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Perspectiva

Después de las mayores protestas en la historia, Trump ordena el arresto de millones de inmigrantes

El presidente Donald Trump se pronuncia junto a reporteros mientras el jefe de personal adjunto de la Casa Blanca, Stephen Miller, y la secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, lo escuchan antes de que partiera a Canadá para la Cumbre del G7, 15 de junio de 2015, Washington D.C. [AP Photo/Manuel Balce Ceneta]

En respuesta a las mayores protestas antigubernamentales en la historia de Estados Unidos, el presidente Donald Trump exigió el domingo por la noche que se llevaran a cabo redadas masivas contra “millones y millones” de inmigrantes. La larga publicación en las redes sociales, en la que ordenó redadas y arrestos masivos por parte de agentes federales, utiliza un lenguaje que no tiene paralelo en la política estadounidense, fuera de los desvaríos de los grupos neonazis y los supremacistas blancos. 

Después de pedir a los oficiales de ICE que lleven a cabo “el programa de deportación masiva más grande de la historia”, Trump continuó:

Para lograr esto, debemos ampliar los esfuerzos para detener y deportar a los extranjeros ilegales en las ciudades más grandes de Estados Unidos, como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde residen millones y millones de extranjeros ilegales. Estas y otras ciudades similares son el núcleo del Centro de Poder Demócrata, donde utilizan a los Extranjeros Ilegales para expandir su Base de Votantes, hacer trampa en las Elecciones y hacer crecer el Estado de Bienestar, robando Empleos y Beneficios bien pagados a los Ciudadanos Estadounidenses que trabajan duro.

Al nombrar al Partido Demócrata, la oposición nominal dentro del sistema bipartidista controlado por las corporaciones, Trump amenaza con abolir lo poco que queda de la democracia constitucional en los Estados Unidos. Después de esta diatriba, ¿por qué alguien debería creer que habrá elecciones legítimas en 2026? ¿O en 2028, para el caso, cuando Trump haya declarado su interés en buscar un tercer mandato inconstitucional en la Casa Blanca?

La vituperación de Trump contra los demócratas tiene un subtexto siniestro. Su publicación en las redes sociales se produjo apenas un día después de que un pistolero fascista en Minnesota, Vance Boelter, asesinara a la legisladora estatal demócrata Melissa Hortman y a su esposo, después de disparar a otro legislador y a su esposa. El asesino, ahora capturado por la policía, tenía una larga lista de otros legisladores demócratas, incluidas sus direcciones, y fue a las casas de otros dos legisladores en un esfuerzo infructuoso por extender su matanza.

En condiciones “normales”, la respuesta de los políticos capitalistas después de un evento tan horrible sería adoptar una postura de unidad y abogar por “bajar la temperatura” del conflicto político, como lo hicieron los demócratas después del asesinato de Hortman. La respuesta de Trump es todo lo contrario: echa gasolina al fuego, incitando a sus seguidores a atacar a los demócratas. 

Esto es bastante deliberado. Trump dio su orden a ICE de intensificar masivamente sus ataques contra los inmigrantes a través de una publicación en las redes sociales, no una orden ejecutiva que pasaría la cadena de mando al Departamento de Seguridad Nacional. Quería que su violenta denuncia de los demócratas llegara a sus seguidores fascistas en línea e impulsara a algunos de ellos a tomar medidas como las de Boelter.

Trump continuó diciendo a los agentes de ICE que “los VERDADEROS estadounidenses los están animando todos los días”. En otras palabras, los millones que marcharon el sábado, en las protestas “Sin Reyes”, oponiéndose a sus ataques dictatoriales contra los inmigrantes y condenando la brutal represión ejercida por ICE, no son estadounidenses “reales”. No tienen derecho a que sus voces sean escuchadas, sino que deben ser ignoradas o suprimidas.

“He ordenado a toda mi Administración que ponga todos los recursos posibles detrás de este esfuerzo”, concluyó Trump. “Nuestro Gobierno Federal continuará enfocado en la EMIGRACIÓN de extranjeros a los lugares de donde vinieron, y en evitar la admisión de CUALQUIER PERSONA que socave la tranquilidad doméstica de los Estados Unidos”.

Las últimas palabras de Trump fueron dirigidas al “ICE, FBI, DEA, ATF, los patriotas en el Pentágono y el Departamento de Estado”, para que “¡HAGAN EL TRABAJO!”. El día anterior, mientras millones marchaban por las calles de 2.000 ciudades estadounidenses para oponerse a él, Trump supervisó un desfile militar en Washington D.C. Esto exhibió las tropas, tanques, vehículos blindados y helicópteros que planea usar para llevar a cabo una represión masiva contra el pueblo estadounidense.

