¡Trabajadores de supermercados, asuman la lucha por el control desde la base! Inscríbanse a continuación para aprender cómo construir un comité de base en su lugar de trabajo.
Tras una abrumadora votación para autorizar una huelga por parte de 45.000 trabajadores de supermercados del sur de California, el sindicato United Food and Commercial Workers (UFCW) sigue atascado en negociaciones con Ralphs, Vons, Albertsons y Pavilions. Las conversaciones se han prolongado durante el fin de semana, más allá de las sesiones programadas originalmente del 25 al 27 de junio.
Durante semanas, el UFCW ha realizado piquetes de “práctica” y ha declarado ruidosamente que se está preparando para una huelga. De hecho, dijo que la ronda de negociaciones de la semana pasada sería la última. Pero al momento de escribir este artículo, no se ha anunciado ni una huelga ni un acuerdo, y no se han compartido detalles de las negociaciones con la base.
Esto constituye una flagrante violación de la voluntad democrática de los trabajadores de supermercados. La burocracia de UFCW está colaborando con la patronal, decidida a contener la ira y suprimir cualquier iniciativa independiente desde abajo. Cualquier contrato que surja bajo estas condiciones solo puede ser una miserable traición.
Los trabajadores no pueden aceptar esto. Deben tomar el control de la lucha formando un Comité de Base de Trabajadores de Supermercado para imponer la decisión que ya han tomado y llevar a cabo la huelga.
El tiempo apremia. Esta demora solo beneficia a la patronal. Mientras los trabajadores están confundidos y sin información, la empresa está aprovechando para reclutar rompehuelgas y reforzar su posición en caso de que la huelga se concrete.
Sabotaje consciente
Incluso los propios materiales de la prensa sindical admiten lo que está en juego. Las seccionales 324 y 770 del UFCW afirmaron: “Decenas de miles de trabajadores sindicalizados de supermercados en todo el país que también trabajan para Kroger y Albertsons … también votaron para autorizar una huelga la semana pasada, llevando a más de 100.000 trabajadores de supermercados al borde de una huelga al mismo tiempo. Si los trabajadores convocaran una huelga, podría convertirse en la huelga de supermercados más grande en la historia moderna”.
Pero la burocracia está demorando precisamente porque los trabajadores están en una posición poderosa, no a pesar de ello. No quieren hacer nada que ponga en peligro sus cómodas relaciones con la patronal. Un ejemplo particularmente atroz de esta actitud ocurrió al comienzo de la pandemia, cuando el UFCW no solo se negó a cerrar las plantas de procesamiento de carne, sino que acordó un “bono de asistencia” en una planta de Tyson, donde los gerentes apostabancuántos trabajadores se enfermarían. Seis trabajadores murieron en esa instalación.
Los 100.000 trabajadores al borde de la huelga son miembros del UFCW. Pero en vez de preparar una poderosa huelga nacional, los burócratas están deliberadamente aislando a cada sección. Estas incluyen:
• Colorado (Seccional 7): Huelgas “stand-up” (de pie) limitadas dejan demandas claves sin abordar.
• Albuquerque, Nuevo México (Seccional 1564): Los detalles de un acuerdo tentativo siguen siendo secretos.
• Indianápolis, Indiana (Seccional 700): 14.000 trabajadores de Kroger rechazaron un acuerdo y autorizaron una huelga.
• Estado de Washington (Seccional 3000): Negociaciones silenciosas continúan en Sea Wolf Bakers.
• Pensilvania/ Virginia Occidental (Seccional 1776): 5.000 trabajadores ratificaron un débil contrato con aumentos salariales mínimos.
• Minnesota (Seccional 1189): Las negociaciones se prolongan sin señales de acción.
• Norte de California (Seccional 5): Amenazas de huelga encajonadas en el marco de prácticas laborales desleales (ULP).
• Atlántico medio (Seccional 367): Huelga autorizada.
• Empacadora de carne JBS: El UFCW celebra un acuerdo “histórico” que formaliza la colaboración entre sindicato y patronal.
• Puget Sound, Washington (Seccional 3000): Se ratificó un acuerdo.
• Sector sanitario (varias secciones): El UFCW presume vagas “mejoras de calidad de vida”, mientras las enfermeras se queman y abandonan la profesión.
Durante años, los trabajadores de supermercados han estado luchando contra las traiciones de la burocracia. En 2022, la seccional de Indianápolis del UFCW impuso salarios por debajo de la inflación, y cuando los trabajadores protestaron, la seccional respondió eliminando por completo su página de Facebook para silenciarlos.
