasta niveles no vistos en más de medio siglo”. Si bien el RN “sabe cómo la incertidumbre política socava la vida económica”, Bardella afirma que ha “elegido con plena consciencia” votar para derrocar a Bayrou. El RN, explica, ahora cree que debe gobernar Francia.

“Solo un retorno a las urnas nos permitirá restaurar la claridad democrática y dotar a Francia nuevamente de un gobierno sólido”, escribe Bardella. “El Agrupamiento Nacional tiene esa ambición. Por su lucidez y el poder de sus propuestas, es el verdadero garante de la estabilidad económica”.

La “estabilidad económica”, en términos de Bardella, significa consolidar el diktat de la oligarquía capitalista sobre los trabajadores. Se compromete a recortar “más de 100.000 millones de euros en gastos improductivos”, incluidos los destinados a programas sociales para personas extranjeras, la ayuda al desarrollo internacional y el gasto público en el personal estatal a nivel nacional y local. Además de mantener los contratos estatales para empresas ubicadas en Francia, también promete una reducción del 20 por ciento en el impuesto de sociedades para “relinear a Francia con sus socios europeos”.

Bardella concluye: “No habrá ni prosperidad nacional ni poder francés en el siglo XXI sin empresarios que innoven, produzcan y generen empleo”. En resumen, el objetivo del RN de fortalecer el poder del Estado francés está indisolublemente ligado al enriquecimiento masivo de los directores ejecutivos y de la oligarquía financiera a costa de los trabajadores.

Las promesas del RN de atacar programas sociales dirigidos a trabajadores migrantes son completamente reaccionarias y, además, constituyen un fraude político destinado a ocultar a los votantes obreros nacidos en Francia que están votando por su propio empobrecimiento. El Estado francés no gasta 100.000 millones de euros —es decir, casi un tercio de sus ingresos— en trabajadores inmigrantes. Para lograr dicho recorte, serían necesarios ataques sin precedentes a las pensiones, la salud y el personal de las escuelas. Estos afectarían de manera devastadora a todos los trabajadores de Francia, sin importar si son inmigrantes o nacidos en el país.

No requiere una gran perspicacia política para ver que, en medio de una crisis histórica de gobernabilidad, la burguesía está recurriendo al RN para mantener el control contra el pueblo. Durante años, respaldó las políticas de austeridad y militarismo de Macron, como sus recortes a las pensiones y sus llamados a enviar tropas a Ucrania, a pesar de que grandes mayorías del pueblo francés se oponían. Ante la crisis de Macron, la burguesía considera que el RN podría estar mejor posicionado para construir un Estado policial sólido que enriquezca a los ricos y reprima la oposición obrera.

Los funcionarios del Movimiento de Empresas de Francia (Medef), la principal federación empresarial del país, han manifestado a Radio France su entusiasmo por un gobierno neofascista. El expresidente del Medef, Geoffroy Roux de Bézieux, declaró: “El RN apunta en la dirección correcta”, mientras que otro funcionario del Medef afirmó: “El RN impondrá orden, y eso es realmente lo que necesitamos”.

Comentando las conversaciones con los dirigentes del Medef, Radio France señaló: “A pocos días de la protesta del 10 de septiembre, que amenaza con paralizar la economía del país, los CEO están más dispuestos a aceptar esta política porque la ven como un contrapeso a la extrema izquierda, cuyo programa económico los aterroriza. Lo ven como ruina segura. En los círculos empresariales, el RN se está normalizando”.

La posibilidad de que la burguesía instale al RN en el poder en medio de esta crisis histórica de gobernabilidad es muy real. Actualmente, las encuestas indican que el RN obtendría el 31 por ciento de los votos en nuevas elecciones legislativas—la mayor proporción para cualquier partido en la Asamblea Nacional. Esto se debe a más de una década de acceso privilegiado del RN a los medios de comunicación y al respaldo de la burguesía, que ha alentado a importantes sectores de trabajadores a votar por el RN mediante argumentos fraudulentos.

El RN no ha ganado apoyo mediante el desarrollo de un movimiento de masas fascista como las Camisas Pardas de Hitler, sino explotando la desafección y amargura generalizada entre los trabajadores hacia las políticas reaccionarias de partidos que los medios capitalistas presentan falsamente como “de izquierda”. Estos votantes, en su inmensa mayoría, no son fascistas, sino que están girando a la izquierda. De hecho, millones de ellos participaron en las protestas contra los recortes a las pensiones de Macron en 2023, las cuales fueron traicionadas por las burocracias sindicales.

Los trabajadores no pueden dejar la lucha contra la amenaza de una dictadura de extrema derecha en manos de fuerzas como el Nuevo Frente Popular (NFP), encabezado por Jean-Luc Mélenchon—que reúne a su partido Francia Insumisa, al burgués Partido Socialista (PS), al estalinista Partido Comunista Francés (PCF) y a los Verdes.

Aunque Mélenchon recibió 8 millones de votos en las elecciones presidenciales de 2022, concentrados entre los trabajadores urbanos, jamás convocó a una movilización masiva de sus votantes para luchar contra los recortes impopulares a las pensiones de Macron ni contra la amenaza de una dictadura neofascista. En cambio, declaró al periodista Bruce Toussaint de BFM-TV durante las elecciones de 2022 que estaría dispuesto a servir como primer ministro bajo una presidenta neofascista, Marine Le Pen.

Las continuas traiciones a las luchas obreras por parte de fuerzas vinculadas al NFP, así como sus lazos corruptos con el RN, no han hecho más que consolidar el apoyo a la extrema derecha.

Hay que dar la voz de alarma. La vasta oposición que existe contra el programa reaccionario de Macron debe movilizarse también contra Bardella y el RN. Esto exige la movilización independiente de la clase obrera contra Bayrou y Macron, preparándose para derribar su gobierno mediante una huelga general y poniendo en el orden del día la expropiación de la oligarquía capitalista para resolver la crisis de deuda y financiar las necesidades sociales elementales.

Solo con una política revolucionaria se puede ganar a los trabajadores que hoy votan por el RN de vuelta a la izquierda y a la lucha por el socialismo, y oponerse a los planes de la burguesía y de la extrema derecha de guerra imperialista, dictadura y empobrecimiento de la población.

(Artículo originalmente publicado en inglés el 5 de septiembre de 2025)

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