Después del fracaso de su desfile militar, que buscaba reunir apoyo público o intimidar a la oposición popular, Trump está recurriendo a la construcción de una fuerza extraconstitucional y extralegal. Les está diciendo a sus seguidores fascistas, cada vez más abiertamente, procedan y hagan lo que tengan que hacer, yo los apoyo. Trump ya indultó y liberó a los matones que atacaron el Capitolio el 6 de enero de 2021. Aquellos que siguen sus directivas ahora esperan un apoyo similar.

Mientras Trump ataca a los “demócratas radicales de izquierda”, su verdadero objetivo es la clase trabajadora y grandes sectores de la juventud. Son ellos los que se están radicalizando y girando hacia la izquierda, no el Partido Demócrata, que es, como el Partido Republicano, un instrumento político de la oligarquía financiera.

Una de las características más destacadas de las protestas del sábado fue que se organizaron espontáneamente, en gran parte sin la participación de ningún sector de la élite política. Y entre los que marcharon, hay una profunda hostilidad hacia ambos partidos capitalistas. Por esa misma razón, los demócratas están haciendo todo lo posible para minimizar las protestas, mientras que los medios ignoran en gran medida que incluso sucedieron.

La falta de respuesta a las amenazas de Trump, en los medios de comunicación y en el Partido Demócrata, es otra señal de toda la podredumbre del sistema político. Los demócratas no levantan un dedo contra Trump, incluso cuando los califica de criminales y amenaza con someter las principales ciudades que gobiernan a una represión masiva contra los inmigrantes.

Esto confirma la perspectiva del Partido Socialista por la Igualdad de que la defensa de los derechos democráticos debe basarse en la clase trabajadora, y está ligada a la creación de nuevas formas de organización, comités de base, independientes tanto del Partido Demócrata como del aparato sindical.

En un seminario web muy concurrido celebrado por el Partido Socialista por la Igualdad el domingo, bajo el título “El golpe de Trump y cómo detenerlo“, los líderes del PSI discutieron los problemas planteados por los eventos paralelos del 14 de junio: las protestas antigubernamentales más grandes de la historia, la movilización abierta del ejército en Washington y la erupción de violencia política de derecha.

El análisis del PSI centró la atención en las dimensiones históricas de la crisis política actual en los Estados Unidos, que no es el producto de la personalidad trastornada de Trump, sino del prolongado declive del capitalismo estadounidense y los problemas insolubles que ahora enfrenta una clase dominante desesperada, que busca mantener su dominio y proteger su vasta riqueza en condiciones de un movimiento creciente de la clase trabajadora, en los Estados Unidos e internacionalmente. La oligarquía financiera no tiene respuesta a esta crisis, excepto la guerra imperialista en el extranjero y la represión política y la dictadura en el país.

En la declaración emitida por el PSI, que distribuyó miles de copias en las manifestaciones “Sin Reyes”, avanzamos un programa de cuatro puntos para combatir el golpe de Estado de Trump.

  • La lucha contra Trump debe estar arraigada y dirigida por la clase trabajadora, centrándose en el llamado a una huelga general para tumbar el Gobierno de Trump-Vance.
  • La oposición masiva a los ataques de Trump debe estar relacionada con demandas democráticas específicas: la retirada de las tropas de las ciudades estadounidenses, el desmantelamiento de ICE; la remoción y enjuiciamiento de los involucrados en la intentona golpista.
  • La lucha contra la dictadura debe librarse sobre una base internacional, vinculando a los trabajadores en Estados Unidos con sus hermanos y hermanas de clase en países de todo el mundo.
  • La lucha contra la dictadura y la guerra debe ser una lucha contra el capitalismo y por el socialismo. La defensa de los derechos democráticos requiere poner fin al sistema de ganancias y a la vasta desigualdad social en la que se basa.

El comunicado concluye:

La lucha contra la dictadura requiere el renacimiento del socialismo genuino, arraigado en las tradiciones revolucionarias e internacionalistas del marxismo y encarnado en el programa y la historia del movimiento trotskista y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional. Es solo sobre esta base que la clase trabajadora puede construir la dirección necesaria para enfrentar los inmensos peligros que enfrenta.

Mediante todas sus acciones, la Administración de Trump demuestra la bancarrota histórica del capitalismo. La humanidad se enfrenta una vez más a las dos alternativas básicas: socialismo o barbarie.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de junio de 2025)

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