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Arrestos masivos antes de las manifestaciones del Primero de Mayo en Turquía

Más de 150 miembros de partidos de izquierda, sindicatos y organizaciones juveniles fueron detenidos en redadas domiciliarias el martes y miércoles en ciudades importantes como Estambul, Ankara e Izmir, previo a las manifestaciones del Primero de Mayo.

Una de las razones esgrimidas para los operativos policiales en Estambul es que trabajadores y jóvenes quieren celebrar el Primero de Mayo en la plaza Taksim. Desde 2013, el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdoğan, en violación de la constitución, ha cerrado esta plaza histórica para la clase trabajadora a las manifestaciones del Primero de Mayo.

Manifestantes corean consignas durante una protesta del Primero de Mayo en Estambul, Turquía, lunes, 1 de mayo de 2023 [AP Photo/Khalil Hamra]

En un fallo de 2023, la Corte Constitucional, al referirse a la masacre ocurrida durante la manifestación del Primero de Mayo de 1977, dictaminó que Taksim es la “memoria común” y tiene un “valor simbólico” para los trabajadores y trabajadoras, y que su cierre constituye una violación de derechos. En 1977, 34 personas fueron asesinadas a tiros y 136 resultaron heridas durante las celebraciones en la plaza Taksim. El hecho de que la masacre nunca fue investigada adecuadamente reforzó la percepción de que se trató de una reacción del Estado ante el creciente auge de la lucha de clases.

El Grupo por la Igualdad Socialista emitió un comunicado a través de X/Twitter el miércoles en el que condena “el arresto de un gran número de personas en redadas domiciliarias en varias provincias, especialmente en Estambul, justo antes del Primero de Mayo”.

“El objetivo de estas operaciones es intimidar no solo a quienes fueron detenidos, sino también a las amplias masas de trabajadores y jóvenes que salieron a las calles el mes pasado”, señala el comunicado.

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“Manifestarse o convocar a una manifestación en Taksim u otro lugar el Primero de Mayo no es un delito, sino un derecho democrático fundamental”, agregó el comunicado, haciendo un llamado por “la liberación inmediata de los detenidos por ejercer sus derechos democráticos y de todos los presos políticos”.

Esta última represión del Estado policial forma parte del intento del gobierno por aplastar toda oposición social y política mediante el establecimiento de una dictadura presidencial que ignora la constitución y las leyes existentes. Para ello, el gobierno utiliza su control sobre el poder judicial como herramienta de intimidación.

El mes pasado, Ekrem İmamoğlu, alcalde de Estambul del Partido Republicano del Pueblo (CHP), principal rival político de Erdoğan y quien parecía llevar la delantera en las últimas encuestas, fue arrestado y enviado a prisión. La detención de İmamoğlu desencadenó una ola de protestas masivasque se extendieron por todo el país.

Millones de personas, especialmente jóvenes, salieron a las calles para oponerse a este ataque contra su derecho a votar y ser elegidos. En las primarias presidenciales del CHP, donde İmamoğlu era el único candidato, participaron 15,5 millones de personas, cuando se esperaban solo 1 millón.

El potencial de este movimiento de masas para desencadenar un movimiento independiente y revolucionario de la clase trabajadora llevó al gobierno a lanzar una represión a gran escala.

Tras el arresto de İmamoğlu, más de 2.000 personas fueron detenidas y más de 300 arrestadas por participar en protestas pacíficas. La arbitrariedad e ilegalidad de estas medidas —destinadas a intimidar a la clase trabajadora y la juventud— fue tan evidente que la mayoría de los detenidos fue liberada en las semanas siguientes. No obstante, casi 50 personas siguen en prisión.

El CHP, otro partido del gran capital, hizo todo lo posible por contener las protestas, que escapaban de su control, y canalizarlas hacia las próximas elecciones.

