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El Partido Socialista por la Igualdad y el World Socialist Web Site apoyan el llamado de la Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base (AIO-CB) para una investigación independiente, dirigida por trabajadores de base, sobre la muerte completamente evitable de Ronald Adams Sr.
Ronald Adams Sr., un reparador de máquinas de 63 años, murió aplastado el 7 de abril de 2025, en el Complejo de Motores Dundee de Stellantis en el sureste de Michigan. Según los informes iniciales, murió en las primeras horas de la mañana mientras atendía una lavadora Cinetic en el Departamento 7300, cuando una grúa pórtico se enganchó inesperadamente, sujetándolo y aplastando la parte superior del torso.
Ronald era una figura muy respetada y querida, conocida en toda la planta no solo por su habilidad excepcional sino por su inquebrantable compromiso con la seguridad. Conocido por sus compañeros de trabajo como “el protector de la planta”, Adams se había ganado la confianza de quienes lo rodeaban.
Deja atrás una familia numerosa y afligida. Era un esposo devoto de Shamenia Stewart-Adams, un orgulloso padre de 10 hijos y un abuelo de 11 en su familia mixta, y un mentor y entrenador para muchos jóvenes de su comunidad. Su muerte ha dejado a una familia afectada y a compañeros de trabajo en luto. Sus compañeros y seres queridos se han unido en exigir que se dé con la verdad y haya una rendición de cuentas.
Más de cinco semanas después de la muerte de Adams, Stellantis, el sindicato United Auto Workers (UAW) y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Michigan (MIOSHA, por sus siglas en inglés) no han proporcionado ninguna explicación de por qué ocurrió esta catástrofe. Todavía hay más preguntas que respuestas: ¿se vio comprometido el sistema de bloqueo de seguridad? ¿La grúa pórtico había funcionado mal antes? ¿La escasez de personal, las demandas de acelerar la producción o las medidas de reducción de costos contribuyeron al incidente fatal? ¿Qué violaciones de seguridad específicas o fallas sistémicas permitieron que esto sucediera?
El miércoles, MIOSHA rechazó una solicitud de información en virtud de la Ley de Libertad de Información (FOIA) presentada por el WSWS, alegando que la divulgación pública interferiría con su investigación. La carta de MIOSHA argumentaba que la “interferencia externa” podría comprometer el testimonio de los testigos y la integridad de la investigación.
De hecho, esto es un indicio serio de que está en marcha un encubrimiento, un intento de proteger a los funcionarios corporativos y sindicales del escrutinio y absolver a los responsables.
Si bien MIOSHA tiene la responsabilidad formal de investigar las muertes en los lugares de trabajo, opera dentro de un aparato estatal que mantiene los vínculos más estrechos con las corporaciones. Para descubrir la verdad y hacer justicia, la investigación sobre la muerte de Adams debe ser asumida por los propios trabajadores de base.
Otro argumento poderoso a favor de una investigación independiente es el papel del aparato del UAW, que ha funcionado desde el principio como socio en un encubrimiento corporativo-estatal. El UAW permaneció en silencio durante más de tres semanas después de la muerte de Adams.
Luego, el 28 de abril, el Día de los Trabajadores Caídos, publicó una imagen en las redes sociales que enumeraba a Adams entre una serie de trabajadores muertos, señalando brevemente que fue aplastado por una grúa pórtico y afirmando que el “incidente” estaba siendo investigado por el “Departamento de Salud y Seguridad del UAW-Stellantis”.
Esto fue acompañado por un video con apariciones conjuntas de los ejecutivos de Stellantis y el director del Departamento de UAW-Stellantis, Kevin Gotinsky, en el que elogiaron sus “esfuerzos conjuntos” para mantener un lugar de trabajo seguro y achacaron los accidentes a los “actos inseguros” de los trabajadores. Desde entonces, el UAW ha mantenido un silencio culpable.
Los burócratas que controlan el UAW, completamente atados a los intereses corporativos, no harán nada. Durante décadas, el aparato sindical ha trabajado mano a mano con las compañías automotrices y los sucesivos Gobiernos demócratas y republicanas para suprimir huelgas, imponer despidos y recortar salarios y beneficios en nombre de la “competitividad”. Shawn Fain, el actual presidente del UAW aclamado por los medios de comunicación como un “reformador”, ha implementado esta misma agenda propatronal.
