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Los líderes de China, Rusia y la India se reúnen en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái

La reunión de dos días de los líderes de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) finalizó ayer en la ciudad china de Tianjin. El anfitrión, el presidente chino Xi Jinping, presentó su visión de un mundo multipolar en oposición al “hegemonismo y la política de poder”, una crítica apenas velada a Estados Unidos.

[AP Photo/Suo Takekuma]

El grupo tiene sus raíces en lo que se denominó el “Shanghái Cinco”, formado por China y Rusia junto con Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán en 1996 para contrarrestar las intervenciones estadounidenses en Asia Central tras la disolución de la Unión Soviética. La OCS se estableció formalmente en 2001 y se amplió para incluir a Uzbekistán. Posteriormente, India, Pakistán, Bielorrusia e Irán se han incorporado como miembros de pleno derecho, mientras que otros 14 países, entre ellos Arabia Saudí, Turquía y Egipto, son socios de diálogo.

Aunque la asistencia de muchos de los 20 líderes a la cumbre no tuvo nada de especial, la presencia del primer ministro indio, Narendra Modi, en su primera visita a China en siete años, hizo saltar las alarmas en Washington. El imperialismo estadounidense ha cultivado cuidadosamente las relaciones económicas y estratégicas con la India durante más de una década, al tiempo que ha acelerado sus preparativos para la guerra con China, a la que considera la principal amenaza para el dominio global de Estados Unidos.

Modi había señalado anteriormente que no asistiría a la cumbre, alegando su necesaria asistencia a una sesión del Parlamento indio, en lo que solo podía interpretarse como un desaire calculado a China. Aunque se había iniciado un deshielo, las relaciones entre los dos países eran frías tras los enfrentamientos militares a lo largo de su disputada frontera en 2020, que se saldaron con la muerte de 20 soldados indios y cuatro chinos.

Modi cambió abruptamente sus planes en medio de un enfrentamiento con la administración Trump por la compra de petróleo ruso por parte de la India. A principios de agosto, Trump intentó intimidar a la India para que se sometiera duplicando los aranceles sobre las exportaciones indias a Estados Unidos hasta un enorme 50 %. Modi se negó a ceder y el 25 % final del arancel entró en vigor la semana pasada. De hecho, Reuters informó el jueves pasado que la India tiene previsto aumentar las compras de petróleo ruso entre un 10 % y un 20 %.

Trump había estado presionando a la India y a China para que pusieran fin a las importaciones de petróleo ruso como medida para obligar al presidente ruso, Vladímir Putin, a hacer concesiones a Ucrania como parte de las negociaciones sobre un alto el fuego en la guerra en curso. El hecho de que Trump no hubiera impuesto a China un aumento de los aranceles similar al de la India fue sin duda doblemente irritante para Modi, dada la larga asociación estratégica de la India con Estados Unidos.

La presencia de Modi en China esta semana supuso una especie de golpe diplomático para Xi, quien le dio una efusiva bienvenida el domingo, afirmando que los dos países no deben permitir que la cuestión fronteriza defina sus relaciones generales y que deben ser socios de desarrollo, no rivales. Modi, por su parte, declaró que ahora existe una “atmósfera de paz y estabilidad” entre ellos.

Modi y Xi se reunieron en Rusia el pasado mes de octubre, al margen de la cumbre del BRICS, poco después de alcanzar un acuerdo sobre patrullas fronterizas. En las últimas semanas, se ha producido un nuevo acercamiento entre ambos países, como lo demuestra el restablecimiento de los vuelos directos y el levantamiento de las restricciones chinas a las exportaciones a la India, incluidas las tierras raras. Ayer, según Modi, los dos líderes discutieron la reducción del enorme déficit comercial de la India con China, su mayor socio comercial, que asciende a 99.000 millones de dólares.

Xi utilizó claramente la cumbre de la OCS como plataforma para demostrar la capacidad de China para contrarrestar los esfuerzos de Estados Unidos por aislarla internacionalmente y rodearla militarmente. “La gobernanza mundial ha llegado a una nueva encrucijada”, afirmó.

En otra crítica a Estados Unidos y a Trump, sin nombrar a nadie, Xi criticó las “prácticas de intimidación” y declaró: “Las reglas internas de unos pocos países no deben imponerse a los demás”.

