El gobierno laborista de Starmer publicó el lunes su revisión estratégica de defensa (SDR, siglas en inglés), cuyo objetivo principal es preparar al Reino Unido para librar guerras contra Rusia en Europa y el Atlántico. La SDR deja claro que se concibe como un conflicto nuclear.

La SDR clasifica a Rusia como una amenaza 'inmediata y apremiante' que opera una 'economía de guerra' que, 'de mantenerse, le permitirá reconstruir sus capacidades terrestres con mayor rapidez' tras cualquier alto el fuego en Ucrania. China es calificada de 'desafío sofisticado y persistente', y se espera que cuente con 1.000 ojivas nucleares para 2030.

En un astillero de BAE en Govan, Glasgow, Starmer —con dos fragatas Tipo 26 de la Marina Real recién puestas en servicio en construcción tras él— afirmó que el Reino Unido 'no puede ignorar la amenaza que representa Rusia'.

Declaró: “Estamos avanzando hacia la preparación para la guerra como el objetivo central de nuestras fuerzas armadas. Cuando nos vemos amenazados directamente por estados con fuerzas militares avanzadas, la manera más eficaz de disuadirlos es estar preparados. Y, francamente, demostrarles que estamos preparados”.

La revisión fue encargada por Starmer y el secretario de Defensa, John Healey, tras la llegada del Partido Laborista al poder hace casi un año. Fue dirigida por el exsecretario general de la OTAN, Lord George Robertson —exministro de Defensa laborista—, con el respaldo del oficial retirado del ejército británico, el general Sir Richard Barrons; y la Dra. Fiona Hill, académica angloamericana, asesora en asuntos exteriores y autora.

Como parte de la renovación histórica de nuestra disuasión nuclear, se invertirían 15.000 millones de libras en nuestro programa de ojivas nucleares.

Siendo Gran Bretaña el principal proveedor de Ucrania en la guerra contra Rusia liderada por la OTAN, Starmer anunció la adquisición de hasta 7.000 armas de largo alcance de fabricación británica, además de invertir 1.500 millones de libras para construir al menos seis fábricas de municiones y energéticos.

Esto, según Healey, haría al Ejército británico “diez veces más letal”. ”. La población tiene que “reconocer que las cosas han cambiado. En el mundo actual, la primera línea, por así decirlo, está aquí… Nos enfrentamos a la guerra en Europa, a nuevos riesgos nucleares, a ciberataques diarios, con una creciente agresión rusa en nuestras aguas, amenazando nuestros cielos”.

Starmer y Healey recibieron nuevas críticas de sectores de los medios de comunicación y altos cargos militares por no fijar, una vez más, una fecha para destinar el 3 por ciento del PIB al gasto militar, desde el 2,3 por ciento actual, y por no comprometerse a aumentar la dotación de las fuerzas armadas del Reino Unido.

Starmer se ha comprometido únicamente a alcanzar el 2,5 por ciento para 2027-28, con la ambición de alcanzar el 3 por ciento para el final de la próxima legislatura, siempre que las condiciones fiscales lo permitan. El Daily Mail denunció la retirada del gasto en defensa del Partido Laborista. El Telegraph escribió sobre el desajuste en la estrategia de defensa del Partido Laborista después de que Healey declarara el fin de semana que alcanzar el 3 por ciento del PIB para 2034 era solo una ambición.

En declaraciones a Times Radio, el exjefe del Ejército británico, Lord Dannatt, declaró que la revisión estratégica de la defensa no fue suficiente. Es como decirle a Adolf Hitler en 1938: “Por favor, no nos ataque hasta 1946 porque no estaremos preparados”.

Las fuerzas armadas rusas constan de alrededor de un millón de efectivos en servicio activo y cerca de dos millones de reservistas. El ejército británico, debido a varias décadas de recortes tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, se ha reducido a 71.000 soldados. El plan de Healey, anunciado en el Parlamento el lunes por la tarde, solo contempla un aumento a «al menos 76.000 soldados a tiempo completo en la próxima legislatura».

Dada la enorme diferencia de efectivos entre las fuerzas armadas rusas y las del Reino Unido, la SDR se centra masivamente en el desarrollo del arsenal nuclear del imperialismo británico. Además, aunque Starmer presume de que sus socios en una 'coalición europea de voluntarios' están intensificando el apoyo a Ucrania contra Rusia, este programa depende de Estados Unidos para su realización.

