¡Construyan un movimiento contra esta traición! Llenen el formulario a continuación para obtener más información sobre cómo construir un comité de base.
El miércoles, el sindicato de Trabajadores Unidos del Comercio y la Alimentación (UFCW, por sus siglas en inglés) anunció un acuerdo tentativo (AT) que cubre a 45.000 trabajadores de supermercados del sur de California en las cadenas Albertsons, Ralphs, Vons y Pavilions.
El anuncio desafía directamente la votación de los afiliados, que aprobaron una huelga con un margen del 90 por ciento. Durante semanas, el UFCW fingió con gran estruendo estar preparado para declarar una huelga, incluso organizando “piquetes de práctica” frente a algunas tiendas. La semana pasada, declaró que el viernes era el último día de negociaciones y que estaban al borde de una huelga—solo para mantener a los trabajadores en sus puestos. Esta demora, sin explicación alguna, ayudó a la patronal a seguir preparándose para romper una posible huelga contratando rompehuelgas.
Como es habitual con la burocracia sindical, el AT fue anunciado sin brindar ningún detalle concreto y acompañado apenas por frases vacías. Según el sindicato, el acuerdo supuestamente incluye “mejores salarios, más dinero para pensiones, mejoras adicionales en salud y bienestar, mayor dotación de personal y más”, sin explicar absolutamente nada. En el anuncio, los burócratas también se felicitaron a sí mismos, destacando una “intensa sesión de negociación de más de 40 horas”.
¡Los trabajadores no pueden aceptar esta traición! Deben organizarse en comités de base en todos los supermercados de la región para revocar esta decisión, rechazar el contrato e imponer su voluntad de ir a la huelga. Deben hacer un llamado a la unidad con sus hermanos y hermanas de todo el país y romper con el aislamiento que los burócratas proempresariales del UFCW intentan imponer.
Pocos minutos después del anuncio, la página de Facebook del Local 324 del UFCW fue inundada con comentarios furiosos.
Rebecca, una trabajadora, escribió: “Sería una locura aceptar algo menos que un aumento salarial de 3 dólares por hora cada año durante los próximos tres años”.
Michael agregó: “¿Por qué estamos de acuerdo con esto si no conocemos el contrato? Espero que lo podamos ver antes de aceptarlo”.
Si el contrato incluyera mejoras reales, el sindicato lo estaría publicitando a los cuatro vientos. Pero su negativa a presentar detalles demuestra que se trata de una miserable traición. “Mejores salarios” en este contexto probablemente signifique un aumento apenas superior a 3 dólares la hora, repartido en tres años, lo que ya habían propuesto las empresas. Los salarios actuales de los trabajadores de supermercados oscilan entre 16,25 y 26,75 dólares por hora en una de las regiones más caras del país.
El sindicato intenta aprobar el contrato a escondidas y con la mayor rapidez posible, negando a los trabajadores el tiempo necesario para estudiarlo y debatirlo. Sólo se permitirán dos reuniones por Zoom para revisar el acuerdo: una el lunes 7 de julio a las 6:00 p.m. y otra a la mañana siguiente a las 9:00 a.m. La votación comenzará el miércoles 9 de julio y se extenderá hasta el viernes 11.
Este acuerdo es un acto deliberado de sabotaje contra una posible oleada de huelgas a nivel nacional protagonizadas por trabajadores de supermercados. Unos 100.000 afiliados al UFCW tienen contratos que vencen este verano, desde California y el estado de Washington hasta Colorado e Indiana.
Pero el UFCW en todos los casos está haciendo todo lo posible para socavar la unidad de los trabajadores y bloquear o limitar las huelgas. En Colorado, el sindicato solo convocó a la huelga a una parte de los trabajadores de Albertsons (aunque recientemente se vio obligado a incluir a decenas de tiendas más). Ese mismo local mantiene trabajando a los empleados de la cadena King Soopers sin contrato, pese a haber vencido el acuerdo de “paz laboral” de 100 días que fue utilizado por el sindicato a comienzos de año para cancelar una huelga.
Esta oposición debe estar organizada. La burocracia sindical ha dejado clara su posición: está con las corporaciones, no con los trabajadores. La lucha debe pasar a manos de la clase obrera.
Deben formarse comités de base en cada tienda y centro de distribución. Estos comités—democráticamente controlados por los propios trabajadores—deben exigir:
• Divulgación inmediata del acuerdo tentativo, con copias impresas disponibles para todos los trabajadores y tiempo suficiente para su discusión y debate.
• Al menos dos semanas después de la entrega del contrato completo para garantizar que los trabajadores tengan tiempo para debatirlo y analizarlo adecuadamente.
• Control del proceso de votación por parte de las bases para prevenir cualquier intento de manipulación o fraude.
• Fecha límite inmediata para la huelga, fijada y ejecutada por las bases, no por los burócratas sindicales, y coordinada con otros trabajadores en el país. Una vez que los trabajadores rechacen el contrato, la huelga debe comenzar de inmediato.
El punto de partida en las negociaciones no debe ser lo que las empresas estén dispuestas a ofrecer, sino lo que los trabajadores realmente necesitan para vivir.
• Un salario inicial de al menos 30 dólares por hora para hacer frente al aumento vertiginoso del costo de vida en California. Este es el mínimo indispensable para escapar de la pobreza y la inseguridad.
• Cobertura total de salud y pensiones para todos los trabajadores—sin niveles, sin recortes y sin trampas de copagos.
• Garantía de empleo a tiempo completo para todo aquel que lo desee. Fin a los horarios precarios, el trabajo a tiempo parcial forzado y los sueldos de miseria.
• No a la vigilancia, no al acoso, protección total frente a las redadas de ICE de Trump y la represión estatal. Muchos trabajadores de supermercados son inmigrantes, y sus lugares de trabajo—y viviendas—deben estar protegidos frente a la violencia estatal.
Los burócratas quieren hacer creer a los trabajadores que no hay nada que puedan hacer para detener esto, pero eso es una mentira. Están surgiendo las condiciones para un poderoso movimiento de masas en Estados Unidos, que enfrente a la clase trabajadora con la oligarquía corporativa, Trump y sus cómplices del Partido Demócrata.
El martes en Filadelfia, 9.000 trabajadores municipales iniciaron una huelga. La ciudad es una de muchas en todo el país con grandes déficits presupuestarios, incluyendo Los Ángeles, donde el concejo municipal declaró una emergencia fiscal debido a un agujero de 1.000 millones de dólares, que proponen comenzar a cubrir con al menos 600 despidos.
En Los Ángeles y en cada ciudad, los demócratas locales afirman que no se puede hacer nada para detener estos recortes en algunas de las metrópolis más ricas del mundo, sedes de grandes corporaciones y multimillonarios. Mientras tanto, el Congreso está a punto de aprobar más de 3 billones de dólares en recortes impositivos para los ricos, y el presupuesto militar ha alcanzado su nivel más alto en la historia. Esta operación de saqueo social está conectada con el despliegue de tropas ordenado por Trump a Los Ángeles y sus planes de establecer una dictadura.
Pero las manifestaciones masivas contra Trump y el creciente impulso huelguístico demuestran cuán aislada está realmente la élite corporativa. La clase obrera tiene un enorme poder—pero sólo si está organizada y actúa con independencia.
El Partido Socialista por la Igualdad y el World Socialist Web Site están preparados para ayudar a los trabajadores en esta lucha. Les instamos a que se comuniquen con nosotros para comenzar el proceso de formación de un comité de base en su lugar de trabajo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de julio de 2025)
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