El Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza, fue escenario el miércoles de un auténtico desvarío fascista pronunciado por el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, quien reprendió a los multimillonarios y a sus Estados e instituciones por no defender el capitalismo.
La entusiasta recepción de la audiencia, que supuestamente reúne a las capas más “respetables” de la oligarquía y la élite política, es otra señal más del giro hacia el fascismo de toda la clase gobernante.
El multimillonario estadounidense Elon Musk elogió el discurso y lo describió como una “buena explicación de lo que hace que los países sean más o menos prósperos”.
Del mismo modo, Fox News y otros medios de comunicación de derecha elogiaron a Milei, declarando que había “deslumbrado a Davos” con “bombas de verdad” y “sentido común”.
A pesar de haberlo llamado “un foro contaminado por la agenda socialista 2030” en su camino a Davos, Milei fue presentado calurosamente por el fundador del FEM, Karl Schwab, quien dijo que Milei está “introduciendo un nuevo espíritu en Argentina”.
La personalidad de la televisiva argentina inició su discurso: “Estoy acá para decirles que Occidente está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo”.
Procedió a contar un cuento de hadas propio de Disney. Desde 1800, el capitalismo había sacado al 95 por ciento de la población mundial de la pobreza extrema y había creado un paraíso. “El mundo de hoy es más libre, más rico, más pacífico y más próspero que en cualquier otro momento de nuestra historia”. Haciendo esto posible, “los empresarios son los héroes” de su historia.
Pero en el rincón meridional del mundo, una maldición se había apoderado de la tierra. “Argentina se convirtió en potencia mundial gracias al abrazo del modelo liberal en 1860, pero colapsó debido al colectivismo en los últimos 100 años”, afirmó. Se refería al establecimiento de instituciones públicas de educación y salud, organismos reguladores, entre otros después de que los Gobiernos radicales y luego peronistas reemplazaron el régimen hegemónico de la oligarquía agroexportadora en 1916.
Milei afirmó que estas reformas se deben a los intereses de una “casta” corrupta o los paradigmas equivocados de los ideólogos reformistas. Pero no se atrevió a mencionar el nombre del verdadero enemigo de su cruzada. La burguesía argentina, como en gran parte del mundo, implementó reformas sociales limitadas en respuesta a la aparición de una poderosa clase trabajadora, que libró décadas de batallas militantes inspiradas sobre todo en la Revolución rusa de 1917.
Estas concesiones forzadas habían llevado al caos, la pobreza, la muerte y “abrieron la puerta al socialismo”, dijo Milei, presentando a Argentina como el caso de estudio de por qué se debe permitir que el capitalismo se desarrolle sin restricciones hasta alcanzar su supuesto potencial natural.
Arremetió contra cualquier restricción a las corporaciones, declarando que el enemigo era una amalgama de “comunistas, fascistas, nazis, socialistas, socialdemócratas, nacionalsocialistas, demócratas cristianos, keynesianos, neokeynesianos, progresistas, populistas, nacionalistas o globalistas”. Destacó: “En el fondo, no hay diferencias sustantivas”. En otras palabras, todos deben ser tratados como una amenaza existencial, responsable de haber “asesinó a más de 100 millones de seres humanos”.
Destacó la amenaza de que “regular monopolios, destruirle las ganancias, y destrozar los rendimientos crecientes automáticamente destruiría el crecimiento económico”.
Esta fue una referencia velada a un informe de Oxfam que arrojó su sombra sobre el foro al documentar cómo la economía mundial por parte de un pequeño grupo de oligarcas y grupos financieros. El informe apunta a ganancias récord, mientras que 5 mil millones de personas están peor que antes de la pandemia, y 800 millones están perdiendo a la inflación el equivalente a casi un mes de salarios por año, entre otros hallazgos.
“Para finalizar, quiero dejarle un mensaje a todos los empresarios”, concluyó Milei. “No se dejen amedrentar ni por la casta política ni por los parásitos que viven del Estado”.
La eufórica recepción de Milei en Davos y de la mayoría de los medios corporativos apunta a un giro significativo.
Un estruendoso aplauso siguió a su discurso. Barron's escribió: “algunos en la audiencia se reunieron para estrecharle la mano y tomarse fotos”. Una reportera del medio alemán DW dijo: “Nunca había visto un recibimiento como el que vi acá con Javier Milei por parte de los asistentes a este Foro Económico Mundial”. El Wall Street Journal publicó su discurso bajo el título “Milei de Argentina le dio a la multitud de Davos un trasplante de agallas”.
El Financial Times encontró un gran entusiasmo por la presencia de Milei y citó a Daniel Pinto, presidente de JP Morgan. Milei “puede estar creando un nuevo comienzo para el país”, dijo Pinto, pero advirtió que sus planes “requieren que la población esté dispuesta a pasar por el dolor de [la austeridad]”.
El columnista de Bloomberg Juan Pablo Spinetto recordó que incluso Donald Trump había hablado vacíamente sobre construir “la economía más inclusiva que jamás haya existido”, en su discurso de Davos de 2020, que “Milei probablemente consideraría una forma de socialismo”.
Un manifiesto fascista no había recibido una plataforma global tan prominente y una recepción tan positiva por parte de la clase dominante desde la década de 1930.