Ese mismo año, el UFCW canceló una poderosa huelga en King Soopers en Colorado justo cuando empezaba a ganar amplio apoyo. A comienzos de este año, instó al fin de otra huelga en King Soopers sin acuerdo alguno y mantuvo a esos trabajadores fuera, incluso después del inicio de la huelga en Safeway en Colorado y de la expiración de una “paz laboral” de 100 días.
Pero ya hay señales de que el control del sindicato comienza a debilitarse ante la oposición de la base. En Colorado, una huelga de trabajadores de Safeway, que el UFCW inicialmente limitó a unos pocos locales, se expandió durante el fin de semana para incluir otras 38 tiendas.
Las demandas de los trabajadores son las mismas en todas partes: aumentos salariales significativos que les permitan vivir con dignidad, fin del personal insuficiente y protección de los beneficios de salud. Muchos de ellos dependen de la asistencia pública o trabajan en múltiples empleos para sobrevivir. Denuncian vigilancia ilegal, intimidación y represalias al intentar organizarse. La última “mejor oferta” de la empresa—un aumento de 3 dólares repartido en tres años—no alcanza para enfrentar el creciente costo de vida en la región.
Un movimiento nacional en desarrollo
Los trabajadores de supermercados no están luchando solos. En Estados Unidos está surgiendo un movimiento de masas contra las deportaciones masivas bajo el gobierno de Trump, la aniquilación de los derechos democráticos y constitucionales y el lanzamiento de nuevas guerras imperialistas. El 14 de junio, decenas de millones protestaron en todo el país contra los ataques fascistoides a los inmigrantes y los derechos democráticos—una señal de la creciente resistencia y de la disposición a enfrentar no solo a la extrema derecha, sino al sistema capitalista en su conjunto.
Esto está conectándose con una creciente lucha de la clase obrera contra condiciones de vida insoportables. Empleados del USPS están siendo empujados a sus límites físicos—obligados a trabajar bajo un calor récord sin alivio, sin aire acondicionado y con horarios castigadores. Las recientes muertes de Dan Workman en Colorado y Jacob Taylor en Dallasdestacan un patrón alarmante: a medida que aumentan las temperaturas, más trabajadores colapsan, sufren golpes de calor y mueren en el trabajo.
De manera similar, las enfermeras enfrentan una catastrófica escasez de personal y agotamiento impuestos por conglomerados hospitalarios con fines de lucro que recortan costos a expensas de la seguridad de pacientes y trabajadores. En ciudades de todo el país, incluyendo Los Ángeles, los presupuestos municipales y escolares están siendo brutalmente recortados en planes que muchos ya llaman “recortes del fin del mundo”.
Las maniobras miserables de la UFCW—convocando “piquetes de práctica” para adelantarse a los trabajadores sin convocar piquetes reales—están calcadas del mismo libreto que los Teamsters usaron en 2023. En ese entonces, utilizaron una campaña idéntica de “preparados para la huelga” para presentar un contrato en UPS como producto de una “amenaza creíble de huelga”. Pero, pocas semanas después de ratificar el acuerdo supuestamente “histórico”, la empresa comenzó a despedir a decenas de miles de trabajadores, lo cual los Teamsters sin duda sabían, pero ocultaron deliberadamente.
¡Adelante hacia el Comité de Base de Trabajadores de Supermercado!
Lo que podría y debería ser un poderoso movimiento nacional de más de 100.000 trabajadores de supermercados solo puede llevarse a cabo desde abajo. Debe organizarse de manera independiente porque su lucha no es solo contra las empresas sino también contra sus lacayos en la UFCW.
Los trabajadores deben tomar el asunto en sus propias manos. Eso significa formar comités de base independientes en cada centro de trabajo—comités democráticamente controlados por los propios trabajadores, y no por la burocracia. Estos comités deben exigir total transparencia, tomar el control del proceso de negociación y rechazar cualquier acuerdo de trastienda que traicione a la base.
Todo esfuerzo debe orientarse ahora hacia la organización de una huelga general—uniendo a trabajadores de supermercados, trabajadores postales, enfermeras, docentes, trabajadores de la logística y a cada sector de la clase trabajadora. Existen tanto las fuerzas como la determinación para luchar. Lo que se necesita es claridad política, organización y una dirección combativa.
Ninguna mejora se logrará sin un ataque frontal a la riqueza mal habida de la oligarquía empresarial, el control democrático obrero de la producción y la reorganización de la sociedad para satisfacer las necesidades humanas, no el lucro privado. No hay escasez de dinero—solo un sistema diseñado para mantenerlo en manos de una élite parasitaria.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de junio de 2025)
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