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A tres meses de las elecciones presidenciales, Bolivia se encuentra sumida en una crisis económica

Cartel en la protesta de La Paz en apoyo al regreso al poder del expresidente boliviano Evo Morales [Photo by @EVOespueblo577 vía Youtube, Radio Kausachun Coca (Bolivia) / undefined]

A menos de tres meses de las elecciones presidenciales, Bolivia se encuentra sumida en una crisis política y económica sin precedentes. El gobierno solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) que retrasara la publicación de un informe sobre la situación financiera de Bolivia, pero su contenido se filtró en redes sociales.

El informe destaca la alta inflación, la escasez de dólares estadounidenses que interrumpe el comercio y la escasez de combustible que provoca largas filas de camioneros en las gasolineras.

El panorama político está muy fragmentado, con el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) dividido en facciones que apoyan al expresidente Evo Morales, al actual presidente Luis Arce y a Andrónico Rodríguez, quien se separó de la facción de Morales para postularse a la presidencia con un nuevo partido, Alianza Popular.

Los partidos de derecha no lograron unirse tras un único candidato, y las próximas elecciones contarán con nueve candidatos de todo el espectro político.

Morales busca apoyo para su candidatura presidencial, a pesar de que la Constitución le prohíbe presentarse tras completar dos mandatos. Simpatizantes cocaleros han marchado exigiendo su elegibilidad, lo que ha provocado enfrentamientos con la policía, que utilizó gases lacrimógenos tras el lanzamiento de piedras por parte de los manifestantes. En un incidente preocupante, los manifestantes también atacaron a la prensa, incluyendo a un reportero chino.

Evo Morales comenzó su carrera política a finales de la década de 1990 como líder cocalero, oponiéndose a los esfuerzos estadounidenses por erradicar los cultivos de coca. En 1997, fundó el Movimiento al Socialismo (MAS), que obtuvo el apoyo de importantes organizaciones campesinas y obreras, convirtiéndose finalmente en la fuerza política dominante en Bolivia. En 2020, el candidato presidencial del MAS, Luis Arce, ganó con el 55por ciento de los votos.

Durante los primeros años de la presidencia de Evo Morales (2006-2019), Bolivia se benefició del auge de las materias primas que duró de 2002 a 2014. Crítico de la dominación imperialista estadounidense, Morales y Hugo Chávez, de Venezuela, promovieron el Socialismo del siglo XXI y una agenda nacionalista que incluía la promoción de la participación política de los pueblos indígenas. La Constitución de 2009 declaró a Bolivia un Estado Plurinacional.

En 2005, Morales nacionalizó los yacimientos petrolíferos de Bolivia, desafiando la agenda del FMI y el Banco Mundial para América Latina. Esta medida le permitió implementar subsidios a los productos básicos que contribuyeron significativamente a la reducción de la pobreza.

Sin embargo, durante su segundo mandato, la baja de los precios de las materias primas y la reducción de la inversión extranjera provocaron una desaceleración económica; de tal manera que, entre 2014 y 2024, los ingresos petroleros de Bolivia disminuyeron de US$ 5.491 millones a US$ 1.635 millones, y la producción de gas se redujo a la mitad, de aproximadamente 60 millones de metros cúbicos diarios a 29,55 millones.

El informe del FMI exige ajustes fiscales urgentes, incluyendo una devaluación inicial del tipo de cambio para restablecer la estabilidad. Considera insostenibles los controles de precios, los subsidios a los combustibles y las restricciones a las exportaciones, lo que obliga a poner fin al modelo económico populista plurinacional del MAS, incluso mientras la pobreza aumenta en Bolivia.

El FMI, según informó Infobae:

...presenta un panorama preocupante para Bolivia. La organización proyecta que la inflación alcanzará el 15,8 por ciento para 2025, más del doble de la previsión del gobierno del 7,5 por ciento. Además, se espera un crecimiento económico limitado, con un crecimiento del PIB previsto de tan solo el 1,1 por ciento.

Basado en el documento del FMI, Infobae informa que «En los primeros tres meses del año, la inflación acumulada alcanzó el 5 por ciento... y los precios de los hogares han aumentado significativamente en los últimos dos años».

Estadísticas recientes indican tendencias preocupantes en Bolivia. Anteriormente conocido por un índice de precios al consumidor (IPC) estable, este aumentó un 1,71 por ciento en marzo, alcanzando una tasa anual del 22,6 por ciento. Dado que la inflación se debe principalmente al aumento de los precios de los bienes domésticos, las familias más afectadas son las de clase trabajadora y campesinos.

El aumento de los precios de los alimentos está teniendo un grave impacto en la población boliviana: el pollo ha subido un 9,45 por ciento, la carne de res un 4,45 por ciento, el tomate un 25,58 por ciento y la cebolla un 22,83 por ciento.