El Sunday Times se adelantó al SDR al revelar en su artículo principal: “Gran Bretaña quiere comprar aviones de combate capaces de disparar armas nucleares tácticas, en una importante expansión de la disuasión destinada a contrarrestar la creciente amenaza que representa Rusia”.

Durante décadas, el Reino Unido solo ha podido desplegar armas nucleares desde su flota de cuatro submarinos, que permanece continuamente en el mar. Esto significa que «Gran Bretaña es la única gran potencia nuclear con una sola plataforma desde la que lanzar su arsenal nuclear. Estados Unidos mantiene una tríada nuclear —capaz de lanzar desde tierra, aire y mar—, mientras que Francia, mediante su force de dissuasion, tiene capacidad tanto aérea como marítima».

The Times declaró: «Fuentes de alto rango afirmaron que el Reino Unido estaba considerando adquirir el caza furtivo F-35A Lightning de Lockheed Martin, recientemente encargado por la Luftwaffe alemana, aunque se cree que se están considerando otros tipos de aeronaves».

La flota nuclear británica y el sistema de misiles Trident II, con 225 ojivas, dependen completamente de Estados Unidos. El Sunday Times informa que el Reino Unido ahora quiere comprar aviones F-35A estadounidenses con un alcance de 1.400 km, mayor que otras variantes del F-35, que pueden transportar la bomba de gravedad termonuclear B61, la principal bomba lanzada desde el aire de Estados Unidos de su arsenal de 3.708 armas nucleares. Tiene una potencia de entre 0,3 y 340 kilotones —la primera bomba nuclear lanzada sobre Hiroshima… tenía 15 kilotones— y se esperaba que el Reino Unido las transportara, en lugar de sus propias armas nucleares, como parte de los acuerdos de intercambio nuclear de la OTAN.

Starmer ha aceptado las 62 recomendaciones del SDR, incluyendo la de que el Consejo de Seguridad Nacional revise los avances en la disuasión nuclear del Reino Unido al menos dos veces al año.

El lunes declaró: “La alianza de la OTAN tiene un profundo significado. Nunca lucharemos solos”. Esta fue “la fuente fundamental de nuestra fortaleza estratégica” y la razón por la que nuestra política de defensa siempre priorizará a la OTAN… De modo que, al desarrollar nuevas capacidades en nuestro país, también aumentamos la seguridad de nuestros aliados. Esto significó “fortalecer a Europa”, pero principalmente “fortalecer nuestro vínculo con EE. UU. como el principal socio de Gran Bretaña en defensa”.

La presencia de la Dra. Fiona Hill en el panel del SDR también deja clara la orientación hacia EE. UU. El plan para un SDR se anunció antes de la llegada de Trump al poder en noviembre pasado, y Hill —actualmente rectora de la Universidad de Durham en Inglaterra— fue elegida por sus amplios vínculos con anteriores administraciones de los partidos republicano y demócrata.

Elegida miembro de la Junta de Supervisores de la Universidad de Harvard en 2023, Hill fue analista de inteligencia durante la presidencia de George W. Bush (republicano) y la de Barack Obama (demócrata) de 2006 a 2009. Durante la primera administración de Trump, se desempeñó como asistente adjunta del presidente y directora sénior de Asuntos Europeos y Rusos en el Consejo de Seguridad Nacional de 2017 a 2019.

Por su disposición a confrontar a Trump en pos de una política más agresiva hacia Moscú, fue descrita en un perfil de Politico como 'El halcón ruso en la Casa Blanca' y en The Guardian como una 'heroína de nuestro tiempo'.

El lunes se le preguntó al jefe de las fuerzas armadas del Reino Unido, el almirante Sir Tony Radakin, si Gran Bretaña podría derrotar a Rusia en una guerra hoy en día. Radakin respondió que el Reino Unido era una potencia nuclear, miembro de la OTAN y contaba con el respaldo de Estados Unidos, la 'nación más poderosa del planeta'.

Dado que el gobierno laborista ya es ampliamente despreciado, financiar la guerra con Rusia requiere un recrudecimiento de la ofensiva de austeridad contra la clase trabajadora, algo no visto desde los años 1930.

Es difícil, sobre todo cuando el gobierno podría dar marcha atrás en algunos recortes a la asistencia social”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de junio de 2025)