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La Reserva Federal advierte que aumentan los riesgos económicos debido a las alzas arancelarias

Como se esperaba, la Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo sin cambios las tasas de interés en su reunión de ayer, pero expresó preocupación porque las alzas arancelarias del gobierno de Trump conduzcan tanto a una mayor inflación como a un aumento del desempleo.

Presidente de la Reserva Federal Jerome Powell. [AP Photo/Susan Walsh]

En sus declaraciones preparadas para una conferencia de prensa, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo: “Si se mantienen los grandes aumentos arancelarios que se han anunciado, es probable que generen un aumento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un aumento del desempleo”.

Powell señaló que si bien “los riesgos de mayor desempleo e inflación parecen haber aumentado”, la postura actual de la política monetaria dejaba al banco central “bien posicionado para responder a tiempo frente a posibles desarrollos económicos”.

Sin embargo, esas palabras tranquilizadoras fueron algo socavadas por otras partes de sus comentarios iniciales.

La Fed, al menos oficialmente, opera bajo un doble mandato: garantizar la estabilidad de precios y el máximo empleo.

Pero como reconoció Powell, “podríamos encontrarnos en el escenario desafiante en el que nuestras metas de doble mandato estén en tensión”, es decir, que tanto los precios como el desempleo estén aumentando.

En respuesta a una pregunta, Powell afirmó que Estados Unidos seguía siendo una “economía saludable”, aunque estaba “envuelta en un sentimiento muy pesimista”.

Señaló en sus declaraciones iniciales que las encuestas a hogares y empresas habían reportado una “fuerte caída del sentimiento y una incertidumbre elevada sobre las perspectivas económicas”, pero quedaba por ver cómo estos desarrollos afectarían el gasto y la inversión futuros.

Hasta el momento, dijo en varias ocasiones, los efectos aún no se reflejaban en los datos y la Fed debía adoptar una postura de “esperar y ver”.

“Creemos que estamos en el lugar correcto para esperar y ver cómo evolucionan las cosas”, afirmó Powell. “No sentimos que tengamos que apresurarnos. Creemos que es apropiado ser pacientes”.

Desarrollando esta idea durante toda su conferencia de prensa, Powell dijo: “No es una situación en la que podamos actuar preventivamente, porque en realidad no sabemos cuál será la respuesta adecuada a los datos hasta ver más datos”.

La crítica a esta postura “dependiente de los datos”, que ya se ha planteado en el pasado y sin duda volverá a surgir, es que es como conducir mirando por el espejo retrovisor, ya que los datos reflejan desarrollos pasados, no lo que está ocurriendo en el presente.

La situación actual es que las alzas arancelarias, que Powell reconoció como “significativamente mayores de lo anticipado”, han desestabilizado la planificación de inversiones y las decisiones empresariales.

Las empresas ya están informando de caídas significativas en sus ingresos esperados. Ford ha dicho que espera una pérdida de 1.500 millones de dólares y Apple anticipa pérdidas de casi 1.000 millones.

Las cadenas de suministro de potencialmente miles de empresas han caído en el caos, ya que las compañías enfrentan aumentos masivos en su estructura de costos. Con las importaciones a los puertos de la Costa Oeste ya mostrando una caída de hasta el 30 por ciento, se han lanzado advertencias de que podríamos ver estantes vacíos, acompañados por fuertes aumentos de precios.

El Financial Times señaló que si bien la demanda en la economía estadounidense se había mantenido “sólida” desde principios de año, “las encuestas han indicado que las empresas y los consumidores están profundamente preocupados por cómo los aranceles de Trump afectarán sus respectivas perspectivas”.

Guy LeBas, estratega de la firma de servicios financieros Janney Montgomery Scott, declaró al FT: “No recuerdo una ocasión en la que la Fed haya incrementado de manera tan marcada sus evaluaciones sobre los riesgos de crecimiento e inflación”.

En lo que respecta a los datos, las cifras del PIB para el primer trimestre mostraron una contracción anualizada del 0,3 por ciento en la economía estadounidense. Esto ha sido mayormente descartado como una especie de anomalía estadística debido al repunte de las importaciones por parte de las empresas que trataron de abastecerse anticipando las alzas arancelarias.

Esta visión fue refutada en un artículo de opinión en el Wall Street Journal, que advirtió que la caída del PIB estadounidense era una “señal ominosa”.

El artículo criticaba la declaración de la Oficina de Análisis Económico que afirmaba que la caída del PIB se debía principalmente al aumento de las importaciones, “que se restan en el cálculo del PIB”.

Los autores argumentaban que la caída no era una ilusión estadística. El número del PIB bajó porque “Estados Unidos produjo menos, no porque importara más”.

La caída del PIB parecía ser “en gran medida el producto de la enorme incertidumbre que ha creado la política comercial del gobierno de Trump, la cual ha sembrado el caos en las cadenas de suministro y el comercio global. Dado que la mayoría de los aranceles aún no han entrado en vigor, el crecimiento negativo del primer trimestre es simplemente una advertencia de que lo peor está por venir si el gobierno no pone fin a su guerra comercial”.

Si los aranceles continúan, lo más probable es que “Estados Unidos y gran parte del mundo entren en recesión en 2025”.

Wall Street subió ligeramente tras la decisión de la Fed. Pero esto se debió, en su mayoría, al anuncio de que se llevarán a cabo conversaciones comerciales entre altos funcionarios estadounidenses y chinos en Ginebra durante el fin de semana. La bolsa perdió algo de impulso en respuesta a la evaluación de la Fed de que los riesgos de inflación y desempleo habían aumentado.

Si la discusión entre Trump y el nuevo primer ministro canadiense Mark Carney esta semana sirve como indicador, no se puede esperar mucho avance respecto al arancel del 145 por ciento sobre China.

Cuando se le preguntó si había algo que Carney pudiera decir para convencerlo de levantar los aranceles contra Canadá, Trump respondió “no”, insistiendo en que “no hay razón para que subsidiemos a Canadá”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 8 de mayo de 2025)

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