La criminalización por parte del gobierno de Erdoğan incluso del simple hecho de convocar una protesta, y ya no digamos participar en una legal, expresa una tendencia global hacia el autoritarismo que ha cobrado fuerza con el regreso al poder del expresidente Donald Trump en Estados Unidos.

Como explicó el WSWS, Trump está modelando su presidencia según las teorías autoritarias del jurista nazi Carl Schmitt. Schmitt argumentaba que en un “Estado de excepción”, el líder de la nación tendría poderes ejecutivos ilimitados por encima de cualquier ley existente.

En EE. UU., Trump está deportando ilegalmente a migrantes a campos de concentración, secuestrando estudiantes pro-palestinos y encarcelándolos para su deportación. Se utiliza la Ley de Extranjeros Enemigos para justificar estas prácticas. Hace unos días, Hannah Dugan, jueza del Tribunal de Primera Instancia del Condado de Milwaukee, fue arrestada por impedir el arresto de un inmigrante.

Como explican los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (IYSSE, por sus siglas en inglés) en EE. UU., “La magnitud y el carácter de esta represión no tienen precedentes en la historia moderna estadounidense. Los únicos paralelos históricos son las acciones de la Alemania nazi y las dictaduras militares respaldadas por la CIA en América Latina después de la Segunda Guerra Mundial”.

El Grupo por la Igualdad Socialista afirmó en su declaración del Primero de Mayo: “En Turquía, como en EE. UU., este régimen autoritario apunta esencialmente contra la clase trabajadora, la única fuerza social capaz de poner fin al dominio de la clase capitalista, tomar el poder y establecer un régimen verdaderamente democrático”.

En Turquía, y a nivel internacional, la clase trabajadora necesita dotarse de una perspectiva internacional y socialista para enfrentar esta ofensiva de la clase dominante y asumir el liderazgo en la creciente oposición de masas contra la desigualdad social, el autoritarismo y la guerra.

Sin embargo, una perspectiva nacionalista y reformista dominó los actos del Primero de Mayo convocados por sindicatos y partidos en muchas ciudades. En Estambul, donde se realizaron las celebraciones más importantes del país, el debate giró en torno a si la manifestación se celebraría en Taksim o en Kadıköy.

El año pasado, el CHP y sus aliados sindicales, las confederaciones DİSK y KESK, convocaron una celebración del Primero de Mayo en Taksim, pero ante los obstáculos policiales rápidamente llamaron a dispersarse y abandonaron la zona, dejando a los manifestantes restantes frente a la policía antidisturbios. Más de 200 personas fueron detenidas, y decenas permanecieron encarceladas por meses.

Este año, la oposición pro empresarial DİSK y KESK convocaron una manifestación en el distrito de Kadıköy, mientras que la pro gubernamental Türk-İş lo hizo en el distrito de Kartal, cumpliendo así con su función divisoria de la clase trabajadora en torno a las fracciones rivales de la clase dominante. Todas las confederaciones sindicales colaboran directa o indirectamente en la aplicación del severo programa de austeridad del gobierno contra los trabajadores. En medio de las protestas masivas que estallaron el mes pasado, las burocracias sindicales hicieron todo lo posible por evitar que los trabajadores se movilizaran de forma independiente.

El genocidio en curso en Gaza, la agresión sionista-imperialista contra Irán y sus aliados en Medio Oriente y la actual guerra imperialista global de reparto no figuran en su agenda. Tampoco lo está la necesidad de garantizar la independencia política de la clase trabajadora respecto a todos los partidos del establishment capitalista proimperialista, incluido el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdoğan y el CHP, y de movilizarla en la lucha por el socialismo internacional.

Solo el Grupo por la Igualdad Socialista ha convocado a un Primero de Mayo con esta orientación. Esta convocatoria forma parte del acto internacional en línea del Primero de Mayo convocado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), el movimiento trotskista mundial del que somos parte. Instamos a nuestros lectores a registrarse para participar en este importante evento, que continúa con la tradición revolucionaria del Primero de Mayo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 30 de abril de 2025)

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