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La policía de Estados Unidos mató a un número récord de personas en 2024

Las estadísticas de fin de año publicadas por Mapping Police Violence, un grupo de investigación sin fines de lucro que ha estado monitoreando homicidios policiales en Estados Unidos desde 2013, revelaron que la policía mató a más de 1.250 personas en 2024. Esta cifra sombría representa el año más mortífero jamás registrado por dicha organización, que recopila datos sobre los asesinatos policiales a partir de informes gubernamentales y reportes de prensa.

Los homicidios policiales han aumentado constantemente en la última década en Estados Unidos, desde poco más de 1.000 en 2014 hasta más de 1.200 en cada uno de los últimos dos años. [Photo by Datawrapper/WSWS]

En general, el grupo de investigación descubrió que hubo solo 13 días en 2024 en los que la policía no mató a alguien. En promedio, Mapping Police Violence determinó que una persona en Estados Unidos muere a manos de la policía aproximadamente cada 7 horas. Si bien la gran mayoría de estas muertes fueron el resultado de disparos de la policía, los agentes también desplegaron táseres, porras y vehículos como medios letales.

De manera notable, solo el 31 por ciento de los homicidios policiales, es decir, 387 personas, comenzaron con un supuesto delito violento. Por otro lado, el 18 por ciento de las personas asesinadas por la policía—más de 200 personas—murieron después de haber sido detenidas por una infracción de tránsito o tras haber llamado a la policía para realizar un control de bienestar. Otro 8 por ciento fueron asesinadas en circunstancias en las que no se les acusó de haber cometido ningún delito, mientras que el 17 por ciento fueron asesinadas en situaciones en las que la policía alegó que las víctimas estaban cometiendo “otros delitos no violentos”.

Mapping Police Violence también destacó que, aunque el índice de homicidios policiales continúa aumentando, la ubicación de estos crímenes está cambiando, registrándose cada vez más muertes en zonas rurales y suburbios en lugar de grandes ciudades. Los cinco estados con las tasas más altas de homicidios policiales en 2024 fueron Nuevo México, Wyoming, Alaska, Montana y Dakota del Norte.

Los departamentos de policía local representaron la mayor parte de los homicidios en 2024 con un 58 por ciento, mientras que los departamentos del sheriff de los condados fueron responsables del 31 por ciento de las muertes.

Las víctimas del reinado de terror policial del año pasado incluyeron bebés, niños pequeños y adolescentes:

  • Una de las víctimas más jóvenes de este año fue una bebé de 2 meses, Destinii, asesinada junto a su madre Maria Pike. Ambas fueron acribilladas en su apartamento en Missouri el 7 de noviembre después de que la abuela de Destinii llamara a la policía para reportar que Maria la había agredido. Casi dos meses después del homicidio, la policía aún no ha publicado las imágenes completas de las cámaras corporales ni acusado a ningún oficial de un delito.
  • Otro niño asesinado por la policía este año fue un pequeño de cuatro años, Terrell Miller, de Macomb, Illinois. El niño fue tomado como rehén por el novio de su madre en su hogar. La policía llegó a la residencia y en solo 16 segundos disparó contra Miller y el novio, matando a ambos. No se han presentado cargos contra el asesino de Miller, el teniente Nick Goc.
  • En el Día de Acción de Gracias, el pasado noviembre en Akron, Ohio, un adolescente de 15 años, Jazmir Tucker, fue asesinado por la policía. La policía afirmó haber escuchado disparos en la zona después de las 11:00 p.m., lo que los llevó a investigar. Las imágenes de las cámaras corporales muestran a la policía persiguiendo a Tucker mientras huía y disparándole. Ninguno de los oficiales involucrados en el homicidio ha sido identificado públicamente ni acusado de un delito.

Rastrear el número total de personas asesinadas por la policía en Estados Unidos es difícil, ya que no existe una agencia federal encargada de recopilar datos de los departamentos de policía locales. No todos los departamentos mantienen registros y muchos, con el apoyo de la prensa local y los políticos capitalistas de ambos partidos, buscan encubrir el carácter letal de las interacciones policiales.

Además, las cifras de Mapping Police Violence no incluyen muchos homicidios no reportados en las extensas prisiones y centros de detención de Estados Unidos, donde se encuentran casi 2 millones de personas encarceladas.

Es sumamente significativo que los homicidios policiales hayan aumentado en todo Estados Unidos cada año de la administración demócrata del presidente Joe Biden. Tras las masivas protestas contra la violencia policial luego del asesinato de George Floyd en Minneapolis en mayo de 2020, Biden y los demócratas hicieron campaña prometiendo “reformar” a la policía. Pero, como demuestran los datos, han supervisado una expansión masiva de los asesinatos sin ninguna rendición de cuentas. Mapping Police Violence destaca en su informe que más del 98 por ciento de los policías involucrados en homicidios entre 2013 y 2023 no han sido condenados por ningún delito.

Aunque la prensa corporativa, el Partido Demócrata y la pseudoizquierda continuamente intentan enmarcar la violencia policial como una expresión de racismo, los datos muestran que los homicidios policiales ocurrieron en todos los estados y afectaron a personas de todos los orígenes raciales y étnicos. Si bien existe cierta disparidad racial, el mayor número de personas asesinadas por la policía en 2024 fueron identificadas como blancas, subrayando el carácter de clase de la violencia policial.

La administración de Biden y ambos partidos rechazaron las demandas populares de “desfinanciar a la policía” durante las protestas por George Floyd, optando en cambio por canalizar miles de millones de dólares para contratar y armar a más policías, incluidos programas para construir “ciudades policiales” en prácticamente todos los estados.

Cientos de personas se reunieron en el Ayuntamiento de Atlanta el lunes 5 de junio de 2023 para hablar antes de la votación sobre una “ciudad policial.” [AP Photo/R.J. Rico]

Mientras se dota a la policía de todas las armas y “capacitación” necesarias para reprimir a la clase trabajadora, el Departamento de Justicia de Biden ha implementado algunos “decretos de consentimiento” simbólicos en ciertos departamentos policiales que no han logrado frenar la violencia policial. El presidente electo entrante, Donald Trump, ha prometido poner fin a estos decretos insignificantes, argumentando que forman parte de una “guerra contra la policía”. En realidad, estos decretos son una herramienta de la clase dominante para ocultar el hecho de que la violencia policial no puede “reformarse” y es, de hecho, endémica al sistema capitalista que ambos partidos defienden y mantienen.

El apoyo de Trump a la policía, que mata con impunidad, es una expresión del carácter de clase del estado capitalista. La violencia policial está ligada no solo al carácter oligárquico de la sociedad capitalista estadounidense, sino también al imperialismo. A medida que el imperialismo estadounidense sigue financiando el genocidio de Israel en Gaza y la guerra contra Rusia en Ucrania, la policía será convocada cada vez más para reprimir violentamente cualquier oposición de la clase trabajadora a la guerra y a la desigualdad.

Los manifestantes contra el genocidio se encuentran con policías protegiendo al presidente Joe Biden en Warren, Michigan, el 1 de febrero de 2024. [AP Photo/Paul Sancya]

Los planes de Trump para una operación masiva de deportación, que ya están recibiendo apoyo del Partido Demócrata, requerirán expandir aún más el estado policial existente a costa de la clase trabajadora. La lucha contra la violencia policial es una cuestión de clase que no requiere reformas, sino la abolición de la policía, el derrocamiento del sistema capitalista que protege y la construcción de una sociedad socialista organizada en torno a las necesidades humanas, no las ganancias.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de enero de 2025)

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