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Estalla huelga en el condado de Los Ángeles ante la amenaza de despidos masivos por parte de funcionarios

Trabajadores del condado en huelga marchan en el centro de Los Ángeles el 29 de abril de 2025. [Foto: SEIU L. 721] [Photo by SEIU L. 721]

Con el inicio de la huelga de 48 horas de más de 55.000 trabajadores del condado de Los Ángeles el martes, quedó clarísimo que se trata de una batalla crucial no solo por las demandas inmediatas de estos trabajadores, sino también por la lucha más amplia contra la desigualdad, la represión estatal y la guerra bipartidista contra los derechos democráticos.

Los trabajadores del condado de Los Ángeles —enfermeras, trabajadores sociales, personal administrativo, conserjes y muchos otros— prestan servicios a unos 10 millones de personas y mantienen en funcionamiento la que se considera la quinta economía más grande del mundo. Exigen lo fundamental: aumentos salariales que se ajusten al alza del costo de la vida, una dotación de personal segura y el fin de los planes de privatización que desvían los recursos públicos hacia las arcas corporativas. Sin embargo, los funcionarios del condado, respaldados por la aristocracia financiera que gobierna Los Ángeles con mano de hierro, han respondido con desdén, amenazas y mentiras.

La advertencia de la directora ejecutiva del condado, Fesia Davenport, esta semana de que los aumentos salariales podrían crear un 'déficit estructural' que llevaría a despidos masivos es una amenaza abierta. Llegó incluso a afirmar que el condado podría repetir los más de 1.600 despidos propuestos por la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, en su discurso sobre el 'Estado de la Ciudad' de la semana pasada.

El contexto político general es un factor determinante. El ataque continuo de Trump contra los trabajadores, los inmigrantes y los derechos democráticos ha envalentonado a todos los sectores de la clase dominante, incluidos los funcionarios del Partido Demócrata en California, a adoptar políticas de austeridad que antes se asociaban exclusivamente con la extrema derecha.

En Los Ángeles, esta guerra contra los trabajadores es inconfundible. Mientras la alcaldesa Bass propone despidos para abordar su propio 'déficit estructural emergente', los funcionarios del condado repiten sus amenazas, culpando a los trabajadores de la crisis financiera provocada por décadas de concesiones y subsidios fiscales corporativos.

Davenport declaró abiertamente que mantener la calificación crediticia AAA del condado es una prioridad, incluso cuando los trabajadores esenciales se ven obligados a buscar un segundo empleo, saltarse comidas o vivir en sus coches. Esta descarada apelación a Wall Street por encima de la vida de los trabajadores expone a la administración del condado como lo que es: un fiel defensor de los intereses corporativos, a pesar de su fachada de servicio público.

Al mismo tiempo, los trabajadores no solo se enfrentan a la intransigencia del condado, sino también a la traición de sus supuestos representantes. El Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), Local 721, ha hecho todo lo posible por desactivar y desarmar la huelga. A pesar de tener el poder para cerrar uno de los centros urbanos más ricos e importantes del planeta, y con el paro contando con un apoyo público abrumador, los líderes sindicales han impedido que los trabajadores del condado se unan a sectores más amplios de la clase trabajadora, incluso en huelgas colectivas.

En cambio, los directivos del SEIU limitaron la huelga a una acción de 48 horas, incluso mientras sus propios miembros hierven de ira. Un intercambio en línea entre dos trabajadores resumió esto. “¿Dónde está SEIU Nacional? ¿Por qué guardan tanto silencio mientras nuestro gobernador, alcaldes y junta de supervisores están destrozando nuestros contratos?”, a lo que otro trabajador respondió con severidad: “Porque ratificamos un mal contrato…”, refiriéndose al acuerdo entreguista de 2022 que firmó SEIU.

Otro trabajador cuestionó la estrategia ineficaz del sindicato: “Acabo de afiliarme a este sindicato y me siento realmente perdido con lo que está sucediendo. Después de la huelga de dos días, ¿qué pasa? ¿Simplemente volvemos al trabajo? ¿Esperamos nuevas instrucciones si se extiende?”.

