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Veteranos y reservistas de la fuerza aérea israelí exigen un acuerdo por los rehenes y el fin de la guerra en Gaza

Una carta abierta firmada por casi 1.000 reservistas en activo y retirados de la fuerza aérea israelí (FAI) ha exigido el fin de la guerra en Gaza. La carta, firmada la semana pasada, instó a todos los ciudadanos israelíes a exigir el fin de la guerra, centrándose en advertencias de que los bombardeos israelíes sobre Gaza ponían en riesgo la vida de los rehenes israelíes.

La iniciativa de la carta abierta involucra a destacadas figuras sionistas cuyas preocupaciones giran en torno a la seguridad inmediata y a largo plazo del Estado israelí—una seguridad que el gobierno fascista del primer ministro Benjamín Netanyahu pone cada vez más en duda.

Uno de los firmantes es Dan Halutz, ex jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Fue comandante de la FAI durante la segunda Intifada, cuando ordenó asesinatos selectivos de militantes palestinos. Otros firmantes incluyen a antiguos jefes del servicio de inteligencia Mossad.

Teniente general Dan Halutz con el general de división Benny Gantz y el comandante de la División 91 Gal Hirsch durante la guerra del Líbano de 2006 [Photo by IDF Spokesperson's Unit photographer / undefined]

La carta es un síntoma de las crecientes divisiones y crisis en Israel, intensificadas por los enormes costos de la ofensiva militar sobre Gaza en términos económicos, sociales y políticos—incluyendo, aunque esto no encuentra una expresión consciente en la carta abierta, el descrédito de todo el proyecto sionista en medio de una campaña de violencia genocida sin precedentes desde la guerra de exterminio nazi contra el judaísmo europeo.

Firmada por miembros de la misma FAI que ha destruido más del 69 por ciento de Gaza, matando a más de 60.000 palestinos, la carta expresa abiertamente la creciente indignación popular por el destino de los rehenes israelíes, quienes están siendo utilizados como pretexto para llevar a cabo una guerra de aniquilación. Ha provocado una conmoción política en Israel y ha sido seguida por otras cartas abiertas de altos mandos militares y de inteligencia, médicos, paracaidistas y reservistas que exigen que el gobierno de Netanyahu priorice el retorno de los rehenes en Gaza, incluso si eso significa acabar con la guerra.

Personas se lamentan frente a los cuerpos de palestinos asesinados por los bombardeos israelíes, Hospital Al-Ahli, 18 de marzo [AP Photo/Abdel Kareem Hana]

La carta de los reservistas de la FAI afirma: “La continuación de la guerra no avanza ninguno de los objetivos declarados de la guerra y provocará la muerte de los rehenes, de soldados de las FDI y de civiles inocentes. Como se ha demostrado en el pasado, sólo un acuerdo de [alto el fuego] puede traer de vuelta a los rehenes con seguridad, mientras que la presión militar conduce principalmente a la muerte de los rehenes y a la puesta en peligro de nuestros soldados”.

Añade: “Actualmente, la guerra sirve principalmente a intereses políticos y personales, no a intereses de seguridad”. Esto hace referencia a la creencia ampliamente difundida de que Netanyahu rompió el alto el fuego en marzo que habría asegurado la liberación de los 59 rehenes restantes para complacer a sus socios de la coalición de extrema derecha, y así garantizar la supervivencia de su gobierno y el abandono de su juicio por corrupción.

Reflejando las mismas divisiones que estallaron en protestas masivas en 2023 antes del 7 de octubre por el ataque de Netanyahu al poder judicial y sus movimientos hacia una dictadura, los firmantes también se opusieron a la destitución del jefe del Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel), Ronen Bar, y a los intentos de remover a la fiscal general Gali Baharav-Miara.

Es una muestra de la lealtad de los manifestantes al Estado sionista que, tras reuniones celebradas por el jefe de la FAI Tomer Bar y el jefe del Estado Mayor de las FDI Eyal Zamir con algunos de los firmantes, la carta no haya sido publicada.

Netanyahu ha respondido intensificando su ofensiva asesina en Gaza y acusando a sus opositores de traición. Envalentonado por el respaldo incondicional del gobierno de Trump, dejó claro que, incluso si se logra un acuerdo para liberar a todos los rehenes, la guerra de aniquilación de Israel continuará.

Exigiendo la rendición incondicional de Hamás, Netanyahu insistió en que la guerra de Israel solo terminará si Hamás es desarmado y sus líderes enviados al exilio. Insistió en que Israel retendría el control de la “seguridad” de Gaza, un eufemismo para su anexión, y que implementaría el plan de Donald Trump para limpiar étnicamente a los palestinos.

El miércoles, el ministro de Defensa Israel Katz advirtió que el asalto a Gaza se intensificaría con “fuerza tremenda”, extendiendo el bloqueo a la ayuda humanitaria incluso cuando funcionarios de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) advertían sobre condiciones de hambruna, si Hamás no accedía a los términos israelíes.

Netanyahu arremetió contra la carta de los reservistas de la FAI, declarando que “negarse a servir es negarse a servir, incluso si solo se insinúa en lenguaje disimulado… Declaraciones que debilitan a las FDI y fortalecen a nuestros enemigos en tiempo de guerra son imperdonables”.