La reunión aceptó la propuesta de Xi de crear un nuevo banco de desarrollo de la OCS con el fin de socavar aún más el dominio del dólar estadounidense en el comercio y las finanzas mundiales. Beijing proporcionará 10.000 millones de yuanes (1400 millones de dólares estadounidenses) en préstamos al nuevo consorcio bancario y otros 2000 millones de yuanes en ayuda a los Estados miembros este año. China también tiene previsto construir un centro de cooperación en inteligencia artificial para los países de la OCS.

Putin también aprovechó la oportunidad para pedir un “multilateralismo genuino” que siente las bases para “un nuevo sistema de estabilidad y seguridad en Eurasia”. En una clara referencia a Estados Unidos y la OTAN, añadió: “Este sistema de seguridad, a diferencia de los modelos eurocéntricos y euroatlánticos, [...] [sería] verdaderamente equilibrado y no permitiría que un país garantizara su propia seguridad a expensas de otros”.

Putin también arremetió contra Estados Unidos y la OTAN por la guerra en Ucrania, afirmando que “no surgió como resultado de la agresión de Rusia contra Ucrania, sino como consecuencia de un golpe de Estado [en 2014] en Ucrania, que fue apoyado y provocado por Occidente”. Elogió los esfuerzos de China y la India para facilitar una solución a la crisis y dijo que informaría a los miembros de la OCS de los detalles de las negociaciones del mes pasado con Trump en Alaska en reuniones bilaterales.

Tanto China como la India han pedido el fin de la guerra, pero al mismo tiempo se han negado rotundamente a condenar la invasión de Rusia en 2022.

Se hicieron esfuerzos para presentar una atmósfera de cordialidad y buen humor. Modi y Putin llegaron juntos en el vehículo de Putin a la reunión de ayer tras una larga discusión y se unieron a Xi para una sesión fotográfica en la que aparecieron cogidos de la mano en un círculo cerrado. Los líderes indio y ruso también elogiaron públicamente sus propias conversaciones.

Un editorial del Washington Post titulado “La tensa relación de Trump con la India podría ser contraproducente” expresaba la alarma de los círculos gobernantes estadounidenses por el fracaso del burdo intento de la Casa Blanca de utilizar fuertes aranceles para doblegar a Nueva Delhi y romper los lazos que desde hace tiempo unen a la India con Rusia.

“Beiing sigue siendo el rival más poderoso de Washington. En términos puramente económicos, China ya es un adversario mucho más formidable de lo que jamás lo fue la Unión Soviética”, señalaba, y concluía:

“El enfoque de suma cero de Trump consiste en no dejar nada sobre la mesa en las negociaciones. Incluso en los negocios, eso es posiblemente un error. La buena voluntad tiene valor. Las conversaciones de Trump con China podrían resultar tan dolorosas como las que está manteniendo con sus aliados. Quizás entonces aprecie más las buenas relaciones con sus amigos”.

Sin embargo, los funcionarios de Trump no han dado señales de prestar atención al consejo. El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, describió la cumbre de la OCS como “teatral” y denunció a la India y China como “malos actores” que “alimentan la maquinaria bélica rusa”. El asesor comercial antichino de Trump, Peter Navarro, condenó a la India por su “arrogancia” y declaró que “los brahmanes se están lucrando a costa del pueblo indio” con el comercio de petróleo con Rusia. En un arranque de exasperación, Navarro calificó el conflicto en Ucrania como “la guerra de Modi”.

Modi no tiene intención de romper inmediatamente las relaciones con Estados Unidos. De camino a la cumbre de la OCS, hizo escala en Tokio, donde elogió la labor del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad o Quad, un pacto cuasi militar con Japón, Estados Unidos y Australia. En declaraciones a Nikkei Asia, Modi repitió la propaganda habitual de Estados Unidos, declarando: “Como democracias vibrantes, economías abiertas y sociedades pluralistas, estamos comprometidos con un Indo-Pacífico libre, abierto e inclusivo”, dirigido contra la China “autoritaria”.

Al igual que los demás miembros de la OCS, incluidos China y Rusia, la India persigue agresivamente sus intereses económicos y estratégicos en medio de una agudización de la crisis económica internacional, exacerbada por las medidas de guerra comercial de Trump, junto con el aumento de las tensiones geopolíticas y una guerra mundial en ciernes. Azotados por las tensiones sociales en el interior y divididos por numerosas disputas sin resolver, ninguno de ellos tiene una solución progresista a la erupción global de la violencia imperialista y la profundización de la crisis del sistema capitalista.

(Publicado originalmente en ingles el 2 de septiembre de 2025)

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