Los trabajadores no han olvidado la traición del contrato de 2022, que implicó un mísero aumento salarial muy por debajo de la tasa de inflación, recortando drásticamente los salarios reales y profundizando una crisis de escasez crónica de personal y cargas de trabajo imposibles. Ese acuerdo entreguista, firmado con bombos y platillos por los burócratas sindicales, allanó el camino para el levantamiento de hoy.

La excusa del condado de que no puede permitirse aumentos salariales debido a los costos de los incendios forestales, un pago de $4 mil millones por décadas de abuso infantil sistemático en sus centros de detención juvenil y la pérdida de fondos federales para la pandemia solo agrava la furia de los trabajadores. Estas son crisis creadas por la propia corrupción, negligencia y priorización de las ganancias sobre las personas del condado. Exigir que los trabajadores paguen el precio, aceptando salarios de miseria y despidos masivos, es obsceno.

Los Ángeles rebosa riqueza. La ciudad presume de una de las mayores concentraciones de multimillonarios del planeta. El centro de Los Ángeles está repleto de condominios de lujo, clubes privados y proyectos de vanidad multimillonarios, mientras que los empleados del condado, con dos o tres trabajos, apenas pueden pagar el alquiler. Incluso mientras el condado alega pobreza, desperdicia fondos públicos en nuevos y enormes complejos administrativos —monumentos a la burocracia— en lugar de invertir en los trabajadores que conforman el corazón palpitante de la vida pública.

Huelguistas del Condado de Los Ángeles [Foto: SEIU L. 721] [Photo by SEIU L. 721]

Por eso, todo trabajador serio debe rechazar la camisa de fuerza del SEIU y comenzar a formar comités de base independientes, organizados democráticamente y controlados por los propios trabajadores. Estos comités deben extenderse a maestros, enfermeras, trabajadores del transporte y empleados del sector privado de toda la ciudad y más allá. Una huelga general unificada en Los Ángeles y más allá, movilizando a millones de trabajadores, doblegaría a la administración del condado en cuestión de días, sino en horas.

Hay mucho en juego. La clase dominante teme sobre todo el surgimiento de un movimiento obrero masivo, independiente del sistema bipartidista y de las burocracias sindicales corruptas. Lo temen porque un movimiento así amenazaría toda la podrida estructura de desigualdad, explotación y violencia estatal sobre la que se basa su poder.

Los trabajadores no deben hacerse ilusiones: esta lucha no se trata solo de salarios, personal o contratos. Es una batalla contra un sistema político y económico —el capitalismo— que le ha declarado la guerra a la clase trabajadora. La tóxica agenda de represión, austeridad y dictadura corporativa de Trump amenaza a los trabajadores de Los Ángeles, California y todo el país, mientras que los demócratas son sus facilitadores tácitos.

La lucha en Los Ángeles puede y debe convertirse en la punta de lanza de una contraofensiva industrial y política de toda la clase trabajadora: contra los recortes de empleos, los gastos de vida inasequibles, la búsqueda de chivos expiatorios y la deportación de inmigrantes, el exilio de los manifestantes antigenocidas, el pisoteo de la Constitución y la erección gradual de una dictadura fascista.

A medida que se acerca el Primero de Mayo, el día de la solidaridad internacional de la clase trabajadora, los trabajadores en Estados Unidos deben aprovechar la ocasión como un llamado a la acción: para unirse con sus hermanos y hermanas de todo el mundo, especialmente con los trabajadores inmigrantes, y para rechazar el nacionalismo tóxico de 'América Primero' que promueven Trump y sus cómplices.

La huelga de los trabajadores del condado de Los Ángeles no debe terminar en otra traición. Debe expandirse, profundizarse y transformarse en la punta de lanza de una ofensiva más amplia de la clase trabajadora contra la austeridad, la desigualdad y la dictadura.

Instamos a los trabajadores a asistir a la manifestación virtual del Primero de Mayo de este sábado, organizada por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional. Ante la intensificación del ataque global contra los trabajadores por el ascenso de Trump, esta manifestación impulsará un programa socialista para unir a la clase trabajadora contra la guerra, la desigualdad y la represión, y para luchar por un mundo basado en la igualdad y la necesidad social, no en el lucro.

Inscríbase aquí para el evento del Primero de Mayo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de abril de 2025)