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El Gobierno alemán apoya la guerra de agresión israelí

El canciller alemán Friedrich Merz llega a la reunión del gabinete en la cancillería en Berlín, Alemania, miércoles 11 de junio de 2025 [AP Photo/Markus Schreiber]

El Gobierno alemán ha prometido su apoyo total a Israel tras su ataque contra Irán. El canciller federal Friedrich Merz (demócrata cristiano, CDU), el vicecanciller Lars Klingbeil (socialdemócrata, SPD) y el ministro de Relaciones Exteriores Johann Wadephul (CDU) han justificado el asalto no provocado contra un país de 90 millones de personas con el “derecho a la autodefensa” de Israel.

Con ello no sólo desprecian los hechos, sino también el derecho internacional. Su apoyo a la agresión israelí demuestra que no se detendrán ante ningún crimen en su búsqueda de objetivos geopolíticos. Tras haber respaldado ya el bombardeo, el hambre y el desplazamiento de dos millones de palestinos, ahora defienden el asesinato selectivo de altos mandos militares, políticos y científicos iraníes, el bombardeo de rascacielos, instalaciones industriales y depósitos de combustible en Irán, y el intento de Israel por incendiar toda la región.

Merz comentó sobre la primera ola de ataques israelíes del viernes con la siguiente declaración: “Reafirmamos que Israel tiene el derecho de defender su existencia y la seguridad de sus ciudadanos”. Describió el programa nuclear iraní como una “amenaza existencial” para Israel, otorgándole en la práctica un cheque en blanco para hacer la guerra.

Wadephul está realizando una gira por Medio Oriente para reforzar a Israel reafirmando su derecho a la autodefensa y señalando la solidaridad de Alemania con el régimen sionista.

En una entrevista emitida el domingo por la noche en el programa “Berlin direkt” del canal ZDF, Klingbeil afirmó no tener dudas de que Irán quería borrar a Israel del mapa. Eso, argumentó, le daba a Israel “el derecho a defender su derecho a existir”. Si ese derecho estuviera en riesgo, dijo, dada la responsabilidad histórica de Alemania, “no podía imaginar” una situación en la que Berlín no brindara su apoyo a Israel, incluso suministrándole armas.

Merz, Wadephul y Klingbeil hacen llamados ocasionales a la moderación y soluciones diplomáticas, pero estas apelaciones están dirigidas únicamente a apaciguar a la opinión pública y no tienen ninguna consecuencia práctica.

Prácticamente todos los principales expertos en derecho internacional coinciden en que el ataque de Israel contra Irán viola la prohibición del uso de la fuerza establecida por la Carta de las Naciones Unidas. Dicha carta permite una acción militar sólo en legítima defensa tras un ataque armado. Los ataques preventivos sólo son permisibles en circunstancias muy concretas cuando un ataque es inminente. Pero “ni siquiera se alega un ataque que cumpla con estos criterios”, como señaló Tom Dannenbaum, profesor de derecho internacional en la Fletcher School of Law & Diplomacy.

Matthias Goldmann, profesor de derecho internacional en Wiesbaden, argumentó que incluso si Irán poseyera armas nucleares, eso no justificaría un ataque: “El asalto israelí contra Irán es un caso modelo de un ataque preventivo ilegal”.

Y según Kai Ambos, profesor de derecho internacional en Gotinga, “la prohibición del uso de la fuerza —una norma fundamental del derecho internacional— pierde prácticamente todo sentido” si se considera el ataque israelí como un ataque preventivo legítimo. En ese caso, “cualquier estado podría decidir emplear la fuerza militar con base en una mera sensación de amenaza”.

El Gobierno alemán invoca rutinariamente esta prohibición cuando justifica su campaña bélica contra Rusia. Pero en el caso de Israel, la “razón de Estado” prevalece sobre el derecho. La frase “El derecho a existir de Israel forma parte de la razón de Estado alemana”, acuñada por la entonces canciller Angela Merkel en 2008, también figura en el acuerdo de coalición del actual gobierno.

El término “razón de Estado” fue acuñado hace 500 años por el teórico político italiano Nicolás Maquiavelo y recuperado durante la República de Weimar por Carl Schmitt, más tarde conocido como el “jurista principal del Tercer Reich”. Significa que el derecho no protege las libertades democráticas, sino el orden estatal, y queda subordinado a éste. Para defender los intereses del Estado, quien detenta el poder estatal puede ignorar las normas jurídicas formales. Schmitt, que se afilió al partido nazi en 1933, se convirtió en el arquitecto teórico más importante de la dictadura de Hitler.

Cuando el Gobierno alemán actual declara la defensa de los crímenes de guerra israelíes como una “razón de Estado” alemana, está siguiendo esa tradición. Pero esto no tiene nada que ver con la responsabilidad del Holocausto ni con la protección de la vida judía en Medio Oriente. El Holocausto no obliga a Alemania a apoyar el genocidio en Gaza ni los demás crímenes cometidos por el régimen ultraderechista de Netanyahu, que mantiene estrechos vínculos con partidos fascistas en toda Europa.

Las políticas de Netanyahu adquieren cada vez más un carácter suicida. La idea de que la vida judía puede protegerse expulsando y exterminando a los palestinos, destruyendo Irán —un país con una población diez veces mayor que Israel— y enfrentándose a toda la región es una ilusión. La convivencia pacífica de todas las nacionalidades y religiones en Medio Oriente solo es posible sobre la base del socialismo.

Alemania —como Estados Unidos, el Reino Unido y otros países imperialistas— apoya a Israel porque este actúa como cabeza de puente militar y político en una región de gran interés geopolítico y económico.

La política de Alemania en Medio Oriente sigue la misma lógica que en Ucrania y otras regiones del mundo. Tras décadas de contención militar forzada, Alemania se rearma ahora a gran escala para defender sus intereses imperialistas —acceso a materias primas, mercados, rutas comerciales, mano de obra barata y beneficios— por medios militares.

Impulsadas por las contradicciones insolubles del sistema capitalista de ganancias, las potencias imperialistas se encaminan hacia una tercera guerra mundial —a menos que una intervención a tiempo del movimiento socialista de la clase trabajadora internacional las detenga.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de junio de 2025)

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