El FMI señala la incapacidad del país para cumplir con sus compromisos financieros con el capital extranjero, según informa Infobae:

La situación fiscal es particularmente crítica. El déficit se financia cada vez más con préstamos del Banco Central, que ha agotado las reservas internacionales —que se prevé que estén casi agotadas para finales de 2023— y ha elevado la deuda pública al 84 por ciento del PIB.

Además, la disminución de las exportaciones de gas y las elevadas importaciones de combustibles han resultado en un déficit de la cuenta corriente del 5 por ciento del PIB.

Bloomberg Online ha reportado una perspectiva negativa para Bolivia entre los inversionistas globales, afirmando:

El aumento de precios en el país continúa en aumento, con una inflación interanual superior al 14,6 por ciento en marzo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto posiciona a Bolivia como el cuarto país con mayor inflación en Latinoamérica, después de Argentina, Venezuela y Cuba, a pesar de tener una de las tasas de inflación más bajas a nivel mundial durante la pandemia.

A medida que las reservas económicas disminuyeron y las finanzas públicas se deterioraron, el gobierno ya no pudo mantener sus subsidios. Se enfrentó a una caída de popularidad y a conflictos internos que llevaron a una rivalidad entre Arce y Evo Morales por el control del partido.

La economía boliviana sufrió un revés con la cancelación de los contratos entre Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y la empresa china CBC, así como con el grupo ruso Uranium One. Bolivia posee las mayores reservas de litio del mundo, esenciales para vehículos eléctricos y productos de alta tecnología.

De cara a las elecciones, el MAS se ha dividido en tres tendencias, incluyendo a Morales:

  • Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno respaldado por el presidente Luis Arce, representa la consolidación del 'arcismo' dentro del MAS.
  • Andrónico Rodríguez, presidente del Senado boliviano, se ha distanciado de Morales al postularse a la presidencia con el partido Alianza Popular.
  • Evo Morales fue descalificado de las elecciones por no registrar su nuevo partido, Evo Pueblo. Posteriormente intentó registrarse con el Partido Acción Nacional Boliviano (PAN-BOL), pero este partido tampoco fue autorizado.

Los otros candidatos presidenciales principales comparten posturas de extrema derecha. Entre ellos se encuentran:

  • Samuel Doria Medina, empresario y político que lidera la coalición Unidad Nacional (UN), que incluye a figuras de derecha como Luis Fernando Camacho, quien durante el golpe de Estado de 2019, entró al Palacio de Gobierno con una Biblia, simbolizando su rechazo a lo que consideraba un régimen 'ateo y comunista'.
  • Manfred Reyes Villa, alcalde de Cochabamba desde 2021 y miembro del partido Autonomía Para Bolivia – Súmate (APB Súmate). Su padre, Armando Reyes Villa, fue ministro de Defensa durante el dictador Luis García Meza.
  • Reyes Villa, exmilitar y empresario, estudió en la Escuela de las Américas del Pentágono. Esta institución era conocida por enseñar estrategias de contrainsurgencia y promover la ideología anticomunista, con muchos exalumnos involucrados en violaciones de derechos humanos y golpes de Estado.
  • Chi Hyun Chung, pastor evangélico y médico ultraconservador nacido en Corea del Sur. Liderando el Movimiento Nacionalista Revolucionario, es partidario de Trump y ha sido apodado 'el Bolsonaro boliviano' por su férreo anticomunismo y su oposición a los derechos LGBTQ. Aboga por políticas provida y una Bolivia militarizada, a la vez que critica al Movimiento Al Socialismo (MAS) y a Evo Morales por promover un modelo 'comunista'. El Socialismo del Siglo XXI de Morales ha fracasado, contribuyendo a una crisis económica y a la amenaza de retorno al poder de la extrema derecha.

Tras ser excluido de la carrera presidencial, Morales movilizó a sus partidarios en una marcha hacia La Paz, lo que provocó enfrentamientos con la policía, siguiendo las órdenes del presidente Arce de detenerlos.

Independientemente de quién se convierta en presidente, la clase trabajadora y los campesinos cargarán con el peso de la crisis. Incluso si Morales se postulara y ganara, seguiría cumpliendo con las exigencias del FMI. Como informó el WSWS tras la destitución de Morales de la presidencia en noviembre de 2019:

Como lo demuestra su continua subordinación a las demandas del imperialismo y sus instituciones, como la OEA, cualquier papel futuro desempeñado por Morales, MAS y sus apologistas tendrá como objetivo proporcionar una cobertura democrática a la realidad de que la vida económica y política boliviana está dominada por las aristocracias financieras estadounidenses y europeas y sus títeres militares en Bolivia, mientras que no hay una sección de la clase dominante boliviana capaz de luchar contra el imperialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de junio de 2025)

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