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600.000 trabajadores del sector público en Turquía se oponen a contrato que impone recortes salariales

Continúan las negociaciones para el Protocolo Marco del Sector Público (PFP) 2025–26, que establece los aumentos salariales y de beneficios para más de 600.000 trabajadores del sector público en Turquía. La oferta de aumento salarial del Sindicato de Empleadores Públicos de los Sectores de la Industria Pesada y Servicios de Turquía (TUHIS), el representante oficial del gobierno y los empleadores públicos en las negociaciones, está empujando a los trabajadores a la lucha ya que sus salarios reales se erosionan ante el aumento del costo de vida.

TUHIS anunció un aumento del 16 por ciento para el primer semestre. Las confederaciones Türk-İş y Hak-İş exigieron oficialmente que el salario diario mínimo aumente a 1.800 liras ($ US 45), seguido de un incremento del 50 por ciento en el primer semestre y del 25 por ciento para el semestre siguiente. Sin embargo, tras reunirse con la burocracia sindical, TUHIS aumentó el alza sólo en 1 punto porcentual, al 17 por ciento para el primer semestre, lo cual constituye un insulto para los trabajadores. Para el segundo semestre, el aumento salarial pasó del 10 al 12 por ciento.

La indignación de los trabajadores y su oposición a la propuesta es abrumadora. Por lo tanto, la confederación progubernamental Türk-İş se vio obligada a anunciar un “programa de acción”. En consecuencia, el 26 de junio, los trabajadores no laboraron hasta el mediodía. El 3 de julio se realizarán protestas frente a las oficinas provinciales del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente Recep Tayyip Erdogan. El 8 de julio, los trabajadores permanecerán en sus lugares de trabajo hasta la madrugada, y el 17 de julio harán una huelga de un día.

Trabajadores de la industria de defensa, cuyo derecho a huelga está legalmente restringido, organizaron protestas masivas en Eskişehir, Estambul, Kayseri y Kocaeli. El jueves, trabajadores del astillero de Estambul y del taller militar textil rompieron una barricada policial y bloquearon la autopista E-5 (D100) durante una marcha después del trabajo. Escenas similares se observaron el viernes en Kocaeli, donde trabajadores del astillero naval de Gölcük también bloquearon la autopista D100.

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Los trabajadores del sector público en Turquía, al igual que otros sectores de la clase trabajadora, enfrentan medidas de guerra de clases, impulsadas por el gobierno, por municipios tanto del AKP como del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), y por las empresas, con el fin de suprimir los salarios y eliminar beneficios sociales.

Los trabajadores del sector público se han involucrado en luchas cada vez más combativas a pesar de la burocracia sindical, mientras que docentes de escuelas privadas marchan desde Estambul a Ankara desde el 25 de junio para exigir salarios básicos y derechos sociales. En Izmir, una ciudad de 4,5 millones de habitantes, 23.000 trabajadores municipales realizaron una huelga de siete días a finales de mayo contra el mísero contrato impuesto por la administración municipal del CHP. En el municipio de Buca, también gobernado por el CHP, alrededor de 1.700 trabajadores abandonaron sus puestos a mediados de junio debido a salarios impagos y otras compensaciones. En ambos municipios, los trabajadores enfrentaron tanto a la administración rompehuelgas como a la burocracia sindical.

El Instituto de Estadística de Turquía (TurkStat) anunció que la tasa oficial de inflación anual es del 35,41 por ciento. Sin embargo, ENAG, una organización independiente, calculó este índice en 73,88 por ciento. Previamente, los cálculos de ENAG sobre la inflación real anual habían permanecido por encima del 100 por ciento durante un largo periodo.

El salario promedio actual de los trabajadores del sector público es de aproximadamente 37.500 liras turcas (TL), y un aumento del 17 por ciento lo elevaría a 43.875 TL. Sin embargo, esto no representa ni siquiera la mitad de la línea de pobreza promedio para una familia de cuatro personas. Según un estudio realizado por Türk-İş, en junio de 2025 el monto total necesario de gastos mensuales para una familia de cuatro personas (línea de pobreza), incluyendo alimentación, vestimenta, vivienda (alquiler, electricidad, agua, combustible), transporte, educación, salud y otras necesidades similares, asciende a 85.065 TL.