Esta es una experiencia que todos los trabajadores conocen muy bien, independientemente de la industria: un patrón constante de negligencia, indiferencia y condiciones inseguras, impuesto por la Administración corporativa, y un aparato sindical que ignora las quejas y barre las lesiones y muertes bajo la alfombra.
Según la propia AFL-CIO, más de 140.000 trabajadores mueren cada año en los Estados Unidos por condiciones de trabajo peligrosas: más de 5.000 por lesiones traumáticas y el resto por enfermedades profesionales como el cáncer, las enfermedades respiratorias y la insuficiencia cardíaca. Eso es más de 380 muertes evitables cada día en los mataderos industriales de Estados Unidos. Sin embargo, con menos de 1.800 inspectores federales y estatales que supervisan 11 millones de lugares de trabajo, solo hay un inspector por cada 85.000 trabajadores.
En todo el mundo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que casi 3 millones de trabajadores mueren cada año a causa de lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo. Aproximadamente 330.000 de estos son el resultado de lesiones traumáticas, mientras que más de 2.6 millones son causados por enfermedades ocupacionales crónicas, como cáncer, insuficiencia circulatoria y enfermedades respiratorias. El número de muertos en todo el mundo ha aumentado más del 12 por ciento desde el año 2000.
Estas cifras asombrosas no incluyen a los millones de personas que han muerto a causa de COVID-19 en los últimos cinco años, un virus que se propaga más rápidamente en los lugares de trabajo, en fábricas, almacenes, escuelas, oficinas y plantas empacadoras de carne, ya que las corporaciones y los Gobiernos priorizaron las ganancias y la “continuidad del negocio” sobre la vida humana.
La muerte de Adams tiene lugar en medio de una amplia ofensiva de la clase dominante para desmantelar las protecciones básicas de los trabajadores y canalizar la riqueza a la oligarquía capitalista. La Administración de Trump ha destripado a OSHA y ha entregado su supervisión al multimillonario Elon Musk, al tiempo que impulsa 880.000 millones de dólares en recortes sociales para financiar 4,5 billones de dólares en exenciones fiscales para los ultrarricos que recortan Medicare, el seguro social y la educación bajo la consigna de “la campaña de desregulación más grande de la historia”.
Este asalto es la culminación de décadas de guerra de clases bipartidista. Tanto demócratas como republicanos han presidido una transferencia histórica de riqueza de abajo hacia arriba. Desde 1975, se han desviado 79 billones de dólares del 90 por ciento inferior al 1 por ciento superior, que ahora gana 139 veces más que el 20 por ciento más pobre. El año pasado, las 19 familias más ricas aumentaron su fortuna en más de 1 billón de dólares.
Solo la clase trabajadora puede descubrir la verdad sobre la muerte de Ronald Adams. La iniciativa lanzada por la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) es una respuesta crítica y necesaria a las condiciones de explotación y peligro que enfrentan los trabajadores todos los días. Como explica el AIO-CB:
No debe haber otro encubrimiento. Una investigación independiente con respecto a Stellantis, el aparato de United Auto Workers (UAW) y las autoridades estatales es esencial para descubrir la verdad, exponer las violaciones de seguridad sistémicas y prevenir futuras muertes. Debe reunir testimonios de los trabajadores de Dundee, los trabajadores automotores de otras plantas, expertos en seguridad y otras personas con conocimientos relevantes. Dicha investigación de los trabajadores es crucial para sentar las bases de una verdadera supervisión de base sobre la seguridad y las condiciones de producción en las fábricas.
Esta investigación debe ser la punta de lanza de una lucha más amplia. La clase trabajadora debe intervenir como una fuerza consciente y organizada, afirmando sus propios intereses contra las corporaciones, el Estado y la burocracia sindical que las defiende.
El WSWS y el Partido Socialista por la Igualdad instan a los trabajadores automotores y a todos los sectores de la clase trabajadora en América del Norte e internacionalmente a apoyar la investigación de la AIO-CB y unirse a la lucha para transformar la industria automotriz en un servicio público bajo el control democrático de los trabajadores.
Los trabajadores que tengan información sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Adams o que deseen ser voluntarios para la investigación deben completar e ste formulario .
Apoya la lucha para exponer la verdad, defender vidas y construir comités de base como cimientos del poder obrero.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de mayo de 2025)
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