Apoyó la decisión de las FDI de dar de baja a los reservistas en servicio activo que firmaron la carta, aunque el ejército afirma que la mayoría de los firmantes son personal retirado.

Describió a los firmantes como “un grupo de extremistas marginales que intentan una vez más quebrar a la sociedad israelí desde dentro. Lo intentaron antes del 7 de octubre y Hamás interpretó los llamados a la negativa al servicio como una debilidad”.

Este fue un intento de culpar del ataque del 7 de octubre por parte de Hamás a los reservistas que, durante las protestas antigubernamentales masivas en 2023, prometieron “dejar de ofrecerse como voluntarios” para el servicio militar si el país se convertía en un régimen que ya no consideraban democrático.

Netanyahu acusó a los firmantes de “actuar con un solo objetivo — derrocar al gobierno”.

Poco después de la carta de la fuerza aérea, más de 1.600 paracaidistas y soldados de infantería retirados de las FDI, incluidos algunos que siguen siendo reservistas, también firmaron una carta abierta exigiendo al gobierno alcanzar un acuerdo para traer a los rehenes de vuelta a casa.

Soldados de la unidad de Inteligencia 8200 de las FDI escribieron una carta el 11 de abril instando al gobierno a liberar a los rehenes, incluso si eso significa detener los combates en Gaza. Los oficiales del 8200 afirmaron: “Nos identificamos con la afirmación profunda y preocupante de que, en este momento, la guerra sirve principalmente a intereses políticos y personales, no a intereses de seguridad”.

El domingo, un grupo de alrededor de 200 médicos reservistas firmó una carta similar, mientras que cientos de escritores, poetas y figuras literarias israelíes, incluida la ganadora del Premio Israel Nitza Ben-Dov, el dramaturgo Yehoshua Sobol, la ganadora del Premio Sapir Ofra Offer Oren, y la periodista y escritora Daniella London Dekel, firmaron una petición casi idéntica que exige el fin inmediato de la guerra en Gaza. Esta también exige el retorno de los 59 rehenes restantes, muchos de los cuales están muertos, y la formulación de un plan claro aunque no especificado para el futuro de Gaza y sus habitantes.

El lunes, graduados del prestigioso programa Talpiot de las FDI también expresaron su apoyo a la carta firmada por reservistas y veteranos de la fuerza aérea. Su carta advirtió sobre “la erosión de las fuerzas de reserva de Israel” y urgió a la población a condenar los intentos de silenciar las voces disidentes.

Otras cartas han sido publicadas por exmiembros del Mossad, incluidos tres exjefes del Mossad: Danny Yatom, Efraim Halevy y Tamir Pardo, reservistas de la marina y personal de reserva de la fuerza aérea.

Estas cartas abiertas surgen en un contexto de significativo descenso en la presentación de reservistas para el servicio. Mientras las FDI aseguraron en marzo que la tasa de asistencia era del 80 por ciento, Kan, el canal público israelí, reportó alrededor del 60 por ciento y Haaretz citó un 50 por ciento. El jefe del Estado Mayor de las FDI, Zamir, dijo recientemente a miembros del gabinete de seguridad nacional que deberían “abandonar algunas de sus fantasías” sobre conquistar Gaza debido a la falta de soldados de combate, según reportó Ynet.

Muchos reservistas han cumplido 18 meses de servicio en combate, combatiendo en siete frentes, lo cual ha impactado sus ingresos, empleos y negocios, mientras que muchas familias han sido obligadas a abandonar sus hogares cerca de las fronteras con Líbano y Gaza. En enero, las FDI reportaron 891 soldados muertos entre 2023 y 2024, incluyendo 38 suicidios, y más de 5.500 heridos. El presupuesto de 2025 no anuncia ningún final a la vista. Según el Banco de Israel, el costo de la guerra de 2023 a 2025 podría ascender a 55.600 millones de dólares, un 10 por ciento del PIB israelí.

El creciente número de objetores al servicio militar tiene sin duda muchas causas—preocupaciones económicas, agotamiento por la guerra, resentimiento por el dominio de los partidos ultraortodoxos en la vida política, y desmoralización por una guerra que es rechazada por millones de personas en todo el mundo, incluyendo judíos. En un número reducido de casos, algunos reservistas se niegan a servir debido a su oposición al genocidio. Pero ninguna lucha progresista puede librarse contra el gobierno de extrema derecha de Netanyahu sin oponerse al genocidio y a la expulsión de los palestinos.

Los oficiales militares y de inteligencia que llaman al fin de los combates son las mismas fuerzas políticas que lideraron las protestas de 2023 contra los esfuerzos de Netanyahu por neutralizar el poder judicial. Su desacuerdo con Netanyahu es puramente táctico, sobre cómo puede sobrevivir el Estado sionista — y, además, con vistas a proseguir los planes de guerra de Estados Unidos e Israel contra Irán, que están siendo socavados por la guerra interminable en Gaza.

Los trabajadores en Israel deben adoptar un nuevo eje político, en unidad con y luchando por la liberación de las masas palestinas de la opresión sionista. Al oponerse a todas las facciones de su clase dominante, deben situar la oposición al genocidio en Gaza y a la exclusión étnico-religiosa de tipo apartheid que constituye la base del Estado israelí, al centro de su lucha.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de abril de 2025)

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