En una declaración para Evrensel, un trabajador de Obras Hidráulicas del Estado reaccionó así a la oferta del gobierno: “No pedimos mucho. En períodos anteriores, recibíamos un salario equivalente a la línea de pobreza. Ahora estamos un poco por encima de la línea de hambre, un poco por encima del salario mínimo. Queremos que al menos esté a nivel de la línea de pobreza”.

Según datos reportados por el escritor Erhan Bilgin, quien comentó sobre las estadísticas de las 500 mayores empresas según la Cámara de Industria de Estambul en Evrensel, la caída en los salarios de los trabajadores del sector público en los últimos cinco años sólo es comparable con la registrada tras el golpe militar respaldado por la OTAN en 1980. El asalto capitalista posterior al golpe contra los derechos sociales y económicos provocó una huelga general de trabajadores del sector público en 1989, y los salarios del sector alcanzaron su punto máximo en 1993 tras estas luchas. Según los datos, los salarios de los trabajadores del sector público han caído a un tercio de lo que eran en 1993 (en términos de poder adquisitivo), y casi se han reducido a la mitad bajo los gobiernos de Erdogan desde 2002.

Mientras la clase trabajadora ve deterioradas sus condiciones económicas, los recursos sociales se transfieren a las corporaciones, los bancos y el militarismo. Según el Informe Anual de Riqueza 2025 publicado por UBS, con sede en Suiza, Turquía destacó el año pasado como el país con el mayor aumento en la cantidad de millonarios en dólares estadounidenses. Turquía registró 7.000 nuevos millonarios en dólares en 2024, el mayor incremento a nivel mundial con una tasa del 8,4 por ciento.

Esto sólo ha sido posible a través del aumento de la explotación de la clase trabajadora y del despojo de sus condiciones sociales. Según el coeficiente de Gini de desigualdad de riqueza citado en el mismo informe, Turquía ocupa el noveno lugar a nivel mundial, con un valor de 0,73 en 2024.

El ataque social contra la clase trabajadora está inseparablemente ligado al militarismo y la guerra. En la última cumbre de la OTAN en La Haya, los líderes acordaron aumentar el gasto en defensa al 5 por ciento del PIB. Erdogan subrayó su compromiso con este objetivo y declaró: “De hecho, somos uno de los países más cercanos a alcanzar el 5 por ciento”. Esto anticipa ataques aún más intensos contra la clase trabajadora.

En 2024, el gasto en defensa como proporción del PIB de Turquía fue del 2,09 por ciento. El presupuesto actual de defensa es de 800.000 millones de liras; para aumentarlo al 5 por ciento, se necesitaría asignar 1,5 billones de liras adicionales para defensa. Esto significará más recortes al gasto social y un incremento adicional de impuestos, que en su mayoría son recaudados del pueblo trabajador.

El programa de austeridad social del gobierno también aumenta el desempleo. Según el informe del Centro de Investigación de DISK sobre desempleo, el número de personas desempleadas según la definición ampliada aumentó en 2,5 millones en el último año, alcanzando los 12,6 millones. Este es el segundo peor dato en los últimos 137 meses (más de 11 años). El desempleo ampliado ha superado el 30 por ciento durante los últimos dos meses.

Los ataques a los salarios y derechos sociales de los trabajadores, la transferencia de la riqueza a la oligarquía y la desviación de fondos públicos hacia el militarismo son fenómenos globales. Esta tendencia se ha acelerado en Estados Unidos desde el regreso de Trump al poder y va de la mano con ataques a los derechos democráticos en todas partes. Sin embargo, la misma crisis capitalista que da origen a estos ataques también proporciona una base objetiva para el crecimiento de la oposición y la resistencia entre la clase trabajadora y la juventud.

El problema crucial en todas estas luchas es el liderazgo y la perspectiva política. Los partidos del orden capitalista, sean progubernamentales o de “oposición”, y sus respectivas burocracias sindicales, desvían la lucha por salarios, condiciones sociales, y contra el genocidio, la guerra imperialista y la dictadura hacia los callejones sin salida del sistema socioeconómico y político existente.

El Sosyalist Eşitlik Grubu (Grupo por la Igualdad Socialista) llama a los trabajadores del sector público y a otros sectores obreros y juveniles que están entrando en lucha a que rechacen este yugo político impuesto sobre ellos y construyan sus propios partidos y organizaciones con base en un programa socialista internacional. Esto significa luchar por la construcción del Partido Socialista por la Igualdad y de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base.

(Artículo originalmente publicado en inglés el 30 de junio de 2025)

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