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Los incendios forestales avivados por el cambio climático devastan España

Los bomberos combaten un incendio forestal en Veiga das Meas, noroeste de España, el sábado 16 de agosto de 2025. [AP Photo/Lalo R. Villar]

Grandes fuegos están quemando los bosques españoles a lo largo del mes de agosto arrasando simultáneamente varias regiones lo que dificulta aún más su extinción. En las últimos dos semanas se han producido incendios en Galicia, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Asturias, Cantabria, Andalucía o Valencia. Se han quemado ya más de 350.000 hectáreas en toda España, lo que equivale a la extensión de la ciudad de Barcelona 34 veces o toda la isla de Mallorca, en lo que es el peor año desde que existen registros

El incendio que se inició el 10 de agosto en Molezuelas de la Carballeda (Castilla-León) se ha convertido ya en el más grande de la historia de España con más de 50.000 hectáreas quemadas causando además dos muertos.  En Galicia el incendio de Chandrexa de Queixa es el mayor de la historia de esta región que históricamente ha visto arder sus bosques con gran intensidad.

Por ahora se han registrado 4 muertos, decenas de heridos unos 10 de ellos graves y más de 24.000 evacuados. Muchos pueblos han ardido con familias perdiendo sus casas y sus pertenencias, decenas de carreteras han sido cortadas y la conexión por ferrocarril entre Madrid y Galicia se ha cerrado por el peligro del fuego

El complejo arqueológico de las minas romanas de las Médulas, patrimonio de la humanidad por la Unesco, fue arrasado por el fuego. Según los expertos el choque térmico y la pérdida de vegetación protectora podrían poner en riesgo siglos de ingeniería romana. El parque natural de los Picos de Europa ha sido también afectado por el fuego.

Lo que sucede en España no es un hecho aislado, En Europa, Francia sufre la peor temporada de incendios forestales en 75 años, Portugal está en estado de alerta, Chipre tuvo el 22 y 23 de julio los peores incendios en medio siglo, y enormes fuegos se expanden por Grecia, Turquía, Albania y los Balcanes. La temporada de incendios forestales en Europa ha arrasado 439.568 hectáreas en lo que va de año, lo que supera por más del doble el promedio de los últimos 19 años.

Fuera de Europa, EE. UU. y Canadá han sufrido también grandes fuegos. Canadá vive la segunda peor temporada de incendios de la historia con una superficie quemada próxima al tamaño de Panamá.

Esto es una consecuencia del cambio climático y la incapacidad del capitalismo para luchar contra el mismo. Lorenzo Labrador, científico de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) explica que el cambio climático “desempeña un rol indirecto pero clave al incrementar la frecuencia e intensidad de las olas de calor y prolongar las sequías. Esas condiciones aumentan el riesgo y la probabilidad de propagación”, el calor extremo y las sequías secan la vegetación que se convierte en el combustible perfecto para expandir el fuego.

Los datos no dejan lugar a dudas, julio de 2025 se registró como el tercer mes más caluroso de la historia desde que existen datos climáticos confiables, solo superado por los julios de 2023 y 2024. La temperatura media global de la superficie terrestre y oceánica para lo que va de 2025 (de enero a julio) supera en 1,18 °C el promedio del siglo XX. Esto convierte a 2025, hasta ahora, en el año más cálido registrado, superando incluso al récord establecido en 2023.

Estas condiciones producen los llamados incendios de sexta generación. Estos incendios son capaces de generar su propia meteorología al formar vientos, rayos o tormentas, conocidos como pirocúmulos, debido al calor extremo que emiten. Esto hace que tengan además una gran velocidad de propagación y sean casi imposibles de extinguir.

Un estudio de la Universidad de Tasmania, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, reveló que la frecuencia e intensidad de los incendios forestales extremos se han más que duplicado en las últimas dos décadas.

Las emisiones de CO2 generadas por los incendios son las más altas desde que hace 23 años se empezaron a registrar datos. Serbia, Grecia y Albania registraron las más altas desde 2007, Chipre su máximo acumulado anual en solo dos días y el Reino Unido las más altas de su historia en gran parte por los grandes incendios forestales que afectaron al norte de Escocia en los últimos días de junio y a principios de julio.

