Español

La CRT morenista en España fomenta ilusiones sobre la presión de las protestas contra el imperialismo en relación con el genocidio en Gaza

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la ministra de Economía y vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, y la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda de Sumar, Yolanda Díaz, en el Parlamento español en Madrid, España, el viernes 29 de septiembre de 2023. [AP Photo/Bernat Armangue]

La Corriente Revolucionaria de Trabajadores (CRT), filial española del morenista Partido Socialista de los Trabajadores (PTS) en Argentina y de Revolución Permanente en Francia, ha publicado un artículo en Izquierda Diario en el que elogia la propuesta del Parlamento español de detener la venta de armas a Israel como producto de la 'movilización'. Es un ejemplo típico de la política de clase media de tendencias pseudoizquierdistas como la CRT, que promueven la ilusiones de que las protestas masivas pueden presionar a los gobiernos imperialistas para que reviertan el rumbo y se opongan al genocidio.

Bajo el título ' ¿Fin del comercio de armas con Israel? El Congreso tramita una ley contra la exportación a Estados genocidas', el artículo explica que la iniciativa de ley parlamentaria prohibirá todas las ventas de armas a cualquier país que esté siendo investigado por la Corte Penal Internacional, apuntando explícitamente a Israel. Busca prohibir las exportaciones de armas, tecnología militar, material antidisturbios y combustibles de uso militar, con inspecciones más estrictas en puertos y aeropuertos.

La iniciativa fue lanzada por primera vez por la Red Estatal Contra la Ocupación en Palestina (RESCOP), que ha liderado protestas masivas contra el genocidio durante los últimos 18 meses. RESCOP está dominada políticamente por el estalinista Partido Comunista de España y el grupo pablista Anticapitalistas, vinculados a la coalición 'populista de izquierda' Sumar que actualmente gobierna con el socialdemócrata PSOE, y por los sindicatos CCOO y UGT, ambos alineados con el gobierno PSOE-Sumar.

La propuesta fue rápidamente recogida por partidos de pseudoizquierda como Sumar y Podemos y presentada en el Parlamento, junto con formaciones nacionalistas como ERC, Junts y EH Bildu, y respaldada por el PSOE.

Si bien la propuesta superó su fase parlamentaria inicial, su futuro sigue siendo incierto, sujeto a enmiendas y acuerdos entre bastidores. Incluso la CRT reconoce que el gobierno PSOE-Sumar podría haberlo promulgado por decreto, tal como lo hizo para imponer un aumento récord del gasto militar sin debate público, pero optó por no hacerlo. La razón es clara: si bien querían evitar cualquier escrutinio sobre su impopular presupuesto de guerra, acogieron con beneplácito un debate simbólico sobre la 'solidaridad' con Palestina, durante el cual se presentaron como opositores al genocidio.

Sin embargo, la CRT presenta esto como una prueba de que la protesta persistente puede forzar un cambio significativo. Destaca el cierre en Cataluña de la minúscula oficina de asuntos exteriores en Tel Aviv como otra supuesta 'victoria' de la movilización de masas. CRT escribe:

A pesar de sus gestos simbólicos y del dudoso futuro de esta proposición de ley, la realidad es que cualquier cambio significativo dentro de los países imperialistas proviene de la movilización continuada y persistente en el tiempo en apoyo a Palestina.

Otro ejemplo es el cierre de la oficina de acción exterior de la Generalitat de Catalunya en Tel Aviv tras diez años de funcionamiento debido a la presión de las movilizaciones. Una medida anunciada el mismo día que se discutía la proposición de ley en el Congreso de los Diputados. Un éxito de las movilizaciones en favor de Palestina que durante años han peleado en Catalunya contra la existencia de dicha oficina.

El avance o no de medidas elementales como el embargo de armas por parte de los gobiernos occidentales sigue dependiendo de la solidaridad internacionalista y la movilización en favor de Palestina. No se puede confiar en maniobras parlamentarias ni en un derecho internacional que ha amparado la ocupación o que es persistentemente ignorado cuando conviene por los países imperialistas.

Ilusiones similares son difundidas por fuerzas pseudoizquierdistas en toda Europa. En Gran Bretaña, la Coalición Stop the War afirma que están apareciendo 'grietas' 'en el apoyo monolítico del establishment a Netanyahu', y plantea un 'reinicio' en el 'enfoque' del gobierno laborista de Keir Starmer con Israel y de cómo 'incluso Donald Trump parece haberse dado cuenta de que el apoyo acrítico a Netanyahu es insostenible'.

Pero la complicidad imperialista con el genocidio de Gaza es material, financiera, logística e ideológica. El imperialismo español, europeo y estadounidense ha armado, financiado, defendido y justificado al régimen sionista en su opresión del pueblo palestino durante décadas. Desde el 7 de octubre, estas potencias han dado luz verde al asesinato en masa de más de 53.000 palestinos en Gaza, la destrucción de todas las universidades, hospitales e instituciones civiles importantes de la Franja, y la hambruna forzada de su población civil.