Destacando este cambio en las actitudes de la clase dominante, los invitados latinoamericanos del año pasado fueron el presidente pseudoizquierdista colombiano Gustavo Petro y dos ministros brasileños del Gobierno nacionalista de “izquierda” de Lula da Silva, quienes también hicieron menciones hipócritas de la igualdad social y la protección del medio ambiente.
En su contexto político mundial y argentino, el mensaje “no se dejen amedrentar” se traduce claramente en un llamado a una guerra total contra la oposición de la clase trabajadora a las políticas de guerra, genocidio, recolonización y desigualdad masiva.
Milei es uno de los partidarios más acérrimos de la embestida sionista-estadounidense en Gaza, que ha desencadenado protestas masivas en todo el mundo. La Corte Internacional de Justicia escuchó un caso la semana pasada que demostró con detalles devastadores que esto constituye un genocidio.
Mientras intentaba parecer un gran héroe en Davos, Milei guardó silencio sobre lo que está sucediendo en Argentina porque contradice su afirmación “libertaria” de que considera el “Estado” como el enemigo. Además, aún no ha implementado la mayor parte de su plan debido a la explosión social que está provocando.
Cuando Milei asumió el poder el mes pasado, casi la mitad de los 47 millones de argentinos ya eran pobres, el hambre se ha vuelto generalizada y la inflación se acercaba al 200 por ciento. Además, la economía del G20 se había hundido en una recesión.
Tan pronto como asumió el cargo, Milei emitió decretos autocráticos para destruir aún más el poder adquisitivo a través de una devaluación masiva del peso, mientras daba carta blanca a las corporaciones y al Gobierno para aumentar los precios y negarse a negociar aumentos salariales. Miles de trabajadores han sido despedidos, particularmente en el sector público, después de que los ministerios se redujeran a la mitad y se cancelaran los fondos a las provincias. El Gobierno está tomando medidas para poner fin a toda la asistencia social para más de 160.000 hogares. Milei se ha jactado de que el gasto público cayó un 30 por ciento en solo 30 días. Significativamente, no ha recortado ningún impuesto y está planeando aumentar los impuestos sobre los ingresos de la clase media.
Ha prohibido los piquetes de huelga y los bloqueos de carreteras, e introdujo un proyecto de ley ómnibus que declararía un “estado de emergencia pública” durante dos a cuatro años en los que gobernaría como dictador.
La vicepresidenta Victoria Villarruel, quien debutó como jefa de Estado en ausencia de Milei, forjó una carrera justificando los crímenes de la dictadura fascista-militar de Argentina (1976-1983), incluyendo varias reuniones con el ya fallecido dictador Jorge Videla en la cárcel. Un artículo reciente sobre ella en el Financial Times ya plantea la posibilidad de una candidatura presidencial, concluyendo: “Ella está lista... para cualquier cosa”.
Hubo manifestaciones nacionales el 20 y 27 de diciembre, mientras que se ha convocado un paro nacional con movilizaciones para el 24 de enero, pero estos son simplemente los intentos de la burocracia sindical y sus apologistas pseudoizquierdistas para contener la ira social. Se ven casi a diario marchas espontáneas, con carteles hechos a mano con consignas como “¡Abajo la Junta Mileitar!” y cacerolazos, en medio de informes de asambleas de base en lugares de trabajo y de estudiantes, organizadas en las redes sociales. Los periodistas con frecuencia preguntan a los funcionarios de Milei sobre cuál será su respuesta a inminentes ocupaciones de plantas y huelgas indefinidas.
En este contexto, “no se dejen amedrentar” significa emplear los métodos de un Estado policial fascistizante.
Al considerar este programa como necesario para atraer inversiones en medio de una crisis cada vez más profunda del capitalismo global y para proteger sus propias ganancias, la oligarquía financiera y corporativa argentina se ha alineado detrás de él. Inicialmente, el argentino más rico, Marcos Galperin (6.200 millones de dólares), propietario de Mercado Libre y de la poderosa multinacional italo-argentina Techint Group, propiedad de Paolo y Gianfelice Rocca (3.900 millones de dólares), habían respaldado y financiado a Milei. Hoy, la mayor parte del “Círculo Rojo” —la élite en torno a la Asociación Empresarial Argentina (AEA)— y sus medios de comunicación han pasado de respaldar al candidato presidencial peronista Sergio Massa a expresar su apoyo a las políticas de Milei.
El abrazo de Davos y la élite gobernante en general al “loco” fascista Milei confirma el análisis realizado por el World Socialist Web Site en su declaración de Año Nuevo, de que la concentración de riqueza personal y poder económico por parte de un puñado de conglomerados “están dejando sin oxígeno a la democracia en todo el mundo”. La declaración concluye: “Afirmar que las formas democráticas de gobierno pueden defenderse fuera de un asalto frontal a la riqueza de la élite gobernante y su dominio sobre la economía es el colmo de la charlatanería política e intelectual”.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de enero de 2024)
Leer más
- La clase trabajadora, la lucha contra la barbarie capitalista y la construcción del Partido Mundial de la Revolución Socialista: tercera parte
- Informe Oxfam: Una acusación devastadora contra el poder de los monopolios y la desigualdad
- Argentina: cumple un mes la presidencia de Milei
- La elección de Milei y el colapso del peronismo y la democracia burguesa en Argentina