Las consecuencias del cambio climático son catastróficas y no solo en lo relativo a los incendios, en octubre pasado unas grandes inundaciones producto también del cambio climático dejaron más de 200 muertos. A pesar de que los científicos habían previsto que esas inundaciones podían producirse las autoridades españolas no hicieron nada para prevenirlas o preparar planes de emergencia.

Es sabido que el cambio climático producirá cada vez mayores catástrofes naturales, pero no se toma ninguna acción coordinada para detenerlo ni para invertir los recursos necesarios para establecer una infraestructura y planes de respuesta a desastres capaces de mitigar tales emergencias.

Los gobiernos podridos que dirigen el sistema capitalista entregan esos recursos a los grandes bancos y corporaciones para que cada vez sigan ganando más dinero o los invierten en prepararse para la guerra. En 2024, el gasto combinado en defensa de los Estados miembros de la UE alcanzó los 326 000 millones de euros, un incremento de más del 30 % respecto a 2021, representando alrededor del 1,9 % del PIB de la UE Ahora los países de la OTAN ampliarán sus presupuestos militares hasta un 5% del PIB, mientras el plan de rearme para Europa 'Readiness 2030' prevé gastar hasta 800.000 millones de euros en 4 años.

Esas inmensas cantidades saldrán de recortes en el gasto social, salud, educación, pensiones, pero también de la lucha contra el cambio climático y de la prevención de sus consecuencias. España gasta 26.000 millones de euros al año en gasto militar, esa cifra más que se triplicará en los próximos años con los planes antes citados. A su lado las cifras para la lucha contra los incendios son ridículas y a la baja, entre 2009 y 2025 han pasado de 1.742 millones de euros hasta los 1.295 millones de euros. La partida destinada a prevención del fuego ha pasado de 364 millones de euros a 175,8.

En 2020 Greenpeace señalaba en un informe que el 81,52% de la superficie forestal española no tiene planes de gestión. Además, Desde 1962 hasta 2019 se han abandonado 4 millones de hectáreas de tierras de cultivo en España que ahora es superficie forestal.

Mónica Parrilla, responsable de incendios de Greenpeace España señalaba ya entonces de forma premonitoria: “España es el segundo país con más superficie forestal de la UE y, sin embargo, hay dos terceras partes en riesgo de desertificación. Esto no son mensajes antagónicos. El abandono de tierras de cultivo y la falta de gestión de masas forestales, ha derivado en un paisaje altamente inflamable. Si ese paisaje no lo gestionamos, lo hará el fuego de manera devastadora”. Es lo que está pasando ahora.

La falta de fondos también afecta a los bomberos forestales, que trabajan en condiciones agotadoras. Falta personal, los sueldos son muy bajos y las cargas de trabajo son extenuantes. Además, gran parte de los contratos son temporales y solo duran el verano. No hay pluses por exposición a agentes tóxicos o peligrosidad, ni planes específicos para riesgos laborales

Un bombero de Castilla León, donde un 80% trabajan solo en verano contratados por empresas privadas, explicaba que 'Estamos en manos de gente que no tiene ni idea de gestionar un operativo” y que 'Los sueldos son miserables' por jornadas que pueden llegar hasta las 18 horas al día. Sobre las empresas que los contratan señala “Los trabajos salen por subastas a contratos de licitación a la baja y la empresa que menos paga, es la que se lleva las adjudicaciones de las obras de prevención y extinción Al final, los que salimos pagando son los trabajadores, porque estas empresas lo que hacen es ratear en todo lo que pueden: en salarios y en material'.

Los sindicatos no hacen nada por estos trabajadores que en muchos casos llevan años con los salarios y sus convenios congelados. Las pocas huelgas que se han llevado a cabo se aíslan en regiones concretas y no se ha hecho ninguna movilización a nivel nacional. Los bomberos forestales no pueden esperar ya nada de estos sindicatos, esta es una nueva prueba de la necesidad de formar Comités de Base donde los trabajadores puedan romper el dominio de las burocracias sindicales y organizar su lucha a nivel no solo de España sino junto a sus compañeros de toda Europa que sufren condiciones similares a las suyas.

La única gestión de los incendios que puede hacer el capitalismo es esperar a que haga menos calor, llueva o dejar que los bosques ardan hasta que no haya nada más que quemar. Se necesita organizar la sociedad de forma socialista para llevar adelante de forma unificada e internacional la lucha contra el cambio climático y destinar los recursos necesarios para prevenir y apagar los incendios.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 17 de agosto de 2025)

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