Español

Thyssenkrupp Steel exige recortes salariales por 200 millones de euros

Apenas ha concluido la elección anticipada del comité de empresa en la planta más grande de Thyssenkrupp Steel, y el sindicato IG Metall ya se prepara para implementar los ataques exigidos por la alta dirección de la empresa.

Instalación de Thyssenkrupp en Duisburgo [Photo by Bundesanstalt für Wasserbau / undefined]

Desde hace varias semanas, funcionarios de IG Metall y representantes del comité de empresa llevan sentándose con la junta directiva para coordinar la “reestructuración” de la división de acero de Thyssenkrupp. El plan es eliminar 11.000 de los 27.000 empleos actuales y reducir los salarios en un 10 por ciento.

El sábado, el sindicato presentó por primera vez las propuestas concretas de la dirección de la siderurgia para aplicar los recortes. IG Metall enumeró 10 puntos:

1. Eliminación de todos los pagos únicos como el aguinaldo navideño y los bonos vacacionales

2. Terminación de las primas por antigüedad

3. Congelación salarial en la próxima ronda de negociación colectiva

4. Reducción de la semana laboral de 34 a 33 horas sin compensación salarial

5. Eliminación del día extra de “invierno” acordado colectivamente

6. Reducción de las horas de trabajo sin compensación salarial para empleados fuera del convenio colectivo (sin detalles especificados)

7. Eliminación de seis días libres adicionales para trabajadores fuera del convenio, aunque pueden ser “recomprados” aceptando recortes salariales

8. Reducción a la mitad del plus por disponibilidad fuera del horario laboral

9. Disminución de aprendices y sin plazas fijas para quienes terminen la formación

10. Eliminación de las aportaciones patronales a los planes de ahorro para empleados

En conjunto, estas medidas buscan ahorrar 200 millones de euros al año. La junta directiva de la siderurgia, encabezada por Dennis Grimm, quiere aplicarlas inicialmente por un periodo de cuatro años.

En su folleto, IG Metall arremete ruidosamente contra esta “lista de venenos”, pero deja clara su postura desde el inicio: “No hay discusión de que la situación económica de Thyssenkrupp Steel Europe es extremadamente grave”. El jefe negociador Knut Giesler es citado diciendo: “Ya son las cinco pasadas de la medianoche, por triste que sea, TKSE se ha convertido en un caso de reestructuración”.

Por eso, tanto IG Metall como el comité de empresa no se opusieron desde el principio a la eliminación de 11.000 empleos. Su única exigencia, como siempre, fue que estas reducciones no se hicieran mediante despidos forzosos. La demanda de reducir el costo laboral en un 10 por ciento está sobre la mesa desde hace tiempo.

En este momento, es necesario lanzar una advertencia clara: Giesler, secretario regional de IG Metall, es quien implementará todos estos ataques con la ayuda del aparato sindical y el comité de empresa, en colaboración con la dirección de la siderurgia. Cuando se le cita en el folleto diciendo que “un zarpazo tan brutal al bolsillo de nuestros compañeros no es aceptable para IG Metall”, en relación con las negociaciones de la próxima semana, en realidad esto significa que los ataques al salario de los trabajadores se organizarán de otra manera.

Giesler y su equipo negociador planean organizar la masacre de empleos de manera “socialmente aceptable”: con planes de jubilación anticipada, jubilación parcial, indemnizaciones, etc. Quien no cumpla con los requisitos por ser demasiado joven o caro, será redirigido a una llamada “empresa de transferencia”, el paso anterior a la oficina de desempleo.

Así como están trazando los mecanismos para eliminar uno de cada cuatro puestos de trabajo, encontrarán formas de implementar la reducción del 10 por ciento en los costos laborales. No sería la primera vez que acuerdan una reducción temporal de jornada sin compensación salarial completa para trasladar los costos a la clase trabajadora. Es muy probable que se adelante el cierre ya acordado de plantas más pequeñas, como las de Bochum, Kreuztal-Eichen o incluso la acería Krupp Mannesmann (HKM) en el sur de Duisburgo, que emplea a 3.000 trabajadores.

IG Metall siempre ha demostrado gran “creatividad” cuando se trata de hacer cumplir los intereses de los accionistas.

En el pasado, el sindicato ha desactivado sistemáticamente la oposición de la plantilla organizando protestas ruidosas y manifestaciones que generan cobertura mediática. Intentará hacer lo mismo esta vez. Antes, han sido invitados representantes gubernamentales del gobierno federal y del estado de Renania del Norte-Westfalia para apaciguar a los trabajadores, con promesas de subsidios, por ejemplo debido al cambio al “acero verde”.

IG Metall también aprovechará la narrativa de la importancia de la industria siderúrgica nacional en tiempos de guerra. Después de todo, respalda las políticas pro-bélicas tanto del viejo como del nuevo gobierno federal, y ha dejado claro en este contexto que apoya trasladar los enormes costos del rearme y la guerra a la clase trabajadora.

A pesar de toda la retórica militante de los representantes del comité de empresa y de los funcionarios sindicales en sus eventos, jamás se ha materializado una sola de las “luchas” que han anunciado. Hace casi un año, Ali Güzel, presidente del comité de empresa del sector siderúrgico, gritó frente a la sede en Duisburgo: “¡Mañana empezamos la lucha! Alguien tiene que detener esta locura. ¿Quién, si no nosotros?”. Desde entonces, no ha ocurrido nada.

No será diferente esta vez si Güzel y compañía se salen con la suya. IG Metall y su comité de empresa ahora claman: “Decimos: ¡Basta ya! Estamos unidos. Luchamos unidos. Y no vamos a dividirnos. … Ahora es el momento de hacernos presentes y permanecer unidos”.

Por “hacernos presentes”, los burócratas se refieren a más protestas ruidosas. El énfasis en “cerrar filas” es una advertencia para cualquiera que quiera luchar de verdad: no desafíen los dictados del comité de empresa de IG Metall ni del aparato sindical. Sométanse y manténganse en silencio.

Utilizarán la reciente elección del comité de empresa como moneda de cambio, elección que se adelantó precisamente con ese propósito. Hace tres semanas escribimos: “La elección sirve únicamente para llevar a cabo la masacre laboral anunciada por la empresa”.

Rechazamos el argumento del dirigente sindical y miembro del comité de empresa de IG Metall, Dirk Riedel, de que el sindicato necesitaba “un mandato de las bases” a través de la elección del comité de empresa. En cambio, dijimos que Riedel “ondeará el resultado de la elección ante la nariz de cualquiera que se oponga al plan social que se presentará este verano y parloteando sobre el ‘mandato que recibió IG Metall en la elección’”. La elección del comité de empresa está destinada a cortar de raíz cualquier esfuerzo opositor.

Por eso es necesario repetir el siguiente llamamiento:

Hacemos un llamado a los trabajadores siderúrgicos de Thyssenkrupp—no solo en el norte de Duisburgo—para que ayuden a construir comités de base. ¡Rompan con el estrecho y miope marco de las luchas en el lugar de trabajo dictadas por IG Metall! Amplíen la mirada más allá de su situación inmediata y ¡contáctennos! El momento de actuar es ahora—de lo contrario, el desmantelamiento progresivo de la industria siderúrgica continuará hasta que solo quede un remanente vinculado a los intereses bélicos. Envíen un mensaje de WhatsApp al +49 163 3378340 y regístrense mediante el formulario que sigue.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 de julio de 2025)

Loading