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Perspectiva

El imperialismo lanza su “solución final” en Gaza

Palestinos desplazados escapan de Jan Yunis, Gaza, en medio de una ofensiva militar israelí en el área, 19 de mayo de 2025 [AP Photo/Abdel Kareem Hana]

Durante el fin de semana, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que iniciarán plenamente la “Operación Carruajes de Gedeón”, que el primer ministro Benjamín Netanyahu describen como los “pasos finales” en Gaza. Este lenguaje hace eco de la “solución final”, el término de la Alemania nazi para el exterminio sistemático de los judíos europeos.

El objetivo de la operación es la conquista y ocupación militar total de la Franja de Gaza, el desplazamiento interno forzado de la población restante a campos de concentración en el sur y los preparativos para su expulsión total de Palestina.

La operación irá acompañada de una toma conjunta por parte de Estados Unidos e Israel de la distribución de alimentos a la población encarcelada, con empresas de logística estadounidenses y contratistas militares privados que dispensarán raciones a nivel de inanición a personas preseleccionadas, identificadas a través de la tecnología de reconocimiento facial.

Entre bastidores, la Administración de Trump está orquestando la mayor operación de limpieza étnica respaldada por el imperialismo desde el Holocausto. La Casa Blanca está negociando con los regímenes de Libia y Siria, cuyos Gobiernos fueron derrocados por insurgencias islamistas respaldadas por Estados Unidos, para aceptar a más de 1 millón de palestinos desplazados por la fuerza, ya sea por barco o por tierra.

Ochenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial, los mayores crímenes de la Alemania nazi –el exterminio masivo, la hambruna masiva deliberada y la limpieza étnica— están siendo llevados a cabo y normalizados por las potencias imperialistas.

Pero mientras los arquitectos del Holocausto buscaban ocultar la escala de sus crímenes a la población alemana y al mundo, el genocidio en Gaza se está desarrollando a plena vista. El presidente estadounidense ha declarado abiertamente que la limpieza étnica y la anexión de Palestina es un objetivo estratégico de su Administración.

Si bien el genocidio en Gaza está encabezado por Trump y Netanyahu, ha sido defendido y legitimado por todas las potencias imperialistas y habilitado por los regímenes árabes burgueses.

Los Gobiernos imperialistas legitiman el asesinato en masa y la limpieza étnica al afirmar que Israel “tiene derecho a defenderse”. En toda Europa, todos los Gobiernos han denunciado fraudulentamente las protestas contra el genocidio como “antisemitas”, llevando a cabo arrestos masivos y persiguiendo a quienes denuncian los crímenes del Estado israelí.

El canciller alemán Friedrich Merz ha invitado al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu a Alemania, prometiendo desafiar una orden de la Corte Penal Internacional para el arresto de Netanyahu.

El viaje de Trump a Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos ha puesto de manifiesto ante el mundo entero la complicidad de los regímenes árabes en el genocidio de Gaza. Mientras Trump canaliza miles de millones de dólares en bombas a Israel para la destrucción de Gaza, la familia real de Qatar le ha dado a Trump el regalo de un avión jumbo privado de 400 millones de dólares.

A pesar de emitir declaraciones formales condenando la hambruna de los palestinos, los regímenes árabes son cómplices del genocidio y el desplazamiento forzado de la población en Gaza.

Como relató el periodista Bob Woodward en su libro Guerra, el rey jordano Abdullah II le dijo al secretario de Estado Antony Blinken en 2023: “Israel debe derrotar a Hamás. No lo diremos públicamente, pero apoyamos la derrota de Hamás”. Woodward también escribió que el presidente egipcio Abdelfattah el Sisi le dijo a Blinken que su régimen “solo quiere mantener la paz con Israel”, incluso cuando Israel estaba masacrando a los palestinos.

Las instituciones que velan por el “derecho internacional” han demostrado estar completamente en bancarrota frente al genocidio en curso. Medio siglo de “planes de paz” patrocinados por el imperialismo, innumerables votos en la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, fallos de la Corte Internacional de Justicia y acusaciones de la Corte Penal Internacional han demostrado ser completamente insignificantes.

Lo que se está desarrollando en Gaza, un crimen de proporciones monumentales, tiene las implicaciones políticas de mayor alcance. Expone la naturaleza esencial del imperialismo y de todos los Gobiernos capitalistas “democráticos”. En su análisis imperecedero del imperialismo, escrito en 1916 en medio de la Primera Guerra Mundial, Lenin advirtió que la distinción entre las democracias burguesas y las viejas autocracias monárquicas estaba siendo borrada. Un siglo después, los regímenes imperialistas modernos, los autoproclamados defensores de los derechos humanos, justifican, apoyan e incluso aplauden el asesinato masivo de toda una población.

La normalización del genocidio es un componente inseparable de la intensificación de los ataques a los derechos democráticos, el empobrecimiento de la clase trabajadora y los planes de guerra de los gobiernos imperialistas. En todas las capitales imperialistas, desde Washington hasta Berlín, Londres y Tokio, los gobiernos están expandiendo masivamente el gasto militar mientras recortan los programas sociales.

Si bien los líderes de todos los Gobiernos imperialistas, y sus regímenes clientelares de Oriente Próximo, apoyan el genocidio llevado a cabo por Israel, la abrumadora mayoría de la población mundial está horrorizada ante estos crímenes. En ciudades y pueblos de todo el mundo, millones de personas, incluidos innumerables miles de judíos, se han unido a protestas masivas contra el genocidio de Gaza. Se ha abierto un abismo insalvable entre la masa de la población mundial, indignada por el genocidio, y sus Gobiernos.

Diecinueve meses después del inicio del genocidio, es necesario sacar ciertas conclusiones fundamentales. En primer lugar, es imposible detener el genocidio de Gaza apelando a las potencias imperialistas o a las instituciones del derecho internacional. La única manera de detener la masacre en Gaza es a través de la movilización de la clase trabajadora. La lucha contra el genocidio de Gaza depende de la expansión de la lucha de clases y la defensa de los derechos sociales, económicos y políticos de la clase trabajadora.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de mayo de 2025)

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