Durante una rueda de prensa en la sede del FBI en Los Ángeles celebrada el jueves, el senador de California Alex Padilla, demócrata, fue brutalmente agredido por agentes federales tras intentar cuestionar a la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Kristi Noem.
Padilla, senador electo legítimamente y oriundo del sur de California, fue agarrado violentamente por agentes federales, forzado a ponerse de rodillas y empujado contra el suelo antes de ser esposado—todo por el “crimen” de interrumpir la rueda de prensa de Noem.
El senador intentó cuestionar a Noem mientras esta pronunciaba comentarios de carácter fascista en defensa de las deportaciones masivas en curso y de la ocupación militar de Los Ángeles. Padilla explicó que se encontraba en el edificio recibiendo un informe del general Gregory Guillot del Comando Norte del Ejército estadounidense, quien tiene el mando operativo del Grupo de Tareas Conjunto 51 (JTF-51, por sus siglas en inglés), actualmente encabezado por el mayor general Scott Sherman.
Bajo el nombre del Grupo de Tareas Conjunto 51, alrededor de 4.700 efectivos de la Guardia Nacional y de los Marines han sido desplegados o están en camino hacia el área de Los Ángeles. Al menos 2.800 ya están participando en “operaciones de seguridad”, y se estima que 500 soldados de la Guardia Nacional están directamente integrados en escuadrones de secuestro del ICE, dirigidos contra la comunidad.
Padilla declaró que, tras recibir el informe del general Guillot, se enteró de que Noem estaba celebrando una rueda de prensa a tan solo unas puertas de distancia. Durante su intervención, Noem elogió a Inmigración y Control de Aduanas (ICE), a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), al FBI y “al Ejército, los Marines, la Guardia Nacional, nuestros soldados… que se han presentado aquí para ayudar a garantizar que haya seguridad”.
Justificando el uso de la fuerza militar en el ámbito doméstico, Noem declaró falsamente que las fuerzas armadas de EE. UU. “no solo protegen nuestro país alrededor del mundo, sino que lo hacen todos los días aquí, uh, en Estados Unidos también”.
Noem amenazó con expandir la actual ocupación militarizada, las redadas migratorias encubiertas y la usurpación de la autoridad estatal y local en California y en el condado de Los Ángeles a otros estados y ciudades del país. Dijo:
Ellos están creando un ejemplo de lo que está pasando por todo el país, en otras ciudades, y están creando un modelo y un plan para que podamos seguir trabajando para hacer que cada comunidad vuelva a ser grandiosa y segura—para nuestros hijos y nuestros nietos en el futuro…
Dirigiéndose a los demócratas—quienes han hecho todo lo posible por acomodar y proteger a la Gestapo migratoria mientras estos desaparecen trabajadores y estudiantes de las escuelas, autolavados, iglesias y hospitales—Noem amenazó con “liberar” al estado de sus funcionarios electos, el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass.
Noem dijo:
El Departamento de Seguridad Nacional y los oficiales, las agencias, los departamentos y el personal militar que [están] trabajando en esta operación seguirán manteniendo e incrementando nuestras operaciones en esta ciudad. No nos vamos. Estamos aquí para liberar la ciudad del, uh, liderazgo socialista y, um, oneroso que este gobernador y esta alcaldesa han impuesto a este país.
Poco después de las declaraciones de Noem, el senador Padilla intentó hablar. Mientras comenzaba a dirigirse al público, fue violentamente empujado y arrastrado fuera de la sala por agentes federales. Antes de ser expulsado, Padilla logró decir:
“Soy el senador Alex Padilla, y tengo preguntas para la secretaria—porque el asunto es que hay media docena de criminales violentos que usted…”.

Fue entonces cuando Padilla fue empujado totalmente fuera de la sala, hacia el pasillo donde lo esperaban varios agentes del FBI con chalecos antibalas. Aunque Padilla tenía las manos levantadas y ya no hablaba, los agentes continuaron agrediéndolo—empujándolo con violencia y arrojándolo contra el piso.
Mientras estaba de rodillas, agentes del FBI lo flanquearon por ambos lados, cada uno sujetándole un brazo. Un agente frente a él le ordenó que “pusiera las manos en la espalda”—una orden que le era físicamente imposible cumplir. Inmediatamente después, el agente a su derecha aplicó presión sobre su hombro y tiró de su muñeca, forzando violentamente al senador a caer rostro contra el suelo.
Mientras yacía boca abajo en el suelo, Padilla declaró: “Si me sueltan las manos, puedo ponerlas en la espalda”.
A pesar de no haber cometido ningún delito, imágenes en video muestran al senador siendo esposado. Un miembro del personal de Padilla, que estaba grabando el arresto, fue confrontado al final del video por un agente del DHS que bloqueó el resto de la detención y declaró: “No se permite grabar en las instalaciones”.
La detención del senador Padilla es sólo el ejemplo más reciente de represión política llevado a cabo por el gobierno fascistoide de Trump, que busca silenciar y criminalizar toda oposición a las políticas de la dictadura emergente. Esto sigue a la imputación de la representante de Nueva Jersey, LaMonica McIver, demócrata que realizaba tareas de supervisión en un centro de detención migratorio cuando agentes del DHS detuvieron ilegalmente al alcalde de Newark, Ras Baraka, fuera de las instalaciones. McIver ahora enfrenta hasta 17 años de prisión por falsos cargos de asalto, resistencia e impedimento a agentes federales.
En abril pasado, la jueza del tribunal del condado de Milwaukee, Hannah Dugan, fue arrestada por el FBI y acusada de un delito grave. A Dugan se le acusa de haber ordenado a un hombre sin documentación que saliera de su sala de audiencias por una puerta privada, lo que le permitió evadir brevemente su detención por parte de la Gestapo migratoria.
La agresión violenta a un senador en funciones por parte de agentes gubernamentales en un evento público no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos. Padilla—como cualquier otra persona en el país—tiene derecho a la libre expresión. Se identificó claramente y expresó su deseo de formular una pregunta en una rueda de prensa ante múltiples medios locales y nacionales. Por esto, fue derribado, arrojado al suelo y esposado.
En un hilo en X, David North, presidente del Consejo Editorial Internacional del World Socialist Web Site, escribió:
Una agresión contra un senador de EE. UU. es un delito federal. Este ataque, en presencia de y claramente autorizado por Kristi Noem (secretaria de Seguridad Nacional), es otra evidencia de un golpe presidencial en curso y cada vez más violento.

Hay expresiones llorosas de consternación e indignación por parte de los demócratas, pero absolutamente ningún llamado a la acción popular masiva para defender los derechos democráticos, oponerse al golpe y exigir la destitución de Trump por Crímenes y Delitos Mayores, es decir, conspirar para establecer una dictadura.
North añadió:
La oposición debe organizarse en las fábricas, en los lugares de trabajo y en las escuelas. Deben hacerse preparativos para una huelga general, en la que la clase obrera se movilice y tome la dirección de todas las fuerzas progresistas de la sociedad en defensa de los derechos democráticos garantizados por la Constitución.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de junio de 2025)