Madrid ha procedido con una descarada hipocresía. En repetidas ocasiones hizo gestos simbólicos, fingiendo detener las exportaciones de armas, reconociendo verbalmente un Estado palestino inexistente, apoyando el caso de Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia o pidiendo la exclusión de Israel de eventos culturales como Eurovisión, mientras continuaba armando a Israel.

Entre octubre de 2023 y marzo de 2025, España exportó 88 envíos de armas por valor de 5,3 millones de euros a Israel, entre municiones y piezas de drones, a pesar de una supuesta suspensión. Otorgó más de 1.000 millones de euros en contratos a empresas armamentísticas israelíes. Los puertos españoles siguen siendo centros de tránsito clave para las armas destinadas a Israel. Esto subraya la hipocresía detrás de la 'solidaridad' del PSOE y Sumar con Gaza.

Al afirmar que se puede presionar a los gobiernos imperialistas para que detengan el genocidio, la CRT trabaja para atar a la clase obrera con el estado imperialista. Descaradamente indiferente ante la indignación de las masas, este Estado sirve a los intereses de la clase dominante. España apoya a Israel no por sentimiento, sino por interés estratégico, ya que Israel es un representante clave del imperialismo occidental en Oriente Medio.

Los recientes cambios retóricos entre los gobiernos europeos no están impulsados por la indignación pública, sino por la necesidad geopolítica. Como señaló el WSWS, “La declaración conjunta del Reino Unido, Francia y Canadá sobre la situación en Gaza y Cisjordania no constituye una oposición al genocidio israelí contra los palestinos. Es un intento de los primeros ministros Sir Keir Starmer y Mark Carney, y del presidente Emanuel Macron, de crearse una excusa para el asesinato en masa y la limpieza étnica.

En medio de las crecientes tensiones con Washington, la crisis de la guerra en Ucrania y el temor a disturbios internos, las potencias europeas están ajustando el rumbo. No están tratando de defender a los palestinos, sino de salvar su credibilidad y crear una coartada para su complicidad con el genocidio, incluso cuando sus envíos de armas se descargan en Israel.

Las protestas no detendrán la campaña genocida de Israel, descrita por el ministro de Finanzas israelí perteneciente a la extrema derecha, Bezalel Smotrich, como un plan para “conquistar, limpiar y quedarse”, cuyo objetivo es desplazar por la fuerza a los palestinos bajo el “plan Trump”. Netanyahu ha dicho que la guerra terminará solo cuando Gaza sea desarmada y el esquema de Trump se implemente plenamente.

La lección de casi dos años de genocidio es clara: las marchas de protesta por sí solas no son suficientes. Ni los llamamientos al gobierno PSOE-Sumar ni la indignación moral pueden detener la matanza. Lo que se necesita es la movilización política de la clase obrera internacional, dirigida no a defender al Estado imperialista, sino a librar una lucha política intransigente contra él.

La CRT trabaja para bloquear tal desarrollo. Al promover la idea de que se puede presionar al estado para que 'haga lo correcto', encadena la oposición a la política burguesa y a las mismas estructuras cómplices del genocidio. De hecho, la CRT afirma que la principal fuerza que puede impulsar esta presión son las burocracias sindicales, de los sindicatos CCOO y UGT, que apoyan activamente al gobierno PSOE-Sumar y han guardado silencio sobre las exportaciones de armas de España.

De hecho, las burocracias sindicales ahora son abiertamente promotoras del aumento del gasto militar español. El secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, lo justificó reclamando una “autonomía estratégica” europea, un aumento de la producción de armamento y un impuesto de defensa para los ciudadanos europeos.

Estas fuerzas están impulsadas por los beneficios, el poder y el dominio imperialista. La cuestión que enfrentan los trabajadores es cómo detener el genocidio de Gaza y la ofensiva imperialista más amplia en Oreiente Medio, así como en los diferentes frentes interconectados: Ucrania, donde la OTAN está librando una guerra por delegación contra Rusia, o el Pacífico, donde Estados Unidos y sus aliados están rodeando a China con bases militares.

Sólo la unificación internacional y la movilización de los trabajadores y los jóvenes contra el genocidio de Gaza y la guerra imperialista contra Irán pueden detener la profundización de una tercera guerra mundial. Hay que liberar a la oposición de masas de la influencia debilitante de los partidos que tratan de atar a los trabajadores y la juventud a los gobiernos imperialistas. En medio de las grandes protestas contra el genocidio que han estallado en América, Europa, Asia y Oriente Medio, el único camino a seguir es luchar por una perspectiva trotskista contra los partidos proimperialistas como Podemos, Sumar y la CRT.

(Publicado originalmente en ingles el de mayo de